Defensoras de los derechos de las mujeres de Zimbabwe están indignadas por la baja participación femenina en el nuevo gobierno de unidad nacional.
Sólo hay cuatro mujeres en el gabinete de 35 miembros, lo que no se condice con la representación femenina a la que se comprometió este país en la cumbre de la Comunidad para el Desarrollo de África Austral (SADC, por sus siglas en inglés) de septiembre de 2008.
Zimbabwe firmó el Protocolo sobre Género y Desarrollo de la SADC, que aboga por una representación equitativa entre hombres y mujeres, tanto en el sector privado como en el público, para 2015.
Para la directora de la no gubernamental Women in Politics Support Unit (Unidad de Apoyo a las Mujeres en Política: Wipsu, por sus siglas en inglés), Cleopatra Ndlovu, el desequilibrio de género en el gabinete es "escandaloso" y "triste".
"Instrumentos regionales e internacionales suscritos por Zimbabwe subrayan la necesidad de garantizar una mejor representación para las mujeres en cargos de decisión, pero en esta importante etapa de construcción de la democracia, las tres agrupaciones políticas incumplieron su promesa", se lamentó Ndlovu.
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La crisis política se instaló en Zimbabwe con el triunfo del Movimiento para el Cambio Democrático (MDC) en los comicios de marzo de 2008.
Antes de la segunda ronda electoral, el Unión Nacional Africana de Zimbabwe—Frente Patriótico (ZANU-PF), del presidente Robert Mugabe, lanzó una violenta campaña de intimidación contra la oposición, que llevó al líder de uno de los sectores del MDC, Morgan Tsvangirai, a retirarse de la contienda.
La SADC, encabezada por Sudáfrica, medió para promover un acuerdo hacia un gobierno de coalición, que finalmente se pudo firmar el 15 de septiembre, según el cual Mugabe mantendría la presidencia, Tsvangirai sería primer ministro y el MDC mantendría la mayoría parlamentaria.
El precario gobierno de unidad se concretó finalmente el 11 de este mes cuando Mugabe le tomó juramento a Tsvangirai como primer ministro.
La directora de Wipsu instó a los partidos políticos a implementar el sistema de cuotas para que las mujeres tengan oportunidades reales de ejercer el poder.
Asimismo, Ndlovu urgió a las mujeres a defender sus derechos y a dejar de ser "meras votantes" y "activistas" para sumarse a los procesos de decisión política.
La conocida activista Thoko Matshe, directora del Proyecto de Educación Política Feminista, señaló que el camino hacia la equidad de género parece ahora más largo tras el revés que significó la desigual conformación del gabinete la semana pasada.
Matshe recibió un golpe del MDC, un partido que para ella representaba un cambio real para las mujeres.
SIN CAMBIOS REALES
Los dos sectores del MDC, el dirigido por Tsvangirai y el de Arthur Mutambara, que según el acuerdo para crear un gobierno de unidad nacional se quedaron con 16 ministerios, sólo nombraron tres mujeres: Theresa Makone al Ministerio de Obras Públicas, Purina Mpariwa, al de Trabajo, y Priscilla Misihairambwi-Mushonga, al de Integración Regional y Comercio Internacional.
Por su parte la ZANU-PF sólo designó a una mujer al frente de los 15 ministerios que le correspondieron. Ella es Olivia Muchena, titular de la cartera de Asuntos de Mujeres.
Matshe protestó que, "por defecto", esa cartera debe quedar a cargo de una mujer, y que las otras que fueron designadas se encargan de tres ministerio que no son de las más importantes.
En cambio, ministerios clave como los de Seguridad Nacional, Finanzas y del Interior quedaron a cargo de hombres.
"Si opté por el cambio de Tsvangirai fue para hacer las cosas de otra manera. Pero si entre los 14 ministros que pertenecen a su sector, sólo hay dos mujeres, quiere decir que tenemos que sacar el término democracia del nombre de su agrupación", señaló Matshe.
Además de las cuatro ministras, otras cuatro mujeres fueron nombradas subsecretarias la semana pasada, pero al no integrar el gabinete, su papel es meramente ceremonial. Por ejemplo, la ley no les permite ejercer el cargo de ministras ante la ausencia del titular.
Misihairambwi-Mushonga dijo sentirse decepcionada por la poca cantidad de mujeres en el gabinete, pero confiada de que podrán defender asuntos femeninos durante sus mandatos.
"Somos pocas, pero la mayoría somos activistas. Estoy segura de que nos vamos a hacer sentir", indicó.
"En tanto que feminista, me siento muy decepcionada, pero los acuerdos políticos existentes sentaron las bases para la feminización de muchas cuestiones vinculadas a salud, alimentación, seguridad o VIH/sida. Así que tengo esperanzas de que haya un debate en torno a la equidad de género", añadió.
En cambio, la vicepresidenta, perteneciente a la ZANU-PF, Joyce Mujuru consideró que las mujeres deben valerse por sí mismas, en vez de depender de cuotas para llegar al poder.
La baja representación femenina en cargos altos es desafortunada, declaró al periódico estatal Herald, pero responsabilizó a las mujeres porque no luchan lo suficiente para alcanzar puestos de decisión. Al no tenerse confianza, son sus peores enemigas.
CONTRA LA MARGINACIÓN
A fin de no volver a quedar marginadas y defender la equidad de género, organizaciones de mujeres de Zimbabwe preparan aportes para la nueva Constitución del país que debería ser promulgada en los próximos 18 meses.
La vicepresidenta de la Coalición de Mujeres, Rutendo Hadebe, señaló que su organización aprovechará el proceso de reforma constitucional para promover artículos progresistas que les den más poder y terminen con la inequidad de género.
La Coalición tiene previsto colaborar con las cuatro ministras para encabezar el proceso.
"Estamos contentas con las cuatro mujeres designadas, es mejor que nada. Haremos todo lo posible para ayudarlas y respaldar su trabajo", aseguró Hadebe.