IBEROAMÉRICA: Dadme una computadora y haré una fiesta

Buscar alternativas contra la brecha digital y tecnológica e intercambiar experiencias innovadoras son los objetivos de la Campus Party Iberoamérica, un encuentro de nombre inglés que es parte de la XVIII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, celebrada en El Salvador.

Crédito: Ana Artigas/IPS
Crédito: Ana Artigas/IPS
Se trata de un encuentro "que reúne personas con talento e iniciativas para que compartan sus inquietudes, conocimientos y experiencias. Asisten expertos en robótica y software, así como personas dedicadas a los videojuegos. En esta edición, el objetivo es el fomento de la inclusión digital y tecnológica", explicó a IPS Juan Negrillo, coordinador de la Campus Party, algo así como "fiesta en el recinto universitario".

Negrillo habló de "esta edición" porque la Campus Party a secas es un encuentro anual que se celebra desde 1997, desarrollado por la Asociación E3 Futura, una entidad sin fines de lucro que tiene por finalidad "acercar la tecnología, en sus más diversos aspectos, al conjunto de la sociedad" y que cuenta con el patrocinio de organismos gubernamentales de España y de empresas de ese país y del resto del mundo.

La cita salvadoreña reúne desde el 28 de octubre al 1 de noviembre a unos 600 participantes de 22 países agrupados en distintas áreas, que abarcan desde la astronomía hasta la robótica, pasando por la innovación y el "modding" (nuevamente el inglés, esta vez para designar la práctica de modificar partes de una computadora, con fines funcionales o estéticos).

Cada sector temático desarrolla una actividad colectiva, mientras algunos asistentes presentan sus proyectos destinados a ampliar la inclusión digital, es decir el acceso de todas las personas a las técnicas de la informática y las telecomunicaciones.
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La apropiación de la tecnología es la consigna de los encargados de preparar un manifiesto que entregarán a los mandatarios reunidos en la XVIII Cumbre. "Entendemos que la brecha ya no es tecnológica, a nivel de software (programas de computación) y hardware (máquinas y aparatos), sino cultural. Lo más importante es adueñarse del conocimiento", dijo a IPS el colombiano José Muñoz encargado del área de inclusión digital.

El documento quiere dejar constancia de la necesidad de desterrar la idea de que la tecnología es un fin en sí mismo, para concebirla como una herramienta. "No hablamos de hackers (expertos informáticos) que participan en el Campus Party para mostrar lo que hacen, sino de personas que emplean sus computadoras para mejorar la calidad de vida de la comunidad", dijo.

"Por ejemplo, hay jóvenes latinoamericanos de comunidades indígenas que emplean las plataformas de Internet para viabilizar iniciativas comunitarias con el fin de que su cultura no muera", abundó.

Es el caso del guatemalteco Jesús Laynes, de la Asociación Enlace Quiché, que ha desarrollado un software educativo en esa lengua maya, el quiché, para su comunidad.

"La mayoría de las personas que viven al margen del mundo tecnológico no saben que están excluidas. Para enseñarles cómo funciona Internet debemos hacerlo en su propia lengua, eso les facilita el aprendizaje. Creo que si logramos que el conocimiento ancestral entre en Internet, lo vamos a preservar", dijo Laynes.

En esta feria tecnológica también participan defensores del software libre (programas informáticos que se desarrollan a partir de la libertad de uso y modificación, de acuerdo a las necesidades del usuario).

Uno de ellos es el argentino Diego Saravia, quien sostiene que este tipo de software no sólo es indispensable para reducir la brecha digital, sino que es la "es la única forma para utilizarlo de manera ética. Estamos hablando de la libertad del conocimiento para que los seres humanos adquieran las herramientas necesarias para sobrevivir en el mundo que se está construyendo", puntualiza.

Hay muchas maneras de extender este tipo de programas, según Saravia, una de ellas es impulsada por los gobiernos que cada vez los emplean más, y toman decisiones políticas para fomentarlo. La otra es a través de la ciudadanía, que aumentará su uso en le medida en que conozca sus ventajas.

El grupo de innovación, en el que participa Saravia, tiene el propósito de elaborar un portal con un foro y un videojuego educativo, para convertirlo en un espacio que albergue las iniciativas relacionadas con la lucha contra la brecha digital y tecnológica.

El recinto, ubicado en el Polideportivo de Ciudad Merliot, estará poblado hasta este sábado de computadoras, ingenieros de todas las especialidades y robots.

El Basurator es un robot guatemalteco elaborado con material reciclado que indica dónde tirar la basura, y el salvadoreño Udbito es un brazo mecánico que desplaza los objetos. "La robótica va más allá de la inclusión digital, será la siguiente revolución, es el futuro, pero quedarán excluidos de ella los que no superen la brecha digital", explicó el experto español en robótica Alejando Alonso Puig.

Desde la Campus Party inicial, en la ciudad española de Málaga, se han llevado a cabo también ediciones en Brasil y en México. La salvadoreña es la primera iberoamericana.

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