Mientras el gobierno de Estados Unidos continúa armando el rompecabezas del rescate de su sector financiero, a un costo de 700.000 millones de dólares, al presupuesto del Cuerpo de Paz de este país le faltan 18 millones para cumplir con sus funciones.
El Cuerpo de Paz, uno de los más exitosos programas de política exterior de Estados Unidos, tiene la misión de ayudar a otras naciones a través de voluntarios capacitados, que trabajan en un país extranjero por dos años y ayudan en áreas como la salud, la educación, los negocios y la agricultura.
En 2001, el entonces flamante presidente estadounidense George W. Bush anunció que aumentaría el número de voluntarios a 14.000 para 2007, pero aún hoy faltan unos 6.000 para alcanzar esa meta.
Además, la estrechez presupuestaria obliga a suspender unas 400 vacantes de voluntarios y postergar, en algunos casos indefinidamente, el despliegue de los que ya han sido aceptados.
El Cuerpo de Paz también intenta controlar costos a través de la reducción de sus oficinas de reclutamiento, fusionando varias de ellas, y postergando la contratación de nuevo personal en el exterior.
[related_articles]
Los administradores de la sede de Washington y otras 11 oficinas regionales recibieron la orden de recortar 15,5 por ciento sus presupuestos.
En el exterior, muchas de sus filiales ahorran a través de la reducción del tiempo dedicado al entrenamiento de voluntarios y concentrando en una sola persona el trabajo que antes realizaban dos o más empleados.
"Creo que el recorte presupuestario es ridículo, en especial frente los recursos con los que cuentan las fuerzas armadas para reclutamiento", dijo a IPS Patricia Kushlis, quien trabajó durante más de 20 años en el cuerpo diplomático estadounidense.
El Cuerpo de Paz fue creado en 1961 por el entonces presidente John F. Kennedy (1961-1963). Desde entonces, más de 190.000 de sus voluntarios han prestado servicio en 139 países en desarrollo, incluidos los más pobres.
Los voluntarios desarrollan una amplia gama de tareas, como el cavado de pozos de agua, la construcción de sistemas de irrigación, clases a los niños, asesoramiento a los granjeros para incrementar el rendimiento de sus cosechas, consejos a las embarazadas sobre el cuidado de sus bebés tanto antes como después del parto y asistencia a potenciales emprendedores.
Actualmente cuenta con 8.079 voluntarios, quienes se desempeñan en 74 de los países menos desarrollados. Su número record se registró en 1966, con alrededor de 15.000 socorristas.
Los recortes presupuestarios coinciden con declaraciones acerca de la expansión de este tipo de programas y el fomento de los ciudadanos en tareas de servicio público formuladas por los dos principales candidatos a la presidencia de Estados Unidos, cuyos votantes elegirán al sucesor de Bush el 4 de noviembre.
Tanto el senador John McCain, candidato del oficialista Partido Republicano, como su par Barack Obama, del opositor Demócrata, han apoyado con entusiasmo los trabajos de servicio público.
Los problemas presupuestarios del Cuerpo de Paz coinciden con los esfuerzos del gobierno de Bush para rescatar a grandes instituciones financieras privadas de la amenaza de quiebra, a causa de la crisis generada por el estallido de la "burbuja inmobiliaria".
Esa burbuja llevó al otorgamiento irresponsable de créditos y a una frenética especulación con diversos tipos de instrumentos financieros que tomaban como garantía el valor de las propiedades, que se han derrumbado y dejado a los bancos que se sumaron a ella al borde la quiebra.
De concretarse estas bancarrotas, millones de depositantes perderían sus ahorros.
El gobierno estadounidense ha propuesto un plan para comprar las carteras de créditos incobrables, con una inversión de 700.000 millones de dólares. La iniciativa, según algunos economistas, podría debilitar al dólar frente a otras divisas.
La estrechez presupuestaria del Cuerpo de Paz responde, en buena medida, a la devaluación de la moneda estadounidense, con el consecuente aumento en los costos relacionados con los salarios y diversas expensas de los voluntarios en el exterior.
El Cuerpo de Paz, que tiene un presupuesto de 330,8 millones de dólares, estimó que sus pérdidas a causa de la devaluación del dólar ascendieron a 9,2 millones de dólares en 2008.
El problema se ve agravado porque el Congreso legislativo aún no aprobó el presupuesto del Cuerpo para 2009, y se estima que no lo hará hasta que el nuevo presidente se instale en la Casa Blanca, el 20 de enero de 2009.