El ambiente político hondureño se convulsiona luego de que el parlamento rechazó la renuncia del vicepresidente del país, Elvin Santos, que la había presentado para poder competir en los comicios de noviembre de 2009 como candidato a la presidencia por el gobernante Partido Liberal.
El Congreso legislativo, previo a esta decisión tomada el martes por la noche, había aprobado una ley que impide a Santos presentarse como candidato a la presidencia, a instancias del Tribunal Supremo Electoral (TSE), cuyos magistrados entienden que la Constitución veda esa posibilidad al vicepresidente o a quien haya ejercido la titularidad del Poder Ejecutivo.
Santos presentó su renuncia en un intento de soslayar esa disposición, pero fue rechazada horas después ya que, según los parlamentarios, no existía "causa justificada", como una enfermedad que le impidiera ejercer sus funciones.
Agregaron que el vicepresidente fue elegido por el voto popular, no nombrado por el Congreso, y que por lo tanto no podían aceptar su dimisión.
El proceso se desató luego de que la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia dejó sin efecto una reforma a la ley fundamental de hace seis años, que introdujo la figura del vicepresidente en reemplazo de los llamados "designados presidenciales", cargo contemplado en el texto original.
El TSE envió el lunes un proyecto de ley al Congreso, que lo aprobó al día siguiente, en el que señaló que "todas las disposiciones de la Constitución de la República, la Ley Electoral y de las Organizaciones Políticas en relación a la figura del vicepresidente se refieren a los Designados a la Presidencia de la República".
En consecuencia, "las prohibiciones, inhabilidades y condiciones de elegibilidad, según el texto constitucional original, de los candidatos de movimientos y de organizaciones políticas, al cargo del Presidente y Designados establecidos por la Corte Suprema de Justicia serán exigibles y aplicables a los que ostenten el cargo de vicepresidente de la República".
Santos dijo que los legisladores, incluso los de su propio partido, "están matando la democracia". "Me quieren impedir ser presidente, pero no lo vamos a permitir, agotaremos todas las instancias que existan, de ser posible", apuntó.
El 30 de este mes, tanto el oficialismo como el opositor Partido Nacional, ambos de tendencia conservadora, efectuarán elecciones internas para nominar a sus candidatos a la presidencia, designados presidenciales, diputados y alcaldes en los comicios de 2009.
Santos, cuya corriente interna participará con un "candidato prestado" hasta que se aclare la situación de su líder, representa a uno de los sectores empresariales más conservadores del país. Desde que asumió el cargo en 2006 ha mantenido fuertes disputas con el presidente Manuel Zelaya.
El constitucionalista Edgardo Dumas dijo a IPS que la renuncia presentada por Santos "constituye un hecho histórico, por cuanto el pueblo votó por él, fue electo por el libre sufragio. Pero parece que él desprecia ese poder".
A su juicio, "es interesante que alguien nombrado para un cargo como la vicepresidencia lo devuelva de la forma en que lo está haciendo, evidenciando un desconocimiento total de las normas que rigen la república".
La presidenta del Partido Liberal, Patricia Rodas, afirmó que Santos "debe someterse a la ley y dejar de dividir al partido".
Sin embargo, agregó que "ha llegado el momento de convocar a una Constituyente para revisar la ley fundamental e impedir que cualquiera promueva reformas o caprichos a su antojo".
Con vistas a las elecciones internas del 30 de noviembre, los precandidatos con más posibilidades en el Partido Liberal, según las encuestas, son Santos, el presidente del Congreso, Roberto Micheletti y el periodista y líder evangélico Eduardo Maldonado.
En el Partido Nacional, los favoritos son Porfirio Lobo, ex presidente del Congreso, y el empresario Mario Canahuati.
Se estima que alrededor de la mitad de los cuatro millones de ciudadanos que figuran en el padrón electoral votarán en las internas de los dos partidos mayoritarios de Honduras.