Si el senador John McCain resulta electo presidente de Estados Unidos el 4 de noviembre, privatizará parcialmente la atención de la salud de los veteranos de guerra.
McCain, virtual candidato presidencial del gobernante Partido Republicano, señaló que aquéllos que tengan problemas de salud no relacionados con acciones de combate recibirán vales para ser atendidos en hospitales privados, en el marco de una reforma del Departamento de Asuntos de Veteranos (VA, por sus siglas en inglés).
Esto significaría el fin de la cobertura de salud universal gratuita que el gobierno ha garantizado a los veteranos durante décadas.
"Si alguien tiene un problema de salud rutinario, que concurra al lugar que desee para recibir el tratamiento que necesita, mientras en el VA centramos nuestra atención, nuestros cuidados y nuestro amor en quienes han sufrido heridas de guerra", señaló McCain.
A su juicio, de esta forma se reducirán las largas esperas que afrontan muchos veteranos hasta poder ver a los médicos del gobierno.
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Un trabajo realizado por el centro de estudios Rand señaló que el VA ofrece mejor atención —en términos de diagnóstico, tratamiento y seguimiento— que otros proveedores de salud en Estados Unidos.
Prácticamente todos los grupos de ex combatientes rechazan el plan de McCain.
Según el no gubernamental Centro para una Política Participativa, el senador Barak Obama, virtual candidato del opositor Partido Demócrata, recibió de tropas estadounidenses desplegadas en el exterior, en concepto de donaciones de campaña, seis veces más dinero que McCain.
Es un dato llamativo, pues el senador republicano es un ex oficial naval, veterano de la guerra de Vietnam (1964-1975) y ex prisionero de guerra.
Para Paul Sullivan, director ejecutivo de Veteranos por el Sentido Común, quien peleó en la guerra del Golfo (1991), McCain otorga más importancia a su ideología de libre mercado que a la atención de los ex combatientes.
McCain y el presidente George W. Bush "odian la mera existencia del VA", agregó. Asimismo, mencionó que el virtual candidato republicano también quiere privatizar parcialmente la seguridad social y ofrecer vales a alumnos de escuelas públicas para que asistan a colegios privados.
"Odian que exista un ejemplo de que el gobierno ofrece mejor atención que el sector privado y a menor costo", dijo Sullivan a IPS.
"El problema del VA es que el gobierno de Bush no contrató suficientes médicos y personal para analizar los reclamos por discapacidad cuando decidió ir a la guerra con Iraq. Si lo hubiera hecho, tendríamos un ejemplo de un buen trabajo del gobierno. Bush y McCain no quieren que el público vea esto", afirmó.
Por otra parte, McCain jamás ha explicado a qué se refiere cuando habla de "heridas de combate", por lo que muchos veteranos temen quedar sin cobertura médica.
"Yo estaba manejando un Humvee (camioneta militar "multipropósito") en Iraq cuando la explosión de una bomba me hizo salir del camino. Perdí mi brazo y necesito una prótesis. ¿Es esto una herida de combate para el senador?", se preguntó el coronel retirado de la fuerza aérea Richard Klass.
Para el Departamento (ministerio) de Defensa no lo es. Técnicamente hablando, los únicos soldados heridos "en combate" son los alcanzados por fuego enemigo directo.
Según estadísticas oficiales, hasta el 5 de agosto habían sido heridos 32.799 soldados en Afganistán e Iraq. Otros 10.685 sufrieron heridas "no hostiles" que requirieron su evacuación, mientras que 29.881 fueron considerados suficientemente "enfermos" como para retirarlos de la zona de guerra.
Los veteranos desconfían de los planes de McCain porque repetidamente votó en el Senado en contra de asignar fondos a la cobertura de salud de los ex combatientes.
En 2005 y 2006 se opuso a la ampliación de la asistencia psicológica y de readaptación para los militares que retornaban de Afganistán e Iraq, y a la del tratamiento de internación o ambulatorio para veteranos heridos, así como a las propuestas para reducir los aranceles que deben pagar para obtener medicamentos recetados.
El voto de McCain también ayudó a derrotar una iniciativa de la senadora demócrata Debbie Stabenow, que proponía convertir los programas de asistencia médica de los veteranos en un derecho adquirido, para evitar que continuaran siendo objeto de negociaciones políticas anuales, cada vez que el Congreso legislativo debe aprobar el presupuesto.
McCain apoyó apenas 20 por ciento de los proyectos que favorecían los intereses de los ex combatientes discapacitados, según el cálculo de sus asociaciones y las de activistas que los defienden.
Uno de ellos, Larry Scott, dijo a IPS que "si McCain otorga suficientes fondos al VA no habrá necesidad de otorgar cupones. Con su propuesta de privatizar la atención está ignorando el problema y admite que no invertirá el dinero necesario para atender a todos los veteranos".
Aunque Scott critica la ineficiente burocracia del VA, cree que el sistema debe ser fortalecido.
"Por cada ex combatiente que reciba los cupones, habrá menos que utilicen los servicios del VA. Esto significará, en el corto plazo, un menor presupuesto, menos instalaciones y el eventual desmantelamiento de uno de los mejores sistemas de salud del país", aseguró.
* El corresponsal de IPS Aaron Glantz es autor del libro "The War Comes Home: Washington's Battle Against America's Veterans" ("La guerra llega a casa: la Batalla de Washington contra los Veteranos Estadounidenses), de próxima aparición.