El director general de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Pascal Lamy, anunció que presidirá una conferencia ministerial restringida y de «señalamientos» en materia de servicios.
Lamy no adelantó fechas, pero se prevé que se realice el 19 de mayo y que en la ocasión los ministros deliberen también sobre los aranceles industriales (NAMA, en la jerga de las negociaciones multilaterales de comercio) y los de carácter agrícola.
Altos funcionarios de un puñado de países representados iniciarán esas conversaciones, antes que los ministros, el 5 de mayo en esta ciudad suiza, sede de la OMC. Observadores advierten que el cumplimiento del cronograma es muy difícil.
La conferencia de "señalamientos" se concentrará específicamente en el acceso a los mercados. Se prevé que los participantes "señalen" hasta dónde están dispuestos a liberalizar sus sectores de servicios.
"Todo lo acordado por los participantes del proceso 'plurilateral' acerca del acceso al mercado será automáticamente ampliado a todos los miembros sobre la base de las naciones menos favorecidas", según Lamy.
El comentario preocupó a muchos negociadores de los países en desarrollo.
"Plurilateral" se refiere a negociaciones entre un subconjunto de miembros de la OMC a los que se supone con amplia representatividad. El resultado de sus conversaciones, en teoría, es sólo vinculante para los participantes.
Como naciones menos favorecidas se denomina a cada uno de los miembros que ofrece las mismas ventajas comerciales a todos los socios de la organización.
"La participación en la conferencia de 'señalamientos' será, más o menos, entre los participantes de la instancia 'plurilateral' y los que ofrezcan negociaciones y representantes de grupos regionales, en general, similar al formato de las reuniones a puertas cerradas entre estados selectos", añadió.
Eso quiere decir que sólo serán incluidas las naciones industrializadas, los países emergentes y pocos más, que representan el mayor volumen del comercio de servicios. Pero no participarán el grueso de los miembros de la OMC.
En tanto que presidente de la conferencia de señalamientos, Lamy indicó que brindará un informe oral al Comité de Negociaciones Comerciales, donde realizó el anunció el 17 de este mes.
Los principales elementos del informe incluirían "una descripción de los sectores y modos de entrega discutidos y de los nuevos y mejorados compromisos que los participantes estarían dispuestos a asumir". Se prevé que la conferencia dure un día..
En los pasillos de la OMC es evidente el gran malestar de las naciones excluidas de estas selectas reuniones y que no participarán en las próximas conferencias de alto nivel. Muchos delegados manifiestan preocupacióin por las consecuencias para sus países.
El representante de un país africano excluido de la conferencia accedió a responder a las preguntas de IPS pero pidió reserva de su identidad dada la delicadeza del asunto.
"La conferencia es impulsada por los países industrializados. Y aunque no estamos involucrados, tenemos miedo de que los acuerdos alcanzados tengan repercusiones sobre nosotros", indicó.
Las consecuencias "tienen dos aspectos. El primero es que el resultado de la reunión se emplee como parámetro para los miembros que no participen", explicó.
"En segundo lugar, no podemos rechazar ni oponernos a que otros miembros se reúnan. Pero ¿qué implicaciones tiene en términos de proceso multilateral cuando está involucrada la secretaría?", preguntó.
"El director general presidirá la reunión en persona. Su participación socava la neutralidad que esperamos tenga la secretaría", apuntó.
"¿El director general podrá decir entonces que el grupo plurilateral logró tal cosa? ¿Podrá alcanzarse la mayoría de dos tercios, dada la gran cantidad de países que no participaron?", preguntó.
Los servicios constituyen uno de los mayores intereses de Estados Unidos y de la Unión Europea (UE) en las negociaciones multilaterales de comercio. Grupos empresariales de esos países ejercieron fuertes presiones en Ginebra en las últimas semanas.
Lo que puede suceder, y que sería muy peligroso para los países que no participen, es que la conferencia se transforme en el inicio de negociaciones "sectoriales", es decir la formalización de conversaciones acerca de sectores de servicios específicos.
Dichas negociaciones se realizan cuando hay un "volumen importante" de países involucrados, como sucedió tras la Ronda Uruguay, al tratarse de deliberaciones sobre telecomunicaciones y servicios financieros.
Por Ronda Uruguay se conoce al anterior ciclo de negociaciones comerciales de 1986 a 1994, que concluyó cuando Estados Unidos y el bloque europeo concertaron un acuerdo luego de las sesiones sostenidas a fines de 1992 en la Blair House, residencia para visitantes oficiales cercana a Washington.
La finalización de esa ronda se formalizó con la fundación de la OMC en Marrakesh en 1994.
"Volumen importante" se refiere a los países que más contribuyen a la mayor parte del comercio de un sector dado.
El resultado es un formato común de liberalizaciones en cada sector que fue objeto de negociaciones.
Ese marco o formato regulatorio tiende a poner la liberalización, las metas que favorecen la competencia y las aspiraciones de las compañías extranjeras por delante de los objetivos nacionales como el suministro universal de servicios.
Eso puede no beneficiar los intereses de las naciones en desarrollo.
En 2004, un panel de resolución controversias de la OMC falló contra México tras la denuncia de Estados Unidos de que las normas de ese país socavaban la competencia y contravenían el Documento de Referencia de los Servicios de Telecomunicaciones Básicas, marco regulatorio alcanzado en 1996 en las negociaciones específicas de ese sector.
El panel dictaminó que México no ofreció a los proveedores estadounidenses de telecomunicaciones básicas el mismo acceso y uso de las redes y servicios públicos que a las empresas locales.
La mexicana Telmex había cobrado a los proveedores de Estados Unidos tasas de interconexión más altas.
México trató de defender su normativa alegando que había sido diseñada para incluir los costos de ampliación de la infraestructura de telecomunicaciones, una necesidad de muchas naciones en desarrollo.
Pero el panel aceptó el argumento de las empresas estadounidenses de que debían cobrarles sólo por los servicios específicos solicitados.
El dictamen fue que no podía incluirse en el costo final ninguna contribución al desarrollo de la infraestructura de telecomunicaciones de México porque ese país había adoptado el Documento de Referencia de los Servicios de Telecomunicaciones Básicas.
Sin embargo, los países pueden no firmar tales marcos regulatorios, pero una vez que son adoptados por un "volumen importante" de países y forman parte del marco multilateral, hay, oculta, una obligación de facto que abarca todo.
En teoría, las naciones no signatarias pueden ignorar tales "parámetros". Pero en la práctica, delimitada por la legislación internacional, se vuelve una norma mínima que usarán los inversionistas extranjeros y los socios comerciales para evaluar a los países donde pretenden invertir.
Esa norma será considerada como una garantía mínima para proteger sus intereses.
* Aileen Kwa es una analista independiente de políticas comerciales del no gubernamental Focus on the Global South, que realiza investigaciones para generar debates y análisis críticos sobre globalización y neoliberalismo. Este es el primero de dos artículos.