TRANSPORTE-ZIMBABWE: Autobuses por las nubes

Todas las tardes, Barbara Taruvona, propietaria de una peluquería de la capital de Zimbabwe, debe pagar un complemento del sueldo a sus empleados por el aumento diario del costo del transporte.

"Muchas veces me cuesta conseguir dinero en efectivo para que todos puedan ir a su casa y volver al día siguiente. Antes les pagábamos por semana, pero el costo del billete aumenta todos los días", contó Taruvona a IPS.

El aumento del transporte público complica a los empleadores.

Un billete interurbano cuesta unos 60 centavos de dólar en el mercado paralelo. Pero la equivalencia varía todos los días en las casas de cambio.

"No es verdad que seamos insensibles con nuestros clientes. El billete aumenta a todos los días por el alza de los combustibles", explicó Taona Zinumwe, propietario de una flota de autobuses interurbanos.
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"No debe analizarse el aumento del billete del transporte en forma aislada. No es más que un síntoma de la crisis que vive este país. Mientras no se solucione el problema, los autobuses interurbanos serán los más afectados", añadió.

La inflación fue congelada por las autoridades en 231 millones por ciento, pero el transporte público aumenta a diario. Eso supone un gran problema para los trabajadores que dependen de los autobuses interurbanos.

Los operadores de Harare abandonan ciertos destinos lo que obliga a los trabajadores a dormir en sus empleos y regresar a sus casas el fin de semana.

"Eso puede traerme ciertos problemas con las autoridades, pero no tenemos otra opción", explicó Taruvona.

Pero hay otro asunto que casi liquida su negocio. No puede sacar dinero del banco. Los empresarios sólo pueden retirar un máximo de 10.000 dólares de Zimbabwe, que el viernes pasado equivalían a un dólar estadounidense.

"La cantidad de dinero que puedo retirar no me alcanza para pagar los billetes de un solo empleado. Como ves, tengo 13 peluqueras, ocho barberos y tres empleados más en administración", relató.

"Para peor, la mayoría de mis clientes pagan con cheque, y el banco se toma varios días para acreditarlos a mi cuenta. Tengo que arreglármelas con los pocos clientes que pagan en efectivo. Si sigue así, voy a tener que cerrar la peluquería", se lamentó.

El Banco de la Reserva de Zimbabwe prohibió hace poco las transacciones electrónicas y ahora deben hacerse en efectivo o mediante cheques certificados. Eso repercutió de forma negativa en las empresas. Algunas de ellas, incluido los restaurantes de comida rápida del conglomerado Innscor Africa, debieron suspender sus actividades.

Además de las complicaciones que eso supone, el presidente del Congreso de Sindicatos Zimbabwe, Lovemore Matombo, señaló que el aumento del costo del transporte trastoca la productividad.

"A causa del desproporcionado aumento del transporte y la falta de liquidez de los bancos, la mayoría de los empleados no pueden ir a trabajar cinco días a la semana. Sólo pueden hacerlo ocho horas por semana, es decir que se pierde 80 por ciento de la producción semanal", afirmó Matombo.

"Algunos empleados gastan mucho más dinero en billetes de lo que ganan por mes. Quieren trabajar, pero la situación actual les impide llegar hasta sus lugares de trabajo", apuntó.

La supervivencia misma de algunas empresas clave está amenazada, advirtió Matombo.

"Los trabajadores sufren las consecuencias de decisiones políticas irresponsables y eso no es bueno para nosotros como país", remarcó.

A Gertrude Munetsi, encargada en una importante fábrica de ropa que vive en Chitungwiza, unos 30 kilómetros al sur de Harare, el transporte sólo le insumía una pequeña fracción de su sueldo, pero ahora es el principal gasto.

"Cuando comencé a trabajar aquí, hace nueve años, podía mandar a mis hijos a un internado. Compré una casa en Chitungwiza y podía hacer compras a fin de mes. Ahora ya no porque todo se me va en transporte. Me cuesta incluso mandar a mi hijo de nueve años a una escuela de Zengeza", un barrio de esa ciudad, relató.

Los funcionarios del Estado también quedaron desamparados con el disparatado aumento del transporte.

"Los maestros ya no pueden ir a trabajar", señaló Takavafira Zhou, presidente del Sindicato Progresista de Maestros de Zimbabwe.

"Su sueldo ya ni les alcanza para ir hasta el lugar de pago más cercano, así que esperan en sus casas sin hacer nada", añadió.

Clever Munatsi, vigilante de la terminal de autobuses de la Plaza del Mercado, la más grande de Harare, señaló que en los últimos meses disminuyó de forma significativa la cantidad de personas que toman buses allí.

"Disminuyó mucho. La gente suele optar por caminar, y otros prefieren subirse a camiones abiertos, que son más baratos. Los que se siguen tomando buses se quejan de que los billetes son muy caros", indicó Munatsi.

Se le hace muy difícil al gobierno controlar las operaciones de las empresas de transporte público, señaló un funcionario del gobierno local, que pidió reserva de su identidad.

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