«Si esto lo hacemos bien, comenzamos a derrotar la guerra» en Colombia, dijo la opositora senadora liberal Piedad Córdoba al explicar a representantes de 998 organizaciones feministas los avances y riesgos de la operación de liberación unilateral de seis cautivos de la guerrilla, que arranca el domingo.
Dos helicópteros Cougar de las Fuerzas Armadas de Brasil, despojados de sus características militares y con el emblema del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), recogerán ese día a tres agentes de policía y a un soldado cuyas identidades no han sido precisadas por sus captores, las izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Las naves partirán de Sao Gabriel da Cachoeira, un poblado indígena sobre el río Negro y ubicado 850 al noroeste de Manaos, en el estado brasileño de Amazonas, fronteras con Colombia y Venezuela.
Cruzarán la selva colombiana hasta un lugar señalado por las FARC en el departamento del Caquetá, al sur del país, y retornarán con los liberados al aeropuerto de Villavicencio, capital del central departamento del Meta.
El lunes próximo se hará el segundo viaje para buscar a Alan Jara, el ex gobernador del Meta tomado rehén por las FARC el 15 de julio de 2001 cuando se movilizaba en un vehículo de la Organización de las Naciones Unidas, acompañando una misión de ese foro.
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Jara sería entregado en el departamento del Guaviare, cerca de donde la dirigente política Ingrid Betancourt fue rescatada en julio mediante la operación "Jaque" de inteligencia militar, junto con 11 uniformados colombianos y tres "contratistas" estadounidenses, activos en la longeva guerra de este país andino.
La misión proseguirá el miércoles sería desde la costa del océano Pacífico— para trasladar a Sigifredo López, ex diputado regional del occidental departamento del Valle del Cauca, tomado rehén en abril de 2002 junto con 11 pares suyos.
López es el único sobreviviente de ese grupo, y se espera con expectativa su relato sobre cómo los demás perecieron baleados el 18 de junio de 2007.
Córdoba encabeza la misión, que tiene como garante extranjera a Patricia Danzi, directora en Ginebra de operaciones para América del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), organismo humanitario que coordina.
Las acompañan otros dos miembros del CICR, incluido un médico, la líder feminista Olga Amparo Sánchez y los periodistas Jorge Enrique Botero y Daniel Samper Pizano, integrantes de Colombianos por la Paz, un grupo de intelectuales, artistas y periodistas firmantes del diálogo público epistolar con las FARC, promovido por la senadora Córdoba.
El centro logístico principal será el aeropuerto de Villavicencio, donde todos los liberados se encontrarán con sus familias.
Pero el éxito de la operación no parece depender sólo del cambiante clima de enero, que indica lluvia. Como ocurrió en las gestiones del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y la senadora Córdoba en 2007, que lograron otras seis liberaciones, los bombardeos se habrían incrementado en los días previos.
Jara, precisamente, estuvo a punto de morir en un bombardeo del ejército el pasado domingo o lunes, reveló Córdoba, quien recordó que esta operación se adelanta en medio de un fiero enfrentamiento militar.
En anteriores liberaciones, el gobierno del derechista Álvaro Uribe intentó ubicar a los cautivos de las FARC para rodear el lugar militarmente (lo que denomina "cerco humanitario"), y tratar de quitárselos a la guerrilla.
En esta ocasión Brasil obtuvo garantías, pero el CICR mantuvo un pulso con el Ministerio de Defensa de Colombia para alargar el estrecho plazo de 24 horas de cese del fuego en las tres regiones que sobrevolará la misión.
Rubia, de grandes ojos claros y frágil apariencia, Claudia Rugeles, esposa de Jara, mantenía la calma el jueves, cuando se cumplió un mes y nueve días desde que las FARC anunciaron a Colombianos por la Paz su retorno y el de los otros cinco. Esta acción será "como muestra fehaciente de la voluntad que nos asiste y como gesto que apunta a generar condiciones favorables al canje humanitario", escribieron entonces los insurgentes.
El canje es por guerrilleros presos, condenados incluso a 60 años de prisión en una cárcel estadounidense, como "Simón Trinidad" (su nombre de combate), extraditado por el gobierno de Uribe el 31 de diciembre de 2004.
Las FARC lanzaron el canje hace 11 años, tiempo que llevan en la selva los dos militares más antiguos en poder de la guerrilla. El drama no se resuelve, tras cuatro gobiernos y tres presidentes.
La embriaguez de júbilo por la operación "Jaque" no sólo golpeó a las FARC, sino también a la solución política, advirtieron analistas en su momento.
Rugeles acudió el jueves a la Casa de la Mujer, en el occidente de Bogotá, donde se dieron cita líderes del variopinto movimiento feminista colombiano, conformado por muchas profesionales destacadas pero, sobre todo, un movimiento popular. Asistieron algunos hombres, activistas de paz.
De nuevo, "es el momento de la negociación política, y de que nosotras nos sentemos a construir la paz", advirtió María Eugenia Sánchez, de la Casa de la Mujer.
La reunión abordó detalles sobre cómo van las mujeres a "cuidar" la compleja operación, que en los hechos comienza este viernes con el viaje de los integrantes de la misión a Brasil.
"Rodear el proceso, a Piedad, a Colombianas y Colombianos por la Paz, y garantizar que esta liberación sea exitosa tanto para los secuestrados y para todas las personas que participan, como para las FARC. Que no les pase nada, que no haya muertos ni heridos" de ningún bando, resumió Sánchez.
Para eso citaron a sendas concentraciones simultáneas y coincidentes con los vuelos de la misión, en Bogotá, Villavicencio y el Valle del Cauca.
"El objetivo es mostrar que el movimiento de mujeres tiene una perspectiva ética, que es la necesidad de negociar la guerra", según Marina Galego, coordinadora de la Ruta Pacífica de las Mujeres, que realiza expediciones multitudinarias para solidarizarse con sus pares en las zonas más calientes de la guerra.
"Es un movimiento diverso. No están todas las organizaciones" feministas colombianas, señaló María Eugenia Ramírez, del Tribunal Mujer y Derechos Económicos, Sociales y Culturales, una iniciativa nacional. "Es probable que se unan porque la convocatoria es muy amplia", comentó a IPS.
Ya enviaron correos electrónicos convocando a las redes internacionales de mujeres a que, desde sus países, "se constituyan como veedoras y garantes del éxito de la entrega y los procesos de acuerdos humanitarios".
Por su parte, Rugeles pidió que a las 12 horas de este domingo, lunes y martes, la gente acuda a orar.
"Las mujeres de los secuestrados, madres y esposas, hemos sido la mayoría, en esta lucha. Por eso intentamos promover un movimiento de mujeres por el acuerdo humanitario", dijo Rugeles a IPS.
Pero esos esfuerzos no encontraron eco durante años.
"Nos hizo falta que se organizara un movimiento por la paz, que es el que ahora ha surgido", señaló sobre el grupo Colombianos por la Paz, que partió en septiembre con 150 firmantes y ya supera los 50.000.
"Fíjese cómo las mujeres sobresalen en él. Eso muestra el papel de ellas en la guerra", apuntó.
Fueron cuatro destacadas mujeres, encabezadas por Córdoba, quienes negociaron con el alto comisionado para la paz del gobierno, Luis Carlos Restrepo, y con el CICR, las garantías y otras condiciones de la operación, hasta que las posiciones se flexibilizaron.
"Todos, de alguna manera, hacemos la guerra. Reconocer puntos de encuentro cambia a las personas", comentó Córdoba.
Como un gesto al cruce público de cartas, el 21 de diciembre las FARC anunciaron las liberaciones. La parlamentaria está convencida de que habrá más, y que es posible obtener incluso el compromiso de la guerrilla de abandonar el secuestro como arma de guerra.
Pero, recuerda, hay que ver el proceso con los dos ojos, y no apenas con uno. Y emprender, por ejemplo, una veeduría para que se respeten los derechos humanos, incluido el debido proceso, de los insurgentes encarcelados.
"Lo que pasa es que nosotras damos la vida, y así mismo la amamos. Ese es el principio. Pacíficas siempre, perseverantes, comprometidas, responsables, y amando toda esta lucha libertaria, en nuestro caso", expresó a IPS Marleny Orjuela, presidenta de Asfamipaz, que agrupa a las familias de los militares y policías en poder de las FARC.
Al comienzo eran más de 500 los soldados y policías prisioneros, que la guerrilla ha ido entregando. "Nos decían las madres, y los hombres se molestaban. El dolor es parejo para padre y madre, pero mamá es mamá", agregó.
Córdoba advirtió: "Nosotras tenemos que jugar el papel que nos corresponde, que es el de la paz. Porque la paz comenzó", coincidió con Sánchez, pues "matar y matar no es lo normal".
Luego la parlamentaria envió un mensaje público "a las comandantas de la guerrilla: que ellas también se conviertan en vigías de la paz, en la selva. Ellas van a vibrar con esta entrega. Las comandantas, ellas saben a quiénes me refiero", dijo la líder política.
*Constanza Vieira es firmante del diálogo público epistolar