«Viviendo al límite», un documental de la directora cubana Belkis Vega que muestra la vida de cinco personas seropositivas al virus de inmunodeficiencia humana (VIH), se estrenará este mes en la televisión cubana, cuatro años después de su realización.
Largo suele ser el camino entre el proyecto, la producción y la exhibición al gran público de los audiovisuales de temática social, trascendió durante la Primera Muestra Temática del Festival del Cine Pobre de Humberto Solás, que sesionó del jueves al domingo en la ciudad de Cienfuegos, 256 kilómetros al este de La Habana.
"El documental busca las heridas de la sociedad para que cicatricen, para que se encuentre una solución y esa herida cierre, pero si no provocan el conocimiento, la reflexión y debate colectivos, la búsqueda de soluciones, una se pregunta: ¿y de qué valió tanto sacrificio?", dijo Vega a IPS.
Así ocurre también con obras cubanas y extranjeras que tratan a fondo temas como los estereotipos de género, la violencia hacia las mujeres, la diversidad sexual, el estigma y la discriminación contra las personas portadoras de VIH, causante del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida) y que, por lo general, se proyectan sólo en muestras y festivales y llegan apenas a pequeños grupos.
Por el contrario, es usual ver en las pantallas de la televisión nacional telenovelas o spots que tocan estos temas, pero se quedan en la superficie, no profundizan en las causas ni en las consecuencias y, en muchos casos, legitiman los mismos patrones patriarcales que, aparentemente, pretendían combatir.
"No hay una política informativa de los medios en el tratamiento y el enfoque de estas temáticas. Más bien hay una falta de conciencia de lo importante que son para el desarrollo de nuestra sociedad", dijo Vega, para quien, aunque reconoció que algunos de estos temas ya no son del todo invisibles, su abordaje sigue siendo aleatorio y asistemático.
Cuando se hacen los materiales para la televisión "no se tienen en cuenta las condiciones socio-económicas que hacen que una persona se infecte con el VIH, ni el papel que pueden jugar las exigencias del grupo. La gente no se siente reflejada", aseguró Carlos Aragonés, coordinador del no gubernamental Grupo de Prevención del Sida. "Tenemos que hablar de las personas que se encuentran en una esquina y tienen sexo como sea, como pueden y con quien sea. Los medios tienen que mover el piso", dijo Aragonés durante uno de los debates de la muestra temática que, entre otros temas, incluyó sesiones sobre migración, violencia de género, masculinidad, diversidad sexual y pobreza.
La muestra rindió además homenaje al cineasta cubano Humberto Solás quien, al morir el 17 de septiembre, dejó algunos de los más importantes personajes femeninos de la cinematografía nacional en una obra aún poco estudiada y conocida, según los críticos Joel del Río y Rufo Caballero, asistentes al foro sobre la mujer en el cine de Solás.
Pensada como un "complemento" del Festival Internacional del Cine Pobre, que se realiza anualmente en la oriental ciudad cubana de Gibara, el encuentro intenta "desarrollar un espacio profesional" que garantice "el intercambio constante" entre especialistas y creadores, aseguró su director Sergio Benvenuto.
"No se trata de decirnos cómo debemos escribir sino de madurar las ideas para no caer en la trampa o no llegar o pasarnos", comentó a IPS Salvador Miló, autor de un guión sobre las consecuencias que puede tener "el machismo hegemónico entre personas del mismo sexo", en el caso específico de dos niños que sufren el maltrato de otros niños.
El proyecto de Miló fue seleccionado para participar en un taller de guiones, que funcionó paralelamente a los debates, con la participación del director cinematográfico Enrique Pineda Barnet, la presidenta de la Cátedra de la Mujer de la Universidad de La Habana, Norma Vasallo, y la profesora del Instituto Superior de Arte de Cuba, Danae Diéguez.
Además de propiciar un encuentro entre dos mundos generalmente separados, la ciencia y el arte, el festival del Cine Pobre pretende con el taller de guiones tener una incidencia real en la preparación de nuevos proyectos audiovisuales de contenido social y contribuir a la búsqueda del financiamiento necesario para su realización.
El enfoque de las obras, una de las aristas tratadas en cada sesión, devino en un debate sobre la relación entre la libertad y la responsabilidad social del arte, al analizar el texto de algunas canciones y espacios televisivos, incitadores de la violencia hacia las mujeres o portadores de mensajes racistas y homofóbicos.
"Todos y todas tenemos una responsabilidad y podemos aportar. El artista podrá tener la libertad de hacer la letra que quiera, pero nosotros tenemos que tener la libertad de criticarla", dijo Julio César González Pagés, coordinador de la Red Iberoamericana de Masculinidades.
A partir del análisis de un documental del realizador Félix Zurita, una denuncia contundente de la violencia de género en Nicaragua, el historiador cubano analizó cómo el abordaje humorístico de determinados temas, como la diversidad sexual o la discapacidad, legitima la violencia y la discriminación.
"Se está empezando a tratar la diversidad sexual en los medios, pero la transexualidad y el travestismo siguen ausentes y, cuando aparecen, salen siempre en negativo", indicó a IPS Olivia Lam, transgénero en proceso de diagnóstico como transexual por una comisión vinculada al estatal Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex).
"No se llega al punto necesario para que la gente nos entienda. Cuando más se pone un travesti en situación de burla o como violador en una serie policíaca, nos encasillan y nos juzgan a todas por igual", comentó a IPS Diana Padilla, una de las participantes junto a Lam y varios especialistas en la mesa sobre diversidad sexual de la muestra audiovisual.
Padilla es una de las entrevistadas en el documental. "ELla trabaja", una obra del realizador Jesús Miguel Hernández que cuenta la historia de un grupo de travestis cubanas, el apoyo que desde hace varios años reciben del Cenesex y su lucha por encontrar un espacio que les garantice su inserción en la sociedad como ellas eligieron ser.
Estos temas tienen que abordarse "de una manera realista, sin dobles tintas, no de forma timorata o superficial", comentó a IPS el sicólogo Alain Darcout.
"En el caso del arte, lo formal no puede perjudicar el contenido", añadió Darcout, especialista de educación y medios de comunicación del Palacio de la Salud de la ciudad de Cienfuegos.