Escuelas de pensamiento feminista hay muchas, pero el acceso de la mujer al pleno desarrollo en la sociedad no es asunto de debate, porque se trata derechos humanos y estos no son discutibles ni cuestionables.
Esta ha sido la tónica dominante del Congreso Feminista organizado en Lisboa por la Unión de Mujeres Alternativa y Respuesta (UMAR), que desde el jueves y hasta este sábado reúne a unas 600 delegadas y delegados de varios orígenes ideológicos con el común denominador de la lucha por la causa de la igualdad de géneros.
Muchas veces la polémica entre las representantes de una vasta pluralidad de corrientes de opinión ha sido ácida. Pero cuando se habla de feminismo en singular, la coincidencia es total: es necesario luchar contra todas las desigualdades que subsisten en la escuela, en el trabajo, en el hogar y en la sexualidad.
En los debates, concentrados en especial en estos dos primeros dos días, se realizaron más de 160 intervenciones de diferentes tendencias políticas y corrientes del feminismo liberal, el marxista y el radical, de diversas participantes de Portugal y del exterior, con una presencia especialmente destacada de una muy activa delegación brasileña.
María José Magalhães, de la dirección de UMAR, dijo a IPS que el congreso es "el momento que nos hace reflexionar como relanzar la lucha dentro de la diversidad del pensamiento feminista".
Este congreso es un marco importante, porque muestra la madurez del feminismo portugués, "significa tranquilidad para aceptar personas con posturas ideológicas divergentes" y nace "de un cruce del activismo con el estudio", añadió la catedrática
A pesar de "las divergencias en las orientaciones, estrategias y filosofía, podemos relanzar la lucha todas juntas en el contexto de la riqueza de esa diversidad, que es verdad, a veces también con algunos choques por diferencias de pensamiento".
"Pero el estar todas juntas para reconocer nuestras diferencias, de lo que concordamos y discordamos, nos permitirá lanzar las bases para un trabajo común", añadió.
Según esta profesora de psicología de la Universidad de Oporto, el momento en que se perfiló esta necesaria unión "fue durante la batalla por el Sí (a la despenalización del) aborto (febrero de 2007), cuando comprendimos que separadas, no llegábamos a ninguna parte".
Manuela Góis, encargada del Centro de Documentación y Archivo Feminista Elina Guimarães, refuerza las sentencias de Magalhães, al asegurar a IPS que el enorme foso entre el movimiento feminista y las organizaciones de base de la mujer, de la manera como existía en las décadas del 70 y del 80, "es asunto del pasado".
"Existe un movimiento feminista en las universidades, en las instituciones, así como hay organizaciones de mujeres donde participan muchas feministas", explicó.
"Lo que es fundamental, es hacer el nexo entre la experiencia y la teoría en las organizaciones de base, con la teoría feminista de las universidades", explicó la activista.
Góis apuntó que el papel fundamental de UMAR, como la mayor organización portuguesa en este campo de acción, "es haber hecho este nexo, y el congreso es precisamente la gran articulación entre los movimientos sociales y el mundo académico".
El encuentro de Lisboa ofrece también otras novedades, "porque no solo hemos logrado esta conexión, sino también hemos incluido los movimientos de lesbianas, gays y transexuales", acotó.
"Nuestro movimiento social incluye feministas lesbianas, hombres feministas gays y hombres feministas heterosexuales. Por lo tanto, de una gran riqueza y este es el marco donde se está realizando esa articulación. Es que feminismo es luchar por todas las igualdades", concluyó Góis.
La brasileña Mercedes Lima, del Colectivo de Mujeres Ana Montenegro y de la Red de Articulación Mujer&Medios, destacó en entrevista a IPS el papel nocivo de la televisión de su país en "la construcción de un ideal de mujer, tanto en el plano físico, como en otras dimensiones humanas, como la emocional, profesional y social".
Lima, que en su dinámica intervención ante una sala repleta desató una ovación, explicó que las seriales de televisión brasileñas, fabrican la imagen de una mujer que presentan como "real y deseable, pero siempre predestinada a papeles sociales seculares, como la maternidad, la sexualidad vigilada y reprimida".
Terezinha Vicente Ferreira, del Observatorio de la Mujer, refuerza estos conceptos al subrayar ante IPS que "la ausencia de imagen y de voz de un Brasil pluralista, multicultural y multiétnico, hace que la mayoría de las brasileñas no se reconozcan en la TV". "La imagen de la mujer propagada por la TV es una mezcla de marcada invisibilidad y de estereotipos y, por eso, la bandera por una nueva imagen de la mujer en los medios se convirtió en urgente en el movimiento feminista", concluyó Ferreira.
En otro orden de cosas, la socialista portuguesa Isabel Pires de Lima, ministra de Cultura hasta enero de este año, asevera que hoy en día no tiene sentido hablar en un feminismo, sino en varios.
En declaraciones al diario Público, de Lisboa, en ocasión del congreso, la ex ministra sostuvo que "las diferencias en la situación de las mujeres del norte de Europa, con África subsahariana y con países musulmanes, son aun más abismales que hace 30 años".
En Europa meridional, Pires de Lima denunció que las mujeres están fuera de los foros de decisión de la política y la economía y que en las empresas, "por cada dólar que gana un hombre, una mujer por el mismo trabajo, recibe 70 centavos".
Es verdad que ellas son más numerosas en los bancos, hospitales y redacciones de diarios, "pero ellos son los directores", recordó.
Fina d'Armada, la historiadora e investigadora autora del libro titulado "Las mujeres navegantes en los tiempos de Vasco da Gama" (1469-1524), recuerda que "hace un siglo, cuando ni siquiera sabíamos leer, también existían personas que decían que el feminismo no tenía sentido".
Hoy es consensual que el objetivo del feminismo es el cambio para superar que "vivemos en una sociedad en que existen desequilibrios profundos, entre ricos y pobres, pero también de géneros", dijo Ana Vicente, del movimiento católico Nosotros Somos Iglesia y ex presidenta de la estatal Comisión para la Igualdad y Derechos de la Mujer.
Para la diputada portuguesa Helena Pinto, del Bloque de Izquierda, "el objetivo de la igualdad está en varios partidos", aceptando que sea normal no estar de acuerdo con una feminista liberal sobre las leyes laborales, "pero coincidir con ella en la causa de la defensa de la despenalización del aborto".
Tanto es así que "en 2004 en Estados Unidos, participé en una marcha a favor de la libre opción de la mujer, encabezada por (la secretaria de Estado (canciller) de 1997 a 2001) Madeleine Albright", reveló Pinto.
Los hombres también marcaron presencia en el congreso, porque "el gran desafío de este siglo, es invertir las relaciones entre hombres y mujeres, pasar de la lógica del dominio masculino para la de la equidad y articulación entre los dos sexos", sostuvo Manuel Lisboa, profesor de sociología de la Universidad Nova.
El abogado constitucionalista Pedro Bacelar de Vasconcelos estima que es importante "promover a la mitad de la humanidad, no para satisfacer intereses o resentimientos", sino porque cuando se logre la igualdad, la sociedad se va a beneficiar "por una comprensión del mundo marcada por una historia y una sensibilidad diferentes".
Alexandre Quintanilha, catedrático de la Universidad de Oporto, asegura que "ser feminista es normal para mí, porque me enriquece de forma profunda", pese a no creer que haya una manera femenina y masculina de ver el mundo, "sino formas diferentes de hacer preguntas, lo que da una riqueza y dimensión diferentes". Sobre el fomento de la vía legislativa para crear cuotas porcentuales para el acceso de la mujer a cargos políticos, Quintanilha es enfático: "En una sociedad perfecta, estaría en contra, pero el hecho es que las mujeres, tal como los negros, hace siglos que son discriminadas y es necesario corregir eso".
