ZIMBABWE: Se agrava la crisis alimentaria

Las dificultades que sufre la agricultura de Zimbabwe parecen no terminar nunca: las severas sequías, el encarecimiento de fertilizantes y otros insumos, la desigual distribución de la tierra y la violencia política, que afecta especialmente a la población rural.

"La gente vive en condiciones muy precarias. No hay comida en los comercios. Lo que sembraron no es suficiente para ellos mismos ni para el país. La población en general pasa hambre, pues no siquiera existe comida que se pueda comprar", dijo el activista Lovemore Chinoputsa.

En el árido sudoeste, algunos aldeanos desesperados ingieren frutos silvestres no comestibles o mangos aún verdes para sobrevivir. La organización humanitaria Salvemos a los Niños informó en septiembre que muchos habitantes del valle del río Zambezi, "la zona más pobre y más seca, subsisten comiendo una raíz fibrosa de sabor repugnante, llamada makuri".

Wilson Khumbula, líder del pequeño partido opositor ZANU-Ndonga, dijo a IPS que miembros de las familias pobres en la región sudoriental y en el área rural de Masvingo van de puerta en puerta pidiendo granos.

"La gente recurre ahora a la mendicidad y algunos casan a sus hijas jóvenes con miembros de familias adineradas a cambio de granos. A esto ha llegado la situación", agregó.
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El Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la Organización de las Naciones Unidas señaló que se trata de una crisis nacional y pidió que se destinen 140 millones de dólares para alimentar a 3,75 millones de personas, que según sus estimaciones requerirán asistencia alimentaria para enero de 2009.

"La situación ya es crítica en muchas áreas rurales, particularmente en los distritos de la zona meridional, los más afectados, pero también en el centro, oriente y noroeste del país. Gran cantidad de granjeros tuvieron este año una mala cosecha y ya han agotado sus escasas reservas", dijo el portavoz del PMA, Richard Lee.

La situación se agravó a causa de la prohibición de las tareas de asistencia de las organizaciones no gubernamentales impuesta por el gobierno en junio. Aunque fue levantada en agosto, los activistas no han reanudado todavía sus operaciones en gran escala.

Todavía existen interferencias políticas en la distribución de alimentos en algunas partes del país.

Dirigentes de la gobernante Unión Nacional Africana de Zimbabwe-Frente Patriótico (ZANU-PF) demandan que sólo sus seguidores reciban esa asistencia, contemplada en un programa de oficial de subsidios, dijo a IPS Alois Chaumba, presidente del no gubernamental Proyecto de Paz de Zimbabwe.

Las esperanzas de una mejor cosecha en 2009 también se desvanecen. Expertos han advertido que la crisis continuará el año próximo.

El programa gubernamental de apoyo agrícola, a cargo de Mariyawanda Nzuwa, batalla para atender las necesidades de los granjeros. Otorga insumos a quienes tienen un historial de buenos resultados.

El ministro de Información y Publicidad, Sikhanyiso Ndlovu, dijo a IPS que el gobierno está preparado para la época de siembra y que se han entregado insumos a los agricultores del país.

"La idea es que nadie debe sufrir hambre. Estamos reubicando a Zimbabwe en el 'granero' de la región. Sólo pedimos a Dios que tengamos buenas lluvias", agregó.

Pero Renson Gasela, experto en seguridad alimentaria, discrepa con Ndlovu.

"Ya es muy tarde para lograr un impacto significativo en lo que hace a la situación alimentaria. Apenas faltan tres o cuatro semanas para la temporada de lluvias y nada se ha preparado. Leemos mucho sobre lo que se ha hecho, pero nada de eso existe en el terreno", aseguró.

El presidente de la Unión de Granjeros, Henrick Olivier, dijo que la próxima campaña agrícola ya es un "desastre" antes de su inicio. Continúan los desalojos de granjeros blancos y hay escasez de insumos.

Apenas existe disponibilidad de 40.000 toneladas de fertilizantes y 9.000 toneladas de semillas de maíz.

Según Gasela, Zimbabwe requiere anualmente un total de un millón de toneladas de granos para consumo humano y 400.000 toneladas para uso industrial, pero en la presente situación una cosecha de esa magnitud no es más que un sueño.

Las organizaciones humanitarias distribuyen alimentos en las áreas más afectadas, pero la tarea es abrumadora. Algunas familias las acusan de realizar una distribución selectiva, que apunta exclusivamente a los más pobres.

"No hay comida en el país. Estas organizaciones deberían ayudar a todos, estamos en la misma situación que los demás", dijo un aldeano que quedó fuera de la lista de beneficiarios de la asistencia.

Los socorristas responden que el número de receptores de la ayuda se incrementará cuando reasuman sus operaciones a pleno, pero que la tarea inmediata es solucionar la carencia de fondos.

"Durante los últimos cinco años hemos tenido una fantástica respuesta de la comunidad internacional. Los donantes han sido extremadamente generosos. Nos dieron cientos de millones de dólares, pero desafortunadamente necesitamos más y en forma urgente, para poder proporcionar comida a las personas que la necesitan en Zimbabwe", dijo Lee.

"Las reservas de alimentos se agotarán en enero, cuando la crisis alcance su pico, por lo que realmente necesitamos recursos adicionales para asegurar que la gente que más necesita la comida pueda recibirla", agregó.

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