IRÁN-EEUU: Posibilidad diplomática entibia el ambiente

Pese a la oposición de algunas facciones de línea dura en Irán, el gobierno de Mahmoud Ahmadineyad respondió positivamente a una propuesta de Estados Unidos de abrir una Sección de Intereses en Teherán, su primera presencia diplomática formal desde la Revolución Islámica de 1979.

El tema será discutido este sábado, cuando el subsecretario de Estado estadounidense, William Burns, se reúna en Ginebra con el negociador nuclear iraní Saeed Jalili y con el alto representante de la Unión Europea para la Política Exterior y de Seguridad Común, Javier Solana.

"No es verdad que ellos no negociarán con (el presidente estadounidense George W.) Bush y que estén esperando a (Barack) Obama", dijo Hooshang Amirahmadi, presidente del Consejo Estadounidense Iraní, una organización de expertos políticos que trabaja para mejorar el diálogo entre ambos países.

Amirahmadi, quien actualmente visita Irán y se reúne con funcionarios gubernamentales de alto rango para discutir las relaciones bilaterales, dijo a IPS por teléfono desde Teherán que percibe una nueva voluntad de buscar descongelar las relaciones entre ambos países.

"No es así como piensa Teherán, y si mañana recibe una propuesta del gobierno de Bush estará dispuesto a considerarla", aseguró.
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Amirahmadi también preside el Centro para los Estudios de Medio Oriente en la estadounidense Universidad de Rutgers, y es conocido por su trabajo para normalizar las relaciones bilaterales durante los gobiernos de Akbar Hashemi Rafsanyani (1989-1997) y Mohammad Jatami (1997-2005).

Como Amirahmadi es muy poco popular entre los conservadores radicales, el gobierno le brinda una fuerte seguridad durante su estadía en Teherán, que se extenderá hasta fin de mes.

IPS: — ¿Por qué las autoridades iraníes deberían acceder a la propuesta de una Sección de Intereses de Estados Unidos?

HOOSHANG AMIRAHMADI: — En Irán ya no está de moda decir que no hablamos o negociamos con Estados Unidos o que Estados Unidos es nuestro enemigo. Semejante actitud ya no existe más en el país. Desde que surgió el tema de una Sección de Intereses, observo mucho entusiasmo entre la población. Siente que algo está ocurriendo. Se pone feliz cuando oye noticias positivas sobre cualquier mejora en las relaciones. Se entristece profundamente cuando oye sobre una guerra o distanciamiento.

— ¿Entre los conservadores iraníes hay voluntad de discutir en profundidad las preocupaciones existentes entre los dos países?

— Ahmadineyad no es el conservador iraní más radical. Hay otros más radicales y más conservadores que él. Esos grupos pueden no estar interesados en el diálogo, pero no están en el poder en este momento. Sólo pueden quejarse, refunfuñar, insultar a otros, acusarlos. Sin embargo, no pueden detener este movimiento. De hecho, el único grupo capaz de impulsar esta idea está en el poder.

— Usted intentó mejorar las relaciones entre Estados Unidos e Irán durante las presidencias de Rafsanyani y Jatami. Considerando la animosidad que el gabinete de Ahmadineyad parece albergar hacia ambos ex presidentes, ¿cómo es que cuando usted va a Teherán es bien recibido y le piden asesoramiento?

— Los tiempos han cambiado. La República Islámica está por cumplir 30 años, y ha ganado experiencia en las últimas tres décadas: el estilo pragmático de la administración de Hashemi Rafsanyani luego de la guerra entre Irán e Iraq (1980-1988), el movimiento reformista y ahora los conservadores en el poder.

El régimen ha alcanzado un punto donde lo mejor que puede hacer es regresar al estilo pragmático de gobernanza. Ellos pueden ver que ya no es posible entonar eslóganes y discutir y enfrentarse con el resto del mundo y Estados Unidos.

— ¿Cómo interpreta usted la retórica política de los iraníes y sus pruebas con misiles, las maniobras militares de Israel y las amenazas de Estados Unidos junto con las conversaciones sobre una Sección de Intereses de Estados Unidos en Teherán?

— Normalmente, cuando dos países que han estado en disputas y desacuerdos durante años se preparan para sentarse a negociar, dan pasos para mostrar sus fortalezas y su poder ante el otro. Ninguna de las dos partes estaría dispuesta a sentarse a la mesa cuando se siente más débil que la otra. Las pruebas con misiles iraníes sólo deberían ser evaluadas bajo esta luz, no porque Irán quiera actuar de un modo militarmente ofensivo o amenazar a nadie.

— ¿El presidente está personalmente en conocimiento de su viaje?

— Sin duda. Ayer fue consultado por lo que estoy haciendo en Teherán y respondió que apoya mi presencia aquí. Ellos hacen lo suyo y yo hago lo mío.

— Considerando las negociaciones que usted mantuvo, ¿cuáles piensa que deberían ser los próximos pasos para los conservadores iraníes?

— Podrían tomar forma dos movimientos paralelos. Uno está dentro del marco de trabajo del grupo cinco más uno (los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas —China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia— más Alemania) donde Irán ha mostrado su voluntad de negociar.

Esperamos que estas negociaciones decidan el destino del enriquecimiento de uranio dentro de un marco de trabajo aceptable por las dos partes. El otro movimiento es la Sección de Intereses de Estados Unidos, que también es una actividad recíproca.

Si ellos pueden llegar a un acuerdo con Irán para establecer una Sección de Intereses estadounidenses en Teherán, definitivamente alcanzarán un acuerdo en torno a las negociaciones nucleares también. Si yo estuviera en los zapatos de Estados Unidos, haría una propuesta formal, equilibrada y realista a las autoridades iraníes. Tal medida puede crear una atmósfera mejor para las negociaciones cinco más uno.

— ¿Qué piensa usted sobre Ahmadineyad?

— La mayoría de la gente, especialmente fuera de Irán, siempre ve la mitad vacía del vaso. Podríamos decir que la mayor parte del vaso de Ahmadineyad está vacía. Esto podría ser cierto, pero el vaso no está totalmente vacío. El enfoque innovador que el señor Ahmadineyad adoptó de cara a la relación de Irán con Estados Unidos es mucho más serio que cualquier acción que otros puedan haber sugerido.

— Considerando los contactos que usted tuvo con él y el conocimiento que usted está obteniendo a partir de sus recientes viajes, ¿dónde cree que radica el problema?

— El señor Ahmadineyad no tiene conocimiento sobre la economía y tiene un modo de pensar muy débil sobre ella. Su equipo no lo pudo convencer o no pudo adoptar las acciones correctas. Al final, la economía es el talón de Aquiles del señor Ahmadineyad. Él no se desempeñó bien allí. Pero sí lo hizo con respecto a las relaciones con Estados Unidos y con los iraníes en el exterior.

— ¿Qué clase de político es él?

— Pese a lo que se dice, Ahmadineyad es un hombre muy inteligente. Comprende las cosas muy rápidamente, pero su conocimiento de los asuntos mundiales es en cierto modo limitado. No ha actuado a nivel nacional. Aunque conoce muy bien Irán, no posee una buena comprensión de las cuestiones estratégicas del país. A un nivel macro, tiene consejeros que no son muy fuertes. En el plano de municipios y aldeas, la perspicacia callejera puede funcionar, pero no a un nivel estratégico. Ésta es un área donde un líder necesita conocimiento, ciencia y estrategia, pero él no tuvo buenos consejeros en esta área.

— ¿Le plantea alguna diferencia a las autoridades iraníes quién sea el próximo presidente de Estados Unidos?

— El tema de las relaciones con Irán no tiene que ver con los partidos Republicano o Demócrata. Creo que incluso están prontos para llegar a un acuerdo con el gabinete saliente del señor Bush en los próximos meses. (Aunque) habitualmente los gobiernos entrantes están más dispuestos a negociar que los salientes.

— ¿Cree usted que un ataque militar contra Irán eliminaría esta oportunidad?

— Irán contempla muy seriamente la posibilidad de (sufrir) un ataque militar, pero no vive en el temor. Precisamente ahora estoy en Teherán. La gente dice que hay una probabilidad, pero es más probable que no haya guerra. Está preocupada, pero su vida cotidiana no se vio alterada. Nadie está juntando arroz y huevos. La ciudad está colorida y no hay apariencias de señales de preparativos para un ataque.

Sin embargo, por otro lado sé que el ejército Sepaah, la (milicia) Basij y la policía están de guardia. Irán se opone a una guerra y hará todo lo que pueda para que no ocurra, diciendo que si ocurre nos defenderemos.

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