Cuba y la Unión Europea (UE) dieron vuelta su añosa página de desavenencias para comenzar un nuevo ciclo en sus relaciones, tras realizar esta semana en París una conferencia ministerial con el objetivo de formalizar el diálogo político.
La reunión abonó el camino para la visita que prevé efectuar a La Habana a partir de este miércoles el comisario europeo de Desarrollo y Ayuda Humanitaria, Louis Michel, que podría facilitar la reactivación de programas de cooperación paralizados por el congelamiento de las relaciones en 2003.
Luego de conversar este jueves con sus pares Bernard Kouchner, de Francia, y Karel Schwarzenberg, de República Checa, el canciller cubano Felipe Pérez Roque calificó la reunión, en declaraciones a la agencia oficial de noticias Prensa Latina, de " amplia, franca, profunda y respetuosa".
Pero en un comunicado posterior publicado en Internet, la cancillería cubana aclaró que su delegación insistió en que para la creación de un nuevo marco bilateral "en calidad de iguales" también debe eliminarse la denominada "posición común" de la UE hacia el país caribeño.
Esta política, adoptada en 1996, tiene el propósito de "fomentar el proceso de transición hacia el pluralismo democrático y el respeto de los derechos humanos y de las libertades fundamentales en Cuba, así como el aumento y la mejora duraderos del nivel de vida del pueblo cubano".
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En el diálogo en París estuvo también presente Michel, quien había viajado a La Habana en marzo para participar en conversaciones "exploratorias".
En esas deliberaciones, el gobierno cubano advirtió que cualquier acercamiento requería la eliminación definitiva de las sanciones diplomáticas aplicadas por la UE por el arresto y condena de 75 opositores en 2003.
Esas restricciones, suspendidas temporalmente en 2005, fueron finalmente eliminadas en junio último. La Habana reaccionó inicialmente con cautela, pero la decisión de la UE resultó decisiva para sacar del estancamiento las relaciones entre Cuba y el bloque de 27 países europeos.
Las sanciones incluían límites a las visitas gubernamentales y a la participación europea en actos culturales en Cuba, así como invitar a miembros de la oposición a las recepciones organizadas por las fiestas nacionales de los estados miembros de la UE.
Estas invitaciones irritaron especialmente al gobierno cubano, que considera sin distinción a todos los opositores (que actúan sin reconocimiento legal) "mercenarios" al servicio de la política hostil de Estados Unidos.
"Se abre un camino que solo ha sido posible después de que la UE eliminó definitivamente las sanciones contra Cuba", dijo Pérez Roque sobre las conversaciones en París. "Hemos reiterado que nuestro país no acepta ninguna imposición que menoscabe nuestra soberanía", añadió.
Según fuentes comunitarias, en la reunión también se abordó "en todas sus dimensiones" la situación de los derechos humanos y políticos en Cuba. La presidencia de la UE, a cargo de Francia en este semestre, recordó a la delegación cubana "las esperanzas europeas" en la materia.
"Los europeos están interesados en reactivar la cooperación con Cuba, especialmente luego del azote de los huracanes Ike y Gustav", comentó a IPS un diplomático acreditado en La Habana.
El gobierno cubano rechazó toda ayuda oficial directa de la UE, en reacción a las medidas diplomáticas de 2003.
La colaboración de la UE con Cuba entre 1993 y 2002 ascendió a 145 millones de euros (unos 171 millones de dólares), dos tercios de los cuales corresponden a ayuda humanitaria.
El canciller cubano viajó a París desde España, donde repasó las relaciones bilaterales y evaluó el comienzo del diálogo político con la UE con su anfitrión, el canciller Miguel Angel Moratinos. Pérez Roque también se entrevistó con el rey Juan Carlos en el Palacio de la Zarzuela.
Bajo la presidencia del socialista José Luis Rodriguez Zapatero, el gobierno de España ha sido el principal promotor de cambios de postura de la UE hacia el país caribeño.
Ambos países reactivaron su vínculo en abril de 2007 y pusieron en marcha un mecanismo de diálogo politico que incluye los derechos humanos.
"Las relaciones Cuba-Unión Europa irán mejor o peor, pero ya están ( ) en un nuevo terreno ( ) en el que hay un horizonte de diálogo para todos sin condiciones y con todos los contenidos", comentó el embajador de España en este país, Carlos Zaldívar.
El buen ánimo en los vínculos entre La Habana y Madrid favoreció la reanudación, a partir de 2007, de la cooperación para el desarrollo, que este año podría llegar a unos 30 millones de euros (40,3 millones de dólares), según estimaciones de funcionarios de la embajada española.
Adicionalmente, se prevé un plan de ayuda por 24,5 millones de euros (33,7 millones de dólares) para programas de recuperación ante los daños causados en territorio cubano por los huracanes Gustav y Ike entre fines de agosto y principios de septiembre.
Ante los aires de normalización de las relaciones con la UE, sectores moderados de la disidencia interna consultados por IPS dijeron ser favorables al diálogo, sobre todo en las circunstancias difíciles que vive el país.
"Es algo positivo para todos", consideró Manuel Cuesta, portavoz del partido Arco Progresista.
"Siempre hemos estado a favor del diálogo, sólo que la situación actual de nuestro país no ayuda al optimismo. Además, no vemos los cambios prometidos. Hay un regreso a la ortodoxia", dijo el economista Oscar Espinoza Chepe, uno de los 75 opositores presos en 2003, hoy en libertad condicional por razones de salud.


