PETRÓLEO-SRI LANKA: La trampa de los mercados

El gobierno de Sri Lanka lidia con el pago de un préstamo de 300 millones de dólares al Citibank y al Standard Chartered Bank (SCB), tras un desastroso contrato de futuros petroleros entre esas firmas y la firma estatal Ceylon Petroleum Corporation (CPC).

Las reservas de divisas extranjeras de Sri Lanka —que rondan los 2.700 millones de dólares, el equivalente a más de dos meses de importaciones— ya están bajo presión a raíz de la crisis financiera mundial.

SCB y Citibank son acusados de no informar adecuadamente a CPC sobre los riesgos involucrados en el crédito que le asignaron, pero negaron vehementemente cualquier maniobra.

Funcionarios de los dos bancos en el exterior visitaron Colombo en las últimas dos semanas para controlar los daños que ocasionó la operación.

El gobernador del Banco Central, Nivard Cabraal, dijo que no se siguieron sus pautas sobre el comercio de derivados.
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Ahora están en marcha negociaciones entre CPC y los bancos para reestructurar los contratos y reducir la carga que pesa sobre la firma estatal srilankesa.

Analistas recuerdan que hace 15 años estos dos bancos estuvieron implicados en una enorme estafa en el mercado de valores, por violar los parámetros del Banco de Reserva (central) de India en los servicios de administración de portafolios. Terminaron pagando 21 millones de dólares en multas.

La crisis srilankesa saltó a las primeras planas hace dos semanas, luego que informes de prensa insinuaron que CPC puede caer en "default" (cese de pagos) en su servicio mensual a los bancos correspondiente a octubre.

La amenaza se atribuyó a problemas de liquidez y a que los bancos no brindaron asesoramiento adecuado a CPC sobre los riesgos involucrados en el contrato.

Luego, el presidente de CPC, Asantha de Mel, convocó a una conferencia de prensa en la que, flanqueado por los presidentes de ambos bancos, negó que la firma srilankesa planeara interrumpir los pagos. Además, dijo que los bancos informaron plenamente a la corporación sobre los riesgos.

Luego de que SCB y el Citibank se involucraron en los contratos de futuros, otros tres bancos hicieron lo mismo, aunque a menor escala.

Los acuerdos se realizaron a través de un "collar de costo cero", una suerte de "cláusula gatillo" según el cual el cliente no paga ninguna prima con el objetivo de compartir los riesgos con los bancos, pero los costos del servicio dependerán del precio del crudo.

CPC decidió anclar los intereses a las cotizaciones petroleras en enero de 2007, cuando en el mercado se especulaba con que los precios del barril de 159 litros de crudo aumentarían incluso a 200 dólares en los meses siguientes.

El "collar de costo cero" implica que, cuando el barril sube a entre 100 y 135 dólares por barril, los bancos pagan una suma acordada (hasta un máximo de 1,5 millones de dólares por mes) a CPC.

Pero cualquier caída de precios por debajo de los 100 dólares obligaría a CPC a pagarle a los bancos, como efectivamente sucedió.

Desde enero, la CPC obtuvo 24 millones de dólares (pago realizado por los dos bancos) pero perdió 38,5 millones, pagados en apenas dos meses.

Para colmo, se dispone a pagar otros 300 millones de dólares si el petróleo se mantiene en un rango de 50 a 60 dólares por barril, o incluso más dinero si la caída es mayor. De Mel admitió que, a los precios actuales, el pago superaría esa suma.

El viernes pasado, el precio del crudo Brent del Mar del Norte cayó a 46,47 dólares por barril, lo que supone una reducción de casi 100 dólares respecto de los 143,33 dólares del 11 de julio.

Según informes de agencias internacionales de noticias, los precios del crudo caerán otro 15 por ciento la semana próxima, mientras registran su precio más bajo desde mayo de 2005.

La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) está recortando la producción para poner freno a la aguda caída de precios, pero la demanda cayó a su punto más bajo en 23 años debido a la crisis económica mundial, según analistas del mercado internacional.

"Alguien debe responsabilizarse por esta enorme pérdida para el país", dijo a IPS el legislador opositor srilankés Dayasiri Jayasekera, miembro del Comité Parlamentario sobre Empresas Públicas (COPE).

Jayasekera informó que este jueves, Asantha de Mel será interrogado "a fondo" por el COPE.

Analistas evaluaron que CPC se jugó, erróneamente, por el mercado de futuros, y acusaron a los bancos de vender a la compañía estatal esta opción sin asesorarla sobre los riesgos.

El experto en energía srilankés Upul Arunajith, radicado en Canadá, explicó a IPS a través de correo electrónico que la opción tomada estaba destinada a conducir, tarde o temprano, a una crisis. "Esto es lo que ocurrió en este caso", sostuvo.

Arunajith consideraba ya cuando se firmaron los contratos que el "collar de costo cero" era la estrategia errada. "Les informé personalmente sobre el desastre inminente. Ni SCB ni el Citibank son instituciones especializadas en energía, ni tienen los medios para brindar una cubrir a CPC", señaló.

El presidente de Citibank, Dennis Hussey, dijo en una conferencia de prensa a la que también asistió De Mel que el gabinete de gobierno de Sri Lanka aprobó el proceso en una sesión especial cuidadosamente documentada.

El presidente de la filial srilankesa de SCB, Clive Haswell, señaló que el banco había recibido una notificación escrita de CPC según la cual la compañía estatal estaba al tanto de los riesgos.

Sin embargo, el consejo de directores de CPC aseguró que esa notificación nunca se extendió, y acusó a De Mel —designado por sus estrechos contactos políticos con el presidente Mahinda Rajapakse y con el ministro de Recursos Petroleros, Mohammad Fowzie—, por tomar decisiones sin contar con la aprobación de todo el cuerpo directivo.

También se acusó a funcionarios de CPC de recibir "favores" de los bancos a cambio de facilitar el acuerdo. El fiscal general Priyadas Dep dijo al periódico The Sunday Times que su departamento —el cual normalmente controla los contratos del estado para evaluar su legalidad— no fue consultado al respecto.

Al aumentar la presión sobre el gobierno, un comité del parlamento convocó a De Mel para informar al respecto, pero el funcionario no se presentó y solicitó tiempo para prepararse adecuadamente.

Mientras se oyen reclamos desde el propio gobierno para cesar los pagos, en el entendido de que los bancos indujeron a error a CPC, crece la presión para pagar los servicios o, de lo contrario, afrontar repercusiones internacionales del default.

Analistas de mercado advierten que los dos bancos ya comercializaron sus futuros en la bolsa New York Mercantile Exchange (NYMEX).

"Cualquier interrupción de los servicios al NYMEX por parte de los bancos será percibida como un cese de pagos de una deuda soberana, lo cual sería desastroso si Sri Lanka sale a buscar créditos en el mercado comercial extranjero", sostuvo un experto.

En los últimos dos años, el gobierno recurrió a préstamos a gran escala en el mercado internacional para financiar gastos del Estado, en los cuales no son menores los que implica la guerra contra separatistas tamiles en el norte y este del país.

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