ARROZ-CAMBOYA: No hay alza de precios que por bien no venga

El gobierno de Camboya ve en el encarecimiento internacional de la producción agrícola una oportunidad para cambiar el destino de su sumergida economía.

Expertos extranjeros coinciden en que Camboya tiene considerables posibilidades de mejorar su producción de arroz, frutas, vegetales y otros cultivos, pero también consideran que los desafíos económicos, físicos y geográficos son enormes.

Aun si Camboya puede elevar la producción de algunos cultivos como el arroz, algunos especialistas manifiestan dudas sobre la capacidad de los agricultores de pequeña escala de aprovechar la coyuntura.

El ministro de Comercio, Cham Prasidh, declaró al periódico en inglés Cambodia Daily que la crisis alimentaria brinda una oportunidad para que este país se transforme en una de las mayores cuencas de arroz del mundo.

"Vemos el arroz como oro", señaló.
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El ministro señaló que el aumento de valor de los alimentos llevó al gobierno a reconsiderar su estrategia económica y a poner el acento en la agricultura. También anunció que el gobierno tiene la intención de duplicar el área arrocera hasta cinco millones de hectáreas.

Gobierno y donantes ponen sus esperanzas en la agricultura como forma de aliviar la pobreza rural endémica. Ochenta por ciento de los 14 millones de camboyanos viven en áreas rurales, al igual que 90 por ciento de los pobres.

"Estimamos que sólo entre siete y ocho por ciento de la producción total de arroz se comercializa en el mercado internacional", señaló Mahfuz Ahmed, economista del departamento de Asia sudoriental del Banco de Desarrollo Asiático.

"Unas tres millones de toneladas adicionales darían al país un papel preponderante en el mercado de arroz, pero primero hay que mejorar la calidad y la producción", añadió.

"Tenemos la posibilidad de convertirnos en un proveedor de arroz clave del mercado mundial detrás de Tailandia y Vietnam", señaló Yang Sang Koma, presidente del Centro de Estudio y Desarrollo de la Agricultura Camboyana (Cedac). "Podríamos llegar a superar a Vietnam, que llegó al máximo de su capacidad".

"Es realista, pero el gobierno debe tener políticas claras. Por un lado se refiere a que Camboya se convierta en un cajón de verduras y por otro, impulsan las zonas industriales. ¿Qué es lo que quieren realmente?", añadió.

El Banco Mundial y otros donantes concuerdan en que Camboya necesita poner énfasis en la agricultura, y señalan que la exitosa producción de China y Vietnam impulsó un mayor crecimiento industrial.

Generalmente se acepta que la producción de arroz de Camboya supera su consumo, entre dos y cuatro millones de toneladas al año, desde mediados de los años 90.

La superficie de tierras cultivadas también se elevó en la última década, superando los 2,5 millones de hectáreas en 2006, según cifras del Ministerio de Agricultura, pero aún está entre las más bajas de la región.

La producción promedio por hectárea ronda las 2,5 toneladas. Algunos agricultores llegan a tres, pero la mayoría está entre 1.0 y 1,5. Vietnam produce cuatro toneladas por hectárea, según Ahmed, del Banco de Desarrollo Asiático.

"La mayoría de los agricultores son pobres y viven de cosecha en cosecha. Se orientan más a la subsistencia y apuntan más a sobrevivir que a aumentar la producción", indicó Koma.

Camboya exportó 1,48 millones de toneladas de arroz molido en la cosecha 2007-2008, una cifra que el gobierno quiere elevar a cinco millones, además de impulsar la producción de cultivos como soja, castaña de cajú y maíz.

"Hace 10 años no tenían suficiente alimento. Que los agricultores exporten todo lo que producen es un logro considerable", señaló Ahmed. "Probablemente puedan producir más y exportar el excedente. La superficie actual cultivada aún está por debajo de la de mediados de los 60".

"El elevado valor del arroz será bueno para Camboya", concordó Thomas Keustas, director de país del Programa Mundial de Alimentos. "La pregunta es cuánto puede aumentar el cultivo de ese producto dado que también aumenta el costo de los suministros."

Los agricultores son los más castigados por la presión inflacionaria que golpea a Camboya. El precio de los fertilizantes se duplicó y el del combustible se elevó entre seis y siete por ciento en los últimos seis meses.

Pero ese incremento es sólo uno de los obstáculos que al aumento de la producción agrícola. Otros son la falta de semillas, la inseguridad de la titularidad de la tierra en gran parte del país, la falta de información técnica y las malas condiciones de infraestructura como caminería e irrigación.

La dificultad para los agricultores de pequeña escala de acceder al crédito rural es apremiante. Sólo cuatro por ciento de los préstamos de los bancos fueron para iniciativas agrícolas en 2007, según diversas evaluaciones.

Éstas barreras dificultan las posibilidades de Camboya de competir en productividad con Tailandia y Vietnam, donde transporte, fertilizantes y pesticidas son más baratos.

"¿Cómo competir con la sofisticada producción agrícola de Vietnam, donde las fresas llegan a los supermercados de Phnom Penh a las 24 horas de cosechadas?", señaló un observador extranjero que pidió reserva de su identidad.

"La gente menciona palabras de moda como mejoras de las cadenas de valor. Por ahora, cuando se trata de agricultura todo lo que hay es una pila de relaciones que nadie unió", ironizó.

"Todos esos factores hacen que los agricultores no estén bien situados para sacar provecho del aumento de precios", prosiguió. "Ellos venden su producción, en su mayoría a comerciantes vietnamitas y tailandeses que van granja por granja, al poco tiempo de cosechada porque los costos de producción son muy altos en comparación con sus ingresos".

Los depósitos son importantes, según Ahmed. "Los pequeños agricultores no podrán sacar provecho de las realidades del mercado a menos que puedan guardar sus cultivos de tres a cuatro meses, en vez de los actuales 60 días".

"Aun si Camboya puede elevar su producción de arroz, todo aumento de rentabilidad será capturado por los intermediarios y sus agentes a menos que el agricultor pueda elegir a quién y cuándo vender su cosecha", señaló Ahmed.

"Sólo tendrá ese poder de negociación cuando tengan mayor acceso a depósitos, caminos, crédito y demás. En este momento, cuando ellos venden es cuando el precio es el más bajo", añadió.

¿Tendrá el gobierno la voluntad de cambiar el equilibrio de poderes en todos los ámbitos a fin de elevar la capacidad de negociación de los agricultores?

Numerosos especialistas creen que el gobierno debe poner énfasis en una buena cosecha para el año próximo, pero se necesita trabajar para garantizar que los agricultores puedan aprovecharse de la coyuntura.

"A largo plazo, la cuestión es si se podrá movilizar la cantidad de recursos suficientes y si éstos llegarán a tiempo a los hogares que los necesitan", señaló Ahmed. "Los gobiernos solos no pueden hacerlo, se requiere un esfuerzo conjunto entre donantes y organizaciones no gubernamentales".

"Los depósitos de almacenamiento son importantes, pero no resolverán el problema por sí solos", arguye Koma, de Cedac, que trabaja con agricultores en la comercialización de cultivos orgánicos, incluido el arroz certificado en el ámbito local.

"Nuestros agricultores tienen una producción orientada a la subsistencia. Necesitamos tiempo para que se orienten al mercado", añadió.

"También necesitamos reorientar a la población que trabaja con los agricultores. Tienen un conocimiento básico en materia agrícola, quizá experiencia en desarrollo comunitario, pero no habilidades empresariales", indicó Koma.

El potencial de Camboya puede evaluarse por el hecho de que los grandes inversores, incluidos varios fondos de capital, comienzan a ver oportunidades en el sector agrícola.

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