La detención de uno de los hombres más buscados del mundo, el ex líder serbio-bosnio Radovan Karadzic, acusado de crímenes de guerra, puede facilitar el ingreso de este país a la Unión Europea (UE).
"El hombre acusado en La Haya fue ubicado y detenido en una acción realizada por las fuerzas de seguridad serbias", anunció el lunes la oficina del presidente Boris Tadic.
Karadzic fue trasladado de inmediato al Tribunal Especial de Belgrado, encargado de procesar casos de crímenes de guerra y de las mafias.
No se dieron a conocer detalles acerca de dónde ni cómo se realizó la detención. Tampoco se anunció todavía la fecha de su extradición a la sede en La Haya, Holanda, del Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia, creado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en mayo de 1993.
"Su detención tendrá gran significado histórico", dijo a IPS la activista de derechos humanos Natasa Kandic. "No hubo voluntad política para hacerlo hasta ahora", criticó.
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La referencia de la activista es al cambio político ocurrido tras la asunción a comienzos de este del nuevo gobierno encabezado por Mirko Cvetković del pro europeo Partido Democrático (DS), de orientación reformista.
Las prioridades del gobierno anterior, encabezado desde 2003 por el primer ministro conservador y nacionalista Vojislav Kostunica, del Partido Democrático de Serbia (DSS), era la situación de Kosovo y consolidar los vínculos con Rusia.
El 17 de febrero pasado, Kosovo finalmente declaró su independencia de forma unilateral, hasta entonces considerada una provincia autónoma con población mayoritaria albanesa, aunque considerada la cuna de la nacionalidad serbia.
"Es una muy buena noticia por profundas razones morales", declaró Zoran Zivkovic, primer ministro interino pro reformista de 2003, a la emisora de radio B92 de Belgrado.
Karadzic, de 64 años, y su comandante de guerra el general Ratko Mladic están acusados de genocidio en la guerra de secesión de Bosnia-Herzegovina de 1992 a 1995.
Más de 7.500 hombres y niños musulmanes fueron asesinados por las fuerzas de Mladic en cuestión de días en julio de 1995 en la oriental localidad bosnia de Srebrenica. Fue la peor masacre registrada en Europa desde la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).
Karadzic y Mladic también están acusados de sitiar y bombardear Sarajevo durante tres años y medio y de matar a 10.000 personas, más que durante la ocupación alemana de esa ciudad en la Segunda Guerra Mundial.
La acusación del Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia califica las masacres en Bosnia como "escenas infernales escritas en las páginas más oscuras de la historia de la humanidad".
Karadzic, psiquiatra de profesión, vivió un año clandestino cuando terminó la guerra en Bosnia-Herzegovina tras los acuerdos de paz de Daytona, promovidos por la comunidad internacional.
Líder de los serbios residentes en Bosnia-Herzegovina, Karadzic se opuso a su secesión de la hoy desintegrada Yugoslavia y recibió un fuerte respaldo de Belgrado.
El régimen del hoy fallecido Slobodan Milosevic dio su apoyo a los serbio-bosnios en su guerra contra musulmanes y croatas.
Milosevic gobernó Serbia desde 1989 hasta su caída a causa de un levantamiento popular en 2000, cuando ejercía la presidencia de la entonces Federación Yugoslava, y falleció en 2006 en una cárcel del Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia.
La guerra se cobró más de 100.000 vidas, aunque hay quienes elevan hasta 200.000 las víctimas mortales, la mayoría no serbios, y dejó heridas que aún no han sanado. Más de 1,8 millones de personas debieron abandonar sus hogares y muy pocos regresaron.
Los esfuerzos de la comunidad internacional tendientes a recomponer la nación no han logrado acercar a los tres grupos étnicos que llevan vidas totalmente separadas.
Se ven pocos signos de reconciliación. Los héroes de unos son los criminales de guerra de otros.
Muchos serbios de Bosnia-Herzegovina y Serbia siguen considerando a Karadzic y Mladic como héroes por haber desafiado a la comunidad internacional.
Mladic sigue prófugo.
El traslado de personas acusadas de cometer crímenes de guerra al tribunal para la ex Yugoslavia ha representado el mayor obstáculo para la incorporación de Serbia a la UE.
Detener y extraditar a los acusados sigue siendo un requisito para que este país se integre al bloque que está conformado por 27 naciones.
Los analistas creen que ahora las cosas podrían cambiar. "La detención de Karadzic abrirá las puertas europeas a Serbia", dijo a IPS Misa Brkic.
"Este país necesita asistencia financiera y política para las reformas que comenzó a principios de 2000 (tras la caída de Milosevic). La única forma de lograrlo es unirse totalmente a la comunidad internacional. Esta detención es un paso en la dirección correcta", apuntó.
Más de 15.000 millones de dólares en asistencia extranjera e inversiones fueron volcados a Serbia desde 2000. Sin embargo, la recuperación económica fue lenta y se estancó por la inestabilidad política que siguió al asesinato en 2003 del primer ministro Zoran Djindjic, el primero pro europeo.
La detención de Karadzic no fue bienvenida, como podía preverse, por el Partido Serbio Radical (SRS) y demás sectores ultranacionalistas, que respaldaron el régimen de Milosevic en los años 90.
"Es una noticia horrible y este día (por el lunes) es el más triste de la historia de Serbia", declaró el líder del SRS Aleksandar Vucic.
"Serbia puede desaparecer por las decisiones de los traidores demócratas que en cualquier momento entregan al país a los extranjeros", añadió.
Otra fue la historia en Bosnia-Herzegovina, donde hubo celebraciones en las calles de Sarajevo.
"La noticia llevó alivio a las familias de las víctimas, aunque un poco tarde", declaró Haris Silajdzic, titular de la presidencia colegiada tripartita de ese país.
"Es un gran día para la justicia internacional", exclamó Silajdzic.