En el XV festival internacional del Mariachi, que comenzará la semana venidera en México, continuará la discusión sobre el origen del nombre de esta música y sus tonadas. La polémica seguramente no acabe, pero eso poco importa, pues la idea central de las cita fue y sigue siendo cantar y bailar.
Por decimoquinto año consecutivo, el llamado Encuentro Internacional del Mariachi y la Charrería acogerá en la central ciudad de Guadalajara a grupos que cultivan este género en Europa, Asia, América Latina y Estados Unidos. Por supuesto no faltarán los de México, cuna de esa música famosa en el mundo.
La cita será del 28 de este mes al 7 de septiembre, fechas en que lo principal será rendir tributo al canto vernáculo mexicano, interpretado por músicos vestidos de charro (jinete), con sombreros de ala ancha, chaleco, grueso cinto y botas bajo un apretado pantalón.
Como los precedentes, el XV Encuentro es financiado por empresarios y el gobierno del estado de Jalisco, cuya capital es Guadalajara. "Será inolvidable", con músicos de todo el mundo, exposiciones, desfiles, conferencias y diversas presentaciones, dijo a IPS Danilo Macias, empresario que respalda la cita.
En la agenda se incluyeron debates sobre el origen y significado de la palabra mariachi, exposiciones de objetos y pinturas relativas a este género musical, así como presentaciones de una orquesta filarmónica que interpretará piezas representativas.
Así, diversos grupos de mariachis y danzantes serán los protagonistas en el teatro Degollado, el principal de Guadalajara, y también en las plazas de esa ciudad, la segunda más poblada de México.
La música y el espectáculo no se descuidarán, pero se ha puesto en esta ocasión acento también en discutir sobre etnomusicología y folclore, sobre el significado y origen del mariachi, indicó Macias. Lo harán antropólogos, historiadores y otros especialistas.
Hay una vieja polémica sobre la procedencia de este tradicional grupo musical mexicano. El investigador Jean Meyer sostiene que "la etimología fantasiosa y fantástica hace derivar la palabra mariachi de la francesa mariage (matrimonio) y la sitúa en el tiempo de la intervención francesa" en México (1864-1867).
En contrapartida, Araceli Medellín, otra investigadora del tema, sostiene que los mariachis tienen plena y exclusiva procedencia de México. Su existencia se remonta a mucho antes de la llegada de los franceses, asegura.
Quienes conjugan con la tesis de Medellín indican que la palabra se originó en el lenguaje vernáculo de nativos de los años 1500 y que se refiere en general a cualquier músico.
Algunos autores afirman que el vocablo proviene de una lengua autóctona de la región de Cocula, en Jalisco, considerado popularmente "la capital del mariachi". Flautas, tambores y cascabeles de semillas eran usados por los antiguos intérpretes.
Pero el moderno mariachi es claramente producto del mestizaje indígena y español si se observa la vestimenta y los instrumentos que se utilizan.
De sus guitarras, guitarrones, violines, trompetas y panderetas, los mariachis arrancan tonadas y letras que invitan a la fiesta, pero también a la nostalgia de los amores perdidos, a la reivindicación de lo macho o al rendir tributo a las madres. Todo tema cabe en esta música y poco importa ya la nacionalidad del intérprete.
Por eso acuden año tras año al Encuentro Internacional del Mariachi y la Charrería grupos de todos los rincones del mundo.
Las letras de "Ella", "El rey" o "Paloma querida", ilustran los sentimientos de una parte de los mexicanos. Unos de sus principales exponentes fue José Alfredo Jiménez, a quien el filósofo español Fernando Savater calificó como el "poeta más importante de México".
La música del mariachi cobró fama en fuera de las fronteras de México en la época de oro del cine de este país, en los años 40 y 50. En ese período, Pedro Infante y Jorge Negrete lograron gran proyección con interpretaciones de ese género.