PIEDAD CÓRDOBA: "Hay que concretar hechos de poder»

Allí donde hay minorías y excluidos, o se violan los derechos de las mujeres, está ella. Piedad Córdoba, senadora del ala progresista del Partido Liberal de Colombia, cree que para avanzar hacia la paz hace falta «que nos comprometamos en un movimiento popular con miras a ganar las elecciones».

Piedad Córdoba Crédito: Mario Osava/IPS
Piedad Córdoba Crédito: Mario Osava/IPS
En 1999 la secuestró Carlos Castaño, entonces jefe de las milicias paramilitares de ultraderecha ligadas al narcotráfico. Se exilió y regresó al país, pero dejando en Canadá a sus cuatro hijos, protegidos de atentados como los dos que ella sufrió y de los que salió ilesa.

Ha llamado a aislar internacionalmente al gobierno de Álvaro Uribe, al que acusa de paramilitar. Convenció al mandatario venezolano Hugo Chávez de comprometerse en el acuerdo humanitario que buscan las insurgentes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) para cambiar prisioneros de guerra y rehenes civiles por guerrilleros presos.

Con apoyo de varios gobiernos, ambos lograron en enero y febrero de 2008 que las FARC liberaran de forma unilateral a seis rehenes en operaciones que fueron luego copiadas por el ejército colombiano para rescatar en julio a Ingrid Betancourt y a otros 14 cautivos de la guerrilla.

En su país, Córdoba ha sido acusada de traición a la patria y de trabajar para las FARC. Estoica ante los ataques y amenazas, y pese a que todo contacto con esa guerrilla es perseguido penalmente, desde septiembre promueve un diálogo público epistolar con las FARC, que la insurgencia aceptó.
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El 27 de noviembre, con el respaldo de 25.000 firmas, una de esas cartas inquirió a las FARC si estaban dispuestas a abandonar la práctica del secuestro. Mientras espera la respuesta, Piedad Córdoba habló con IPS.

IPS: ¿Es posible reanudar el canje de prisioneros y negociaciones de paz con la guerrilla aún en el gobierno de Uribe?

PIEDAD CÓRDOBA: Es difícil avanzar en el acuerdo humanitario, como también la salida política y negociada del conflicto. Son temas que en este gobierno no tienen ninguna audiencia, ninguna posibilidad, porque la actitud del gobierno es guerrerista, militarista y autoritaria.

No es posible una negociación ni un intercambio, porque atentan contra los intereses y los privilegios de sectores muy importantes del país, que el gobierno representa. Además, sería desprenderse de la política del gobierno norteamericano (estadounidense).

A pesar de las dificultades, nosotros seguimos la tarea de consolidar el movimiento de colombianos y colombianas por la paz, con miras a lograr el intercambio y fundamentalmente lograr la salida política y negociada del conflicto.

IPS: ¿Pero la elección de Barack Obama en Estados Unidos, no cambia las expectativas en Colombia?

PC: Las expectativas tienen que limitarse en sus justas proporciones. Yo creo que en el caso de Colombia debe limitarse a los impactos que sobre el país tiene el conflicto y la guerra, la violación de la Declaración de Derechos Humanos y sobre todo temas como el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, que creo que no va a ser aprobado por su gobierno, en razón de los compromisos que (Obama) tiene con los sindicalistas norteamericanos.

Nuestro interés es insistir ante el gobierno de Obama para que ayude a una salida negociada del conflicto. En términos de lo que significa el Plan Colombia, el Plan Patriota, en términos de lo que significa el reconocimiento y la preocupación de ellos por la violación de los derechos humanos. Y tercero, la ayuda y la cooperación para que se empiece a trabajar la solución política.

IPS: Pero el triunfo de Obama, ¿no tendrá en Colombia más consecuencias positivas que en otros países latinoamericanos?

PC: Sí, pero fundamentalmente por la intromisión de ellos en asuntos internos de soberanía del país. Por la manera como entienden el conflicto, como atizan el conflicto.

IPS: ¿Sería posible el fin del Plan Colombia?

PC: Puede que se mantenga, pero no creo que se aumente. No porque Estados Unidos esté considerando que hay que acabar la guerra, sino porque sus problemas económicos van a limitar los recursos. Para nosotros eso es importante, porque nos permite avanzar en que las guerrillas acepten negociar una salida política.

IPS: ¿Cuál es la clave para superar la violencia en Colombia, cuál es su factor principal?

PC: Colombia tiene que partir de la base del reconocimiento del conflicto armado interno, que sobre todo tiene que ver con las guerrillas y el gobierno. El paramilitarismo es una formulación de un sector muy amplio de la sociedad colombiana, que ha sido apoyado por este gobierno, que además ha sido elegido por el paramilitarismo.

IPS: Se habla de que los paramilitares controlan 10 gobiernos departamentales.

PC: Exactamente. Entonces es un hecho que hay que reconocer. Pero también hay que reconocer que el conflicto no es producto de unos señores que se fueron a disparar en la selva. Tiene que ver con la exclusión, con la desigualdad y las pocas oportunidades en el país. Tiene que ver con un sistema que imposibilita inclusive el debate, el diálogo, y con estructuras autoritarias.

Pero una manera de avanzar es que los movimientos sociales se consoliden, que nos comprometamos en un movimiento popular con miras a ganar las elecciones. Hay que pasar a la acción, no podemos seguir simplemente en movilizaciones, en declaraciones, en debates públicos que no se concretizan en hechos de poder. Y hechos de poder son lograr la mayoría en el Congreso en 2010 y la Presidencia de la República.

IPS: ¿Esa es la meta del Partido Liberal?

PC: No solo, es también de los movimientos sociales todos y de parte de la izquierda de este país que no está en los partidos.

IPS: ¿Los movimientos sociales no están más movilizados ahora?

PC: Sí, sobre todo los que tienen que ver con los indígenas, los negros, las mujeres. Los campesinos empiezan a movilizarse y organizarse nuevamente, después de sufrir el conflicto en las regiones, que los ha golpeado enormemente. El impacto del Tratado de Libre Comercio, de las amenazas y la apertura económica, son hechos que los han desarticulado.

Veo en segundo plano al movimiento sindical, no solamente por el asesinato de sus dirigentes, pero también porque ha perdido capacidad de convocar y de lograr conquistas laborales.

IPS: ¿A qué atribuye el escándalo de las pirámides y otros negocios fantásticos que ahora vuelcan a millones de sus beneficiarios contra el gobierno de Uribe?

PC: Aquí hay un elemento que no se trabaja con responsabilidad y que exige el debate de corresponsabilidad con Estados Unidos, el sistema del narcotráfico. Tiene que ver con el lavado de activos y la degradación ética en general de la sociedad colombiana.

El narcotráfico permeó toda la vida pública y privada de Colombia, promoviendo una cultura mafiosa, y eso se refleja en la búsqueda del dinero fácil. El mismo Estado, el mismo gobierno establece estrategias de recompensas para supuestamente acabar con el delito y con los guerrilleros. Eso ha pasado a constituir el modo de vida de mucha gente, parte de los mismos oficiales del ejército y la policía, la gente que se organiza para quedarse con esa plata.

También hay quienes se han beneficiado enormemente del poder del sistema financiero. El gobierno hace reformas que le posibilitan al sector consolidar su poder neoliberal, y cada vez es más difícil acceder al crédito barato para generar desarrollo o a un préstamo para obtener una vivienda. Y es muy preocupante la inestabilidad laboral que lleva a que la gente no pueda hacer proyecto de absolutamente nada.

IPS: ¿Pero las pirámides son puro lavado de dinero del narcotráfico?

PC: Pienso que hay lavado de activos, pero también gente que no sabe que lo está moviendo el narco, y está buscando como acceder a beneficios que ayudaban a solventar otras necesidades. El Estado se ha hecho el bobo, porque tiene mucha gente involucrada en el negocio.

IPS: ¿Y los desplazados? Se dice que son cuatro millones de desplazados internos y cinco millones en el exterior, en total más de 20 por ciento de la población nacional.

PC: O más. Es una situación muy compleja, no solo producto de la guerra, sino también de la manera como opera el paramilitarismo y los proyectos implantados en las regiones, que han expulsado a la gente para tomarles las tierras.

El problema de la tierra es muy delicado, porque además de ser estratégico, se está buscando producir biocombustibles. Se ha logrado cada vez más desarraigar a la población de sus regiones. Por otro lado, mucha gente se va del país huyendo de la guerra, huyendo de las persecuciones y huyendo de la pobreza.

IPS: ¿Hay solución para tantos problemas colombianos?

PC: Es necesario cambiar el modelo y el gobierno, porque éste no cambia absolutamente nada de eso.

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