PETRÓLEO-VENEZUELA: La cooperación se mantiene pese a la crisis

El gobierno de Venezuela deja a salvo por ahora los programas de cooperación energética con las comunidades pobres de Estados Unidos y los países vecinos de América Latina y el Caribe, aunque recorta su producción petrolera y esboza medidas de ajuste ante la crisis económica global.

Los convenios de Petrocaribe, mediante los cuales Venezuela suministra combustible con financiamiento blando a 18 países del área, "siguen vigentes y para nada resultarán afectados", dijo el ministro de Energía, Rafael Ramírez.

Recordó que el financiamiento de Petrocaribe sigue a una tabla asociada a los precios internacionales del crudo, y opinó que los mecanismos de cooperación regional "son espacios de un nuevo orden económico que nos van a ayudar a estar más resguardados de la crisis globalizada del capitalismo mundial".

Con el esquema Petrocaribe se despachan unos 200.000 barriles (de 159 litros) diarios de petróleo a Antigua y Barbuda, Bahamas, Belice, Costa Rica, Cuba, Dominica, Granada, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, Nicaragua, República Dominicana, San Cristóbal-Nevis, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía y Surinam.

Los beneficiaros abonan a 90 días, en vez de los 30 usuales en la industria, pero sólo un porcentaje, porque parte de la factura se convierte en préstamo a 25 años, con dos de gracia y uno por ciento de interés, amén de que parte de los pagos se puede hacer en especies, con productos o servicios.

Ese financiamiento, según la tabla a la que aludió Ramírez, va de cinco por ciento si el precio internacional del barril de crudo es de 15 dólares o menos, hasta 70 por ciento si llegare a pasar de 150 dólares la unidad.

A lo largo de 2008, los financiamientos promediaron 50 por ciento, para un total cercano a los 3.000 millones de dólares prestados a los países vecinos caribeños.

Antes de que se disparasen las alarmas, pues por estos días el petróleo venezolano se vende apenas sobre los 30 dólares el barril, la cuarta parte del precio alcanzado en julio de 2008, los programas de cooperación pasaron la prueba del frío estadounidense.

Citgo, la filial en Estados Unidos del gigante consorcio estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa), suspendió el 5 de este mes, mientras bajaban las temperaturas en ese país, la venta de combustible para calefacción con descuentos de 40 por ciento en la factura a unos 220.000 hogares en 23 estados.

"Ese descuento implicó para Pdvsa-Citgo un costo anual de 148 millones de dólares, mantenido como una forma de mostrar por parte del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, su preocupación por los pobres en el gigante consumidor de energía", señaló a IPS el analista José Suárez-Núñez, de la publicación especializada Petrofinanzas.

Pero el día 7 Citgo dio marcha atrás, "de acuerdo con los principios de solidaridad del gobierno de la República Bolivariana de Venezuela", y decidió mantener el programa, en una muestra de lo que críticos de Chávez llaman su "petrodiplomacia".

El programa de ayuda de Citgo es codirigido por la organización Citizens Energy Corporation, a la cabeza de la cual está Joseph P. Kennedy II, hijo de Robert Kennedy, asesinado en 1968, y sobrino del presidente también asesinado, en 1963, John Kennedy.

Kennedy II, quien mantuvo "contactos de alto nivel" para revertir la medida de Citgo, consideró que "esta decisión es un mensaje claro, directo, del presidente Chávez, de su deseo de fortalecer las relaciones entre su país y Estados Unidos, particularmente en este momento, cuando una nueva administración estadounidense debe tomar el poder".

En cambio, Estados Unidos, principal destino del petróleo que exporta Venezuela, fue también el mayor blanco en los recortes de producción que Caracas debe hacer según lo pactado en la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).

Venezuela reivindica una producción superior a los tres millones de barriles por día, pese a que fuentes de países industrializados aseguran que no extrae más de 2,5 millones de unidades, y desde octubre ha debido cerrar la producción de 364.000 barriles diarios.

La OPEP, conformada por 12 países, ha cortado en ese período la producción de 4,2 millones de barriles por jornada, 2,2 millones de los cuales fue a partir de este mes. En ese marco, Venezuela debe cortar la producción de 189.000 barriles diarios, de los cuales 166.000 tenían como mercado refinerías estadounidenses.

"Con estas medidas, Venezuela reafirma su compromiso y estricto apego a las decisiones adoptadas en el seno de la OPEP en defensa de la estabilidad del mercado petrolero mundial y de un precio justo para nuestros recursos naturales", señaló el Ministerio de Energía al informar del asunto.

Recortes como los dispuestos este mes han buscado combinar el cumplimiento de las normas OPEP con la necesidad de mantener ingresos. El cierre para la oferta de unos 120.000 barriles afecta campos que producen crudos de baja demanda estacional o sujetos a contratos que Pdvsa no desea sostener a largo plazo.

Bajar la producción es para Venezuela una operación mucho más onerosa que para otros socios de la OPEP, recordó Suárez-Núñez, porque sus tres millones de barriles diarios los saca de unos 15.000 pozos, a una media de 200 barriles por cada uno.

Arabia Saudita, en cambio, extrae más de nueve millones de barriles diarios con unos 900 pozos (10.000 barriles por cada uno) e Irán produce más de cuatro millones de unidades en 960 pozos, a una media de 4.100 barriles por unidad.

Si las condiciones del mercado cambian y se restablecen los niveles de producción de mediados de 2008, Venezuela deberá reactivar 1.700 pozos para recuperar sus 364.000 barriles por día, mientras que para una cantidad semejante los iraníes reactivarían 80 pozos y los sauditas apenas 30.

"Le costará a Venezuela unos 1.000 millones de dólares adicionales, porque reactivar el pozo no es como pulsar un interruptor de electricidad", explicó Suárez-Núñez. "Uno por uno, se debe revisar presión y temperatura del yacimiento, inyectar vapor, limpiar tuberías y, en ocasiones, el pozo ya no da más y hay que cerrarlo".

En paralelo, Venezuela inició medidas de ajuste económico ante la perspectiva de menores ingresos petroleros, aunque bajo la admonición de Chávez de que "la revolución no retrocederá aunque el barril del petróleo llegue a cero dólares", y descartó que pueda aplicarse un paquete o programa que afecte a los sectores populares.

Pero las divisas que puede adquirir anualmente cada viajero en Venezuela, donde impera un control cambiario, se redujeron para este año a la mitad de los 5.000 dólares que se concedían en 2008. El Estado espera ahorrar así 2.500 millones de dólares.

Otras medidas, como devaluar la moneda local frente al dólar, el alza del precio interno de los combustibles o nuevos impuestos, aguardarán seguramente para después de febrero o marzo, cuando el país irá a una nueva consulta electoral para decidir si se autoriza o no la reelección continua del presidente y de otros cargos.

Finalmente, los sindicatos petroleros en el occidental estado de Zulia denunciaron el despido de centenares de obreros en empresas contratistas de Pdvsa. La corporación estatal aclaró que no hubo despido de personal sino que contratos pactados en 2008 no serán renovados debido a la reducción de operaciones.

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