ECONOMÍA-MÉXICO: La crisis ataca por el Norte

México se tambalea con los problemas financieros en Estados Unidos, con el que lo une fuertes correas de transmisión. El desempleo local subió, las empresas detuvieron sus planes, el gobierno frenó licitaciones, bajaron las remesas de los inmigrantes y las exportaciones se contrajeron.

Observadores advierten que México ya tiene problemas, pero podrían venir otros y mayores mientras persista la incertidumbre respecto del futuro del sistema financiero estadounidense. Sin embargo, no se espera que las dificultades locales lleguen a ser de una gravedad similar a la de 1994 y 1995, cuando este país sufrió un fuerte quiebre bancario.

La estimación de crecimiento de la economía mexicana ha ido en caída en las últimas semanas. De 3,5 por ciento calculado inicialmente para este año, ahora se habla de dos por ciento o menos. Para 2009 bajaría hasta 1,3 por ciento. Se trataría de los crecimientos más bajos de América Latina.

Pero el gobierno, por boca de las autoridades económicas, señala que no debería haber preocupación. Con base al orden que en general exhiben las finanzas públicas y las variables macroeconómicas, entre ellas una de las tasas de inflación más bajas de América Latina, las autoridades repiten una y otra vez que la economía del país resistirá.

"Entiendo el papel del gobierno en tratar de tranquilizar y mostrar optimismo, pero no seamos ingenuos, México tienen una fuerte dependencia con la economía de Estados Unidos, la más alta entre los países latinoamericanos", dijo a IPS el profesor universitario y consultor empresarial, Ángel Vega.
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Alrededor de 90 por ciento del comercio exterior de México está anclado al mercado de Estados Unidos. Con ese país mantiene vigente desde 1994 el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, que incluye a Canadá.

El privado Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas exhortó al gobierno del conservador Felipe Calderón a actuar con "realismo" y revisar sus planes de gasto e inversión para el año venidero, pues a su entender la crisis en Estados Unidos tendrá impactos de largo plazo.

Mientras, la llamada Confederación Patronal, que reúne a las principales empresas, pidió a las autoridades aplicar con brevedad el llamado plan "anticíclico" ya diseñado, que consiste en desplegar fuertes gastos públicos en desarrollo de infraestructura, especialmente carreteras, que contempla unos 250.000 millones de dólares en seis años contados desde 2007.

Cuando el presidente Calderón asumió en diciembre de 2006 prometió impulsar la economía hacia crecimientos anuales de cinco por ciento, lo cual no se ha logrado ni se hará al menos hasta 2009.

"Hay que tomar en cuenta que en estos momentos México no cuenta con margen de maniobra para atemperar los efectos de una mayor crisis económica de Estados Unidos", declaró Jorge Mattar, director para México de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

Las estrategias trazadas desde el año pasado por el gobierno de Calderón para enfrentar la desaceleración económica en Estados Unidos partían de la premisa de que ese país vecino saldría de su bache en 2009, con el gobierno que se elija en noviembre. Pero esa perspectiva, según Vega, se ve "cada vez más lejana por lo que deberían ajustarse algunos planes".

Las señales de los problemas que sufre México por la crisis de su vecino norteño están presentes ya en varios datos estadísticos.

La semana pasada, el Instituto Nacional de Estadística informó que en agosto las exportaciones manufactureras de México se contrajeron 3,8 por ciento. Desde 2003, esas ventas, la mayoría de las cuales van a Estados Unidos, jamás habían registrado un retroceso.

En ese rubro, el sector más golpeado fue el de la industria automotriz, cuyas exportaciones cayeron en agosto 16,4 por ciento.

En materia de remesas de dinero enviadas por los inmigrantes, en su gran mayoría residentes en Estados Unidos, el Banco de México (central) registro una disminución de 6,9 por ciento en julio, la mayor desde 2000.

Sumados los primeros siete meses del año, las remesas enviadas a México por los inmigrantes sumaron 13.616 millones de dólares, 409 millones menos que en igual período de 2007.

Para este país, el dinero enviado desde el exterior por los nacionales es la segunda mayor fuente de divisas, sólo superada por las exportaciones petroleras. Se espera que su contracción impactará en los índices de consumo y en la construcción de vivienda, y con ello en el empleo

Según Raúl Feliz, del Centro de Investigación y Docencia Económicas, la baja en el envío de remesas se origina al menor ritmo de crecimiento de la economía de Estados Unidos, sobre todo en el sector de la construcción.

A la intensa relación comercial y el encadenamiento de los sectores productivos de ambos países, que comparten una frontera de 3.200 kilómetros, se añade el hecho de que Estados Unidos es la principal fuente de inversión extranjera en México.

Además, México tiene en Estados Unidos una válvula de escape para unas 500.000 personas que emigran por año, lo que reduce la presión del desempleo.

En ese rubro, la tasa local llegó en julio a su nivel más alto en 42 meses, al ubicarse en 4,15 por ciento. Este aumento fue interpretado por observadores como consecuencia de la desaceleración general de la economía.

Con el clima enrarecido por la crisis en Estados Unidos, portavoces de diversos bancos privados que entregan créditos hipotecarios advirtieron que endurecerán sus requisitos para evitar problemas, por lo cual vaticinaron que el sector de la venta de vivienda sufrirá también una contracción.

La Secretaría (ministerio) de Transporte reconoció que ha debido posponer varios procesos de licitación de carreteras, puertos y de un aeropuerto en la zona del Caribe.

Las licitaciones están listas, pero no han sido sacadas "porque la situación de los mercados financieros lo que nos pide ahorita (sic) es prudencia", señaló el secretario de Transporte, Luis Téllez.

Mientras, al menos cuatro empresas mexicanas suspendieron en los últimos días sus planes para entrar al mercado de valores y realizar una oferta pública de acciones.

"Ciertamente México no tendrá una crisis como la de 1994 y 1995, pero el momento es complicado y lo será más mientras se extiendan los problemas en Estados Unidos", señaló Vega.

Según Enrique Quintana, columnista en temas económicos del diario Reforma, cualquier trayectoria que tome el rescate al sistema financiero de Estados Unidos "va a arrastrar a México".

"El problema no es lo que ya ha ocurrido, sino lo que todavía podría ocurrir", advirtió este observador.

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