La bora (eichhornia crassipes), especie de lirio tropical, avanza como una alfombra verde sobre dos terceras partes del embalse venezolano La Mariposa, de 54 hectáreas y capacidad para ocho millones de litros, que abastece de agua a la mayor parte de Caracas. La planta no es nociva y por ello no representa peligro para el agua que consumen los caraqueños, subrayaron portavoces del Ministerio del Ambiente, que despacha obreros con tractores para arrancar cada día toneladas de bora.
Pero «la erradicación manual no ha eliminado las semillas de la planta, protegidas en el fondo del embalse y que facilitan una rápida reproducción», dijo a Tierramérica Marcial Barrios, del Movimiento Ecologista Venezolano.
Además, «la putrefacción de plantas sumada a residuos que llegan desde talleres aledaños amenaza con desarrollar aguas negras que sí resultarían perjudiciales para la salud», agregó.
