«Nuestra voz debe llegar a los oídos de los líderes que nos gobiernan». Así explica la italiana Marina Ponti la campaña de este año del Llamado Mundial a la Acción contra la Pobreza, conocido por sus siglas en inglés GCAP.
Los Objetivos del Milenio fueron adoptados en 2000 por la comunidad internacional como una plataforma para erradicar la miseria y la desigualdad.
"El año pasado fortalecimos el concepto añadiendo 'Habla'. Nuestra voz debía llegar a los oídos de los líderes que nos gobiernan. Ahora ya no basta con levantarse y gritar, debemos demostrar nuestros esfuerzos a través de acciones concretas", agregó en referencia al lema de 2008: "Levántate y actúa".
La cantidad de gente que se ha puesto de pie en el curso de las diferentes ediciones de "Levántate" ha ido creciendo cada año. En 2006 fueron 23,5 millones los que participaron y establecieron un hito que valió el ingreso en el Libro Guinness de los Récords. El año pasado, bajo la consigna "Levántate y habla", fueron 43,7 millones de personas.
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El objetivo este año es que 67 millones de personas en todo el mundo se unan en una petición única a sus gobiernos: poner fin a la pobreza y a la desigualdad, con acciones efectuadas entre el 17 y el 19 de este mes, coincidiendo con el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza que se celebrará este viernes.
"Somos muy optimistas" dijo Ponti a IPS. "Abarcar este número de personas sería algo que los gobernantes no podrán ignorar. Sería la prueba de la toma de conciencia de la gente sobre este grave problema. Estoy segura de que los ciudadanos son mucho más conscientes de la pobreza que los gobiernos".
Italia será uno de los "sitios calientes" en el plan de movilizaciones del GCAP para el fin de semana.
Este país, que en 2007 tenía 7,53 millones de pobres de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística, fue el escenario de manifestaciones que agruparon a 756.000 personas en la campaña del año pasado.
"El éxito de 'Levántate' en Italia se debió a que se organizó simultáneamente y se incorporó a la Marcha por la Paz Perugia-Asís. Esto se lo debemos también a las organizaciones a nivel local y nacional", explicó Ponti.
Según Sergio Marelli, presidente de la asociación de las organizaciones no gubernamentales (ONG) de este país, "la coalición italiana dentro del GCAP es muy importante. Pero lo más importante es la estructura interna del movimiento, compuesto de más de 70 ONG, uniones y otras asociaciones. Esta presencia nos da fuerza en el ámbito internacional".
Los motivos de la protesta en Italia se centran en las reducciones dispuestas por el gobierno a los montos destinados a la cooperación internacional. Según Ponti, "Italia anunció recortes al desarrollo mucho antes del estallido de la crisis financiera. Dado que es uno de los últimos países europeos en ayuda al desarrollo, pedimos una intervención más firme, ya que un recorte de tres años es un mensaje político muy negativo".
Por eso los organizadores italianos de la campaña invitan a protestar contra el decreto-ley 112, aprobado por el gobierno en junio, que redujo en 170 millones de euros (unos 232 millones de dólares) la asistencia anual a los países en desarrollo para el trienio 2009-2011.
En los hechos, el decreto pasó por encima de la Ley de Cooperación de Italia con los Países en Desarrollo, de 1987, cuyas previsiones establecen que los montos de la ayuda deben fijarse cada tres años, cuando se aprueba el presupuesto público.
Según el sitio web del Ministerio de Relaciones Exteriores, responsable de la gestión de la asistencia al desarrollo, el monto de este año fue de unos 1.000 millones de dólares.
Sin embargo, aunque el clamor de tanta gente se escuche alto y claro, está por verse cuáles son los resultados.
Ponti admitió que "la situación es especialmente preocupante en vista de que el próximo año Italia presidirá el G-8 (Grupo de los Ocho países más poderosos). Este paso, marcado por tantos recortes a la cooperación, hace que pierda credibilidad".
El G-8 está conformado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia.
Para Marelli, el comportamiento de los gobiernos hacia la cuestión del desarrollo no debe ser analizado a nivel mundial sino individualmente.
"Los Estados están cada vez más divididos entre los que se esconden detrás de la justificación de la negativa situación económica y los que, en cambio, siguen ayudando al desarrollo", dijo Marelli a IPS.
"Hay países, como Francia y España, que han aumentado los montos para el desarrollo, otros, como Alemania y Gran Bretaña, que los han mantenido. Los países nórdicos, incluso, han llegado al 0,7 por ciento del producto interno bruto (PIB)", un compromiso asumido por las naciones ricas hace décadas.
"Pero Italia ha reducido drásticamente las ayudas. El pronóstico es malo. La proporción de la asistencia al desarrollo con relación al PIB pasará de 0,2 a 0,1 por ciento", añadió.
Según Marelli, "la actual situación económica no es justificación suficiente para cortar la ayuda al desarrollo. El gobierno debe entender de una vez por todas que la inversión en la lucha contra la pobreza es una inversión segura, que apoya un desarrollo económico más racional y ordenado".
"El deber de los ciudadanos es vigilar y observar si la decisión está en consonancia con la voluntad política del país", dijo Ponti. "Exigimos el cumplimiento de los compromisos por parte del Estado y la declaración de disidencia política por parte de la gente".
"Nuestra crítica es indiferente a las mayorías gubernamentales o el color de los partidos políticos. Los italianos son un pueblo unido y muy sensible a estas cuestiones, un pueblo siempre dispuesto a movilizarse, cualquiera sea el gobierno contra el que deba hacerlo", concluyó Marelli.
