La industria biotecnológica de Cuba aspira a lanzar a corto o mediano plazo al mercado internacional, incluido Estados Unidos, una vacuna para el tratamiento de cáncer al pulmón, causante de la muerte de más de un millón de personas anualmente en el mundo.
La comercialización en América Latina de CimaVax EGF, un fármaco capaz de prolongar la calidad de vida de los pacientes aquejados de esa enfermedad, comenzará posiblemente por Perú, donde en agosto próximo se dará inicio a ensayos clínicos con vista a registrar el producto en ese país.
La vacuna, desarrollada por el Centro de Inmunología Molecular (CIM) en colaboración con el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), recibió el 12 de este mes el registro sanitario que otorga la Autoridad Regulatoria Cubana (CECMED), que permite su utilización en la red hospitalaria de esta isla caribeña.
Los servicios médicos, aún los más sofisticados, se ofrecen gratuitamente a toda la población cubana de 11,2 millones personas. Pero este país se abrió al turismo de salud en la década del 90, de modo que pacientes extranjeros que llegan por esa modalidad podrían beneficiarse del tratamiento con esta sustancia.
Científicos del CIM dijeron el martes a periodistas que la experiencia clínica en más de 400 personas con cáncer del pulmón avanzado demostró que CimaVax EGF no causa efectos secundarios severos, provoca una respuesta inmune y aumentó la sobrevivencia de una parte de los pacientes, con mejoría en su calidad de vida.
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Con el nuevo fármaco se han culminado siete ensayos clínicos, tanto en Cuba como en Canadá y Gran Bretaña, y se encuentran en curso otros tres, dos en Cuba y otro en Malasia. Gisela González, especialista del CIM, indicó que este año también deben comenzar ensayos clínicos en China.
La vacuna está compuesta por la proteína Factor de Crecimiento Epidérmico (EGF), unida a otra que facilita la respuesta inmune contra dicho EGF. Al unirse a su receptor en la membrana de las células, la proteína EGF inicia los mecanismos de proliferación celular, que se encuentran incrementados en el caso de los tumores.
"Producto de la vacunación, el organismo produce anticuerpos que reconocen y se unen específicamente al EGF, impidiendo que dicha proteína se una a su vez a su receptor y, por lo tanto, que se inicie la proliferación celular.
El efecto es una disminución del crecimiento de los tumores en dependencia de la respuesta de cada paciente", se explicó en una nota entregada a la prensa. González, gerente del proyecto de desarrollo del producto, iniciado en 1992, aseguró que se trata de la primera vacuna para el cáncer de pulmón inscrita en el mundo. CimaVax EGF se encuentra ya patentado en Cuba, Canadá, Estados Unidos, Japón y Sudáfrica, entre otros países.
La científica explicó que la comercialización en el exterior de esta vacuna corresponde a diferentes compañías extranjeras, previo acuerdos con Cuba. La firma malasia Bioven se encargaría del mercado de ese país y el sudeste asiático, en tanto la canadiense YM BioSciencies, podría distribuirlo en América del Norte y Europa.
Pero el producto continuaría produciéndose en laboratorios cubanos, aseguró González, quien también aclaró que las ventas externas dependen del resultado de los ensayos clínicos y la obtención del registro del fármaco en cada país interesado.
Una autorización especial concedida por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos permite la distribución de la vacuna en ese país, pero YM BioSciences debería terminar las pruebas médicas que quedaron inconclusas tras la quiebra de la empresa estadounidense CancerVac que obtuvo ese permiso en 2004.
Los científicos del CIM esperan que el registro logrado en Cuba sirva de acicate para realizar esos ensayos clínicos, cuyo costo se calcula en 20 millones de dólares.
El embargo estadounidense, que Cuba llama bloqueo porque afecta a terceros países, prohíbe desde comienzos de los años 60 las transacciones comerciales entre Washington y La Habana, aunque una ley de 2000 autorizó la venta en efectivo de alimentos estadounidenses a esta nación caribeña.
El CIM y el CIGB pertenecen al llamado Polo Científico del oeste de La Habana, que integran el Instituto Finlay de Sueros y Vacunas, el Centro de Inmunoensayo (CIE), el Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNIC) y Centro Nacional de Biopreparados (BIOCEN), entre otras instituciones.
Estas entidades principales realizan el ciclo completo que va desde el resultado de la investigación hasta la producción y comercialización e impacto en la salud. En total, el país cuenta con más de 120 centros científicos que agrupan a alrededor de 30.000 trabajadores.
Inaugurado en 1994, el CIM se dedica desde entonces a fabricar productos biofarmacéuticos destinados al tratamiento del cáncer y otras enfermedades crónicas no transmisibles para introducirlos en la Salud Pública de Cuba. A la vez, intenta hacer su actividad científica y productiva económicamente sostenible y realizar aportes importantes a la economía del país.
El gobierno definió desde comienzos de los años 80 a la biotecnología como una de las áreas prioritarias para el desarrollo económico y social del país. En esa medida concedió al sector un respaldo que se mantuvo inclusive durante la crisis de los años 90, derivada de la desintegración de la Unión Soviética, su principal socio comercial.
Según fuentes oficiales, en 2007 se registraron 38 nuevos productos de este sector científico de punta, que ese mismo año pasó a ser el segundo rubro de exportaciones de bienes después del níquel.
Sólo las ventas del CIGB, desde que comenzaron en 1991 hasta la fecha, alcanzaron más de 340 millones de dólares, dirigidas a países de América Latina, África, Oceanía, Asia y Europa.