La guerra que llevó a Angola a independizarse de Portugal en 1975 dejó huérfana a Luzia Inglês Van-Dúnem, pero también le dio una nueva familia y se convirtió en fuente de inspiración para su vida política.
"Me formé durante la revolución", relató Inglês, quien es hoy una de las más destacadas figuras políticas de Angola.
Inglês volvió a ocupar un puesto en el parlamento tras los comicios de septiembre, los segundos en la historia de este país. Además es secretaria general de la Organización de la Mujer Angoleña (OMA), ala femenina del gobernante Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA).
Su padre, un pastor metodista, fue torturado y asesinado por el régimen colonial. Su madre murió poco después, según ella, de tristeza. Inglês se unió a los 13 años de edad a la guerrilla del MPLA, en un monte cercano a su casa en Bengo, al norte de Luanda.
Estudió telecomunicaciones en la hoy disuelta Unión Soviética, estuvo un tiempo en Tanzania con una célula del MPLA, regresó a Angola justo antes de la independencia y, entre 1976 y 1991, dirigió el servicio de telecomunicaciones.
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Con el ex ministro Afonso Van-Dúnem, con quien está casada desde hace 38 años, tuvo cuatro hijos y varios nietos. En 1999, Inglês asumió la conducción del OMA.
Desde su creación en 1962 para apoyar a los combatientes del MPLA, la OMA evolucionó de grupo de lucha a instrumento de campaña política.
En las últimas elecciones, Inglês y su equipo viajaron por todo el país buscando el apoyo de las mujeres.
La especialista Netfa Freeman, del Instituto de Estudios Políticos de Washington, vincula el respeto que hay en Angola por las mujeres con el poder a la legendaria reina Jinga Mbandi, quien resistió a la invasión portuguesa en el siglo XVII.
La tradición se mezcla con ideas socialistas.
"El movimiento de liberación, no sólo de Angola sino en toda África, puedes ver cómo reconoce la necesidad de igualdad entre hombres y mujeres", señaló Freeman.
Durante la declaración del partido en los años 80, OMA propuso leyes que reconocieran a las parejas no casadas y a los niños nacidos fuera del matrimonio.
"Muchos de los avances que logramos para las mujeres en Angola son el fruto del trabajo de OMA", señaló la ministra de Familia y Promoción de la Mujer, Genoveva da Conceição.
Pero la pregunta que muchos se hacen es si OMA es hoy una maquinaria de campaña que permite que un gobierno con petrodólares, y cuya economía goza del mayor crecimiento de África, siga sin mejorar la situación social.
Las estadísticas sociales de Angola la sitúan en el lugar 162, entre 177 países, en el Índice de Desarrollo Humano de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
La esperanza de vida es de 41 años. Sólo tres de cada 10 mujeres del campo están alfabetizadas. Las cifras de mortalidad materna e infantil son una de las peores del mundo. Angola es uno de los países que invierte menos en salud en relación con el producto interno bruto en África subsahariana.
"OMA es una agrupación dentro del MPLA", señaló Eunice Inacio, especialista de género del no gubernamental Taller de Desarrollo.
Inacio elogió el trabajo de OMA en materia de alfabetización, microcrédito y violencia doméstica. "Pero las financia el partido y tienen mucho dinero para hacer esas cosas, las organizaciones opositoras de mujeres no tienen las mismas posibilidades", añadió.
Menuda, casi con 60 años, Inglês tuvo que colocarse un dispositivo auditivo antes de la entrevista.
"Tenemos que aumentar la cantidad de centros de salud en nuestras comunidades para que las madres no pierdan todo el día llevando a sus hijos al médico", reconoció.
La planificación familiar es importante aquí, dónde las mujeres tienen en promedio seis hijos.
"En situaciones de extrema pobreza, la gente piensa que si tienen 10 hijos cuatro pueden morir, así que mejor tener muchos. Pero no debemos tenerlos para que mueran, sino para que vivan. Traer un niño al mundo cuando sabes que pasará hambre es un crimen", apuntó.
Independientemente de las críticas hacia la actividad del MPLA, las activistas reconocen que Inglês ha luchado por las angoleñas.
"Es una mujer enérgica con fuertes convicciones. Siempre es la misma, sin importar con quien hable. Uno siente que puede confiar en ella", señaló Inacio.
La compañera de Inglês en el parlamento, Adélia Maria Pires da Conceição de Carvalho, la describió como "una mujer muy fuerte. Haber sido huérfana marcó definitivamente su forma de ver la vida. Tuvo que crecer rápido".
Inglês se siente orgullosa por la cantidad de mujeres en cargos de decisión. De 26 en el parlamento pasaron a 81, en un total de 220 escaños, y de dos ministras a 10.
"Las cosas cambiaron mucho", aseguró. "Creo que podemos alcanzar el objetivo de la Comunidad de Desarrollo de África Subsahariana de tener 50 por ciento representantes mujeres para 2015".
Carvalho considera que gran parte de ello es producto del esfuerzo de Inglês. "Ella peleó mucho dentro del partido para lograr que se eligieran más mujeres", señaló.
IPS se reunió con Inglês en su oficina, en uno de los corredores de la sede del MPLA en el centro de Luanda. Su escritorio está plagado de insignias partidarias y fotografías.
Al preguntarle si era una de las mujeres más poderosas de Angola, ella se río: por suerte, replicó, hay muchas en estos días.