La crisis financiera mundial cayó como un balde de agua fría en los Balcanes, que se disponían a levantar cabeza después de las guerras de secesión de la antigua Yugoslavia en los años 90 y de la costosa transición hacia una economía de mercado.
"Los primeros 10 meses de 2008 presagiaban uno de los mejores años para la economía en más de una década", declaró el primer ministro serbio Mirko Cvetkovic el miércoles en conferencia de prensa.
"Pero parece que los efectos de esta crisis internacional nos golpearán duro. Es de un tipo que ninguno de nosotros había visto jamás", se lamentó.
Miles de personas perdieron su trabajo en Bosnia-Herzegovina, Croacia, Macedonia y Serbia. En Albania y Montenegro la economía también se estancó en el último par de meses.
Los sectores más golpeados son las industrias textil y metalúrgica, además del turismo y los servicios. Estos dos fueron los responsables del gran crecimiento económico de la región, en especial en Croacia y Montenegro.
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Los Balcanes "no pueden evitar la crisis internacional", señaló en Belgrado el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz. El ex economista jefe del Banco Mundial dirige un organismo especializado creado por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en septiembre para analizar la evolución del descalabro.
"Algunos países acusarán el golpe en el comercio y otros sufrirán la caída del precio de las materias primas", explicó. "La crisis comenzó en el centro, Estados Unidos, pero la periferia sufrirá las peores consecuencias por su impacto sobre las exportaciones y en la inversión extranjera directa."
"La región depende de Europa, donde las consecuencias serán aun mayores que en Estados Unidos", apuntó.
"Ya las estamos viendo", dijo a IPS el analista Goran Nikolic. "Serbia depende de las exportaciones. Los alimentos y los productos básicos, como el cobre y el hierro, representan 40 por ciento de las ventas al exterior. El precio del cobre bajó a la mitad en los últimos dos meses."
La transnacional minera Rio Tinto, que consideraba invertir en la industria del cobre de Serbia, anunció el mes pasado el despido de más de 13.000 empleados en todo el mundo.
"Serbia no puede esperar mucho por ese lado", apuntó Nikolic.
Asimismo, la perspectiva de vender a Rusia las empresas petroleras serbias por unos 400 millones de euros (unos 572 millones de dólares) es ahora remota, dada la recesión que sufre ese país.
Un acuerdo con la fabricante de automóviles italiana Fiat para reflotar la industria en la central ciudad de Kragujevac está en peligro por los propios problemas que tiene la compañía en su país.
"Si Serbia logra crecer tres por ciento en 2009 será todo un logro", dijo a IPS Stojan Stamenkovic. "Igual, será un golpe duro, pues este año el crecimiento fue 7,5 por ciento, muy similar al de toda la región."
Bosnia-Herzegovina y Croacia crecieron seis por ciento en los primeros 10 meses de 2008, Macedonia, 5,2 por ciento, y Montenegro, siete por ciento. Esas proporciones se reducirán a más de la mitad al cabo del año, según las previsiones.
"Sería un milagro que Croacia logre crecer dos por ciento el año próximo", declaró a la prensa local Zeljko Lovrincevic, del Instituto de Economía de Zagreb. "Las inversiones caerán de forma drástica en el turismo, la construcción de viviendas y de barcos, tres motores de la economía croata."
"La ralentización de la actividad económica durará hasta fines de 2010 o principios de 2011", añadió.
Hay mucho miedo de que aumente un desempleo ya elevado, de 30 por ciento en Bosnia-Herzegovina, según cifras oficiales que otras fuentes elevan a 45 por ciento. En Croacia es de 12,6 por ciento, en Macedonia, de 34,9 por ciento, en Montenegro, de 11 por ciento, y en Serbia, 20 por ciento.
Poco se ha dicho de Kosovo, que declaró unilateralmente su independencia de Serbia en febrero. La inversión extranjera allí no ha sido mucha, pero los pequeños emprendimientos que florecieron en los últimos años están ahora en declive, a juzgar por las cifras del Ministerio de Comercio e Industria.
"De las 90.000 empresas registradas, alrededor de 50 por ciento pueden considerarse inactivas", declaró a la prensa local Mehdi Pllashniku, encargado del Departamento de Registros de la cartera.
La gran cantidad de empresas inactivas es preocupante, señaló Safet Gerxhaliu, de la Cámara de Comercio de Kosovo. "Es una clara demostración de que el sector empresarial está en crisis", subrayó.
En Albania, la situación se parece a la del resto de los Balcanes. El primer ministro, Sali Berisha, declaró en una mesa redonda de negocios que la economía se vería afectada por las dificultades en el mundo.
"La crisis no afecta directamente a Albania, pero disminuirán las remesas de los emigrantes, que representan un ingreso de casi 1.000 millones de euros (1.470 millones de dólares) al año", señaló Berisha.
Los más de 700.000 albaneses que trabajan en el extranjero representan un gran alivio para los más de dos millones de habitantes del país.
"Lo único que podemos hacer es seguir trabajando para mejorar el ambiente de inversiones, independientemente de lo que ocurra en los mercados internacionales", apuntó.
El presidente serbio Boris Tadic declaró a la prensa la semana pasada que las autoridades harán "todo lo que sea necesario para preservar las fuentes de trabajo".
Por su parte, el primer ministro croata Ivo Sanader exhortó a "ajustarse el cinturón" para sobrevivir a la crisis. Pero nada dijo sobre las previsiones de que unas 150.000 personas quedarán sin trabajo en un futuro cercano.