ECONOMÍA-COSTA RICA: Coletazos de la crisis de EEUU

La posibilidad de recesión en Estados Unidos ya afecta a Costa Rica, que podría sufrir la contracción de sus exportaciones y del mercado inmobiliario en áreas turísticas, afirmó el presidente del Banco Central de este país, Francisco de Paula.

Estados Unidos es el principal socio comercial de Costa Rica, que, al igual que otras naciones latinoamericanas, tiene un tratado de libre intercambio con el país norteamericano, aunque su vigencia depende de la aprobación costarricense de algunas leyes complementarias.

Las autoridades costarricenses deberán tomar precauciones para resistir la inestabilidad de los mercados financieros internacionales originada por la explosión de la burbuja inmobiliaria estadounidense.

Sin embargo, De Paula dijo, entrevistado por IPS, que el golpe en Costa Rica no será tan severo como en otros países de América Central, dada la "diversificación" de la economía costarricense.

El secretario del Tesoro (ministro de Hacienda) de Estados Unidos, Henry Paulson, admitió el martes que la economía de su país se encuentra en una etapa de "severa desaceleración", aunque evitó pronunciar la palabra "recesión", ya usada por numerosos analistas del sector privado.
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La Reserva Federal (banco central) bajó la tasa de interés interbancario de tres a 2,25 por ciento anual, con la esperaza de reanimar la actividad económica. Los mercados, según los expertos, esperaban un recorte aún mayor.

IPS: — ¿Cómo impacta esto en la economía de Costa Rica?

DE PAULA: — La crisis nos afecta. Ya se muestran algunos signos, digámoslo así, de desaceleración. Va a ser muy difícil pretender que, desde el punto de vista de la demanda externa, no nos afecte. Lo interesante es que estamos preparados para enfrentarlo, con una posición de reservas cómoda.

Es ilusorio pensar que una situación tan complicada no vaya a afectarnos. Se reducirá la demanda de nuestros productos de exportación y habrá que ver cómo impacta en el sector turístico.

Hay un elemento compensatorio. Al turista norteamericano se le está haciendo muy complicado viajar a Europa o Asia por la pérdida de valor del dólar. Podría haber un cambio en el flujo turístico y Costa Rica está bien "posicionada".

Pero también preocupante que, si la recesión es fuerte, muchos piensen en posponer sus vacaciones. Una interrogante es cuánto puede afectar en los mercados de bienes raíces, sobre todo en la construcción en zonas costeras.

— ¿Costa Rica debe seguir la política de recortes en la tasa de interés de la Reserva Federal de Estados Unidos?

— Estamos en el área de influencia de la economía estadounidense, aunque con ritmos, niveles y prioridades distintas. Ellos están preocupados por el crecimiento más que por la inflación. Nosotros, al contrario.

Pero nuestra política de tasas de interés no puede estar divorciada de la estadounidense. Las decisiones de la Reserva Federal nos afectan muy directamente.

— ¿Cómo definiría el desempeño de la economía costarricense?

— En los últimos años ha mostrado un comportamiento muy interesante, con crecimientos fuertes. En 2007 se expandió 6,8 por ciento y 8,8 por ciento en 2006, con dinamismo del sector exportador, una alta tasa de inversión extranjera directa, que ha financiado las necesidades de recursos externos del país. La situación fiscal ha mejorando. Nuestras previsiones de crecimiento para este año están en el orden del 3,8 por ciento

En 2007, el desempleo abierto fue 4,6 por ciento, el más bajo de los últimos años. La pobreza se redujo tres puntos porcentuales y ahora afecta a 16,7 por ciento de la población. Veo una economía dinámica, con muchos sectores creciendo, no jalada por un incremento fuerte de una materia prima, a diferencia de otras de la región.

— ¿Cuál es la principal preocupación?

— La inflación, todavía elevada. La previsión para 2007 era de ocho por ciento, pero finalmente llegó a 10,8 por ciento. Tenemos las vulnerabilidades de cualquier economía centroamericana: dependencia de las importaciones de petróleo y de ciertas materias primas cuyos precios nos han golpeado. Importamos 100 por ciento del trigo, y el pan es muy importante en nuestra canasta de consumo.

Este impacto del precio de las materias primas nos afectó mucho en el cumplimiento de las metas de inflación del Banco Central. De hecho, el año pasado, hasta agosto, íbamos muy bien con la línea de llevar la inflación a ocho por ciento en el año, pero en el último cuatrimestre tuvimos choques externos fuertes que nos desviaron de la meta.

— Su antecesor, Eduardo Lizano, decía que la economía de Costa Rica "nada perrito", pues no se ahoga pero apenas saca la cabeza del agua. ¿Ya aprendió a nadar sola, con un estilo más elegante?

— El perrito está empezando a practicar más. Podemos tomar algunas decisiones importantes. El proceso de transición del sistema cambiario es difícil. Pasó en octubre de 2006 de un sistema de minidevaluaciones a otro de bandas cambiarias, hacia el momento en que nuestra moneda, el colón, flote libremente respecto de las otras divisas.

Hubo algunas inconsistencias temporales, pero la transición va a permitir a esta economía avanzar mucho más. La mejora de las finanzas públicas, sobre todo de la recaudación, va a ayudarnos mucho. Pero aún faltan cosas por hacer, como la reforma fiscal.

— ¿Cómo ha sido la experiencia con las bandas cambiarias? ¿Para cuándo la libre flotación del colón?

— Para nosotros ha sido una experiencia interesante, porque veníamos de un sistema de 22 años de minidevaluaciones. La transición se ha hecho sin traumas. El tema de la flotación es parte de un proyecto de metas de inflación, una forma distinta de hacer política monetaria.

Uno de los requisitos es que el tipo de cambio sea flexible. La flexibilidad cambiaria no es un objetivo en sí mismo, sino uno de los instrumentos que necesitamos para poder variar la forma de hacer política monetaria y tener más éxito en reducir la inflación, que es nuestra mayor preocupación.

— La bonanza que se vive, ¿se debe a capitales especulativos? ¿Cómo puede afectar al país?

— Medirlo es complicado. Nuestra estimación es que en 2007 ingresaron 1.880 millones de dólares en concepto de inversión extranjera directa. Eso nos permitió cubrir con creces el déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos. Siempre hay, desde luego, una preocupación sobre el volumen de capitales de naturaleza más especulativa que generan una cierta "burbuja" de demanda, sobre todo de consumo.

Uno de los puntos que me preocupa es el crecimiento del crédito en el sector privado, especialmente en el último año. Hay que tener cuidado, porque eso nos puede llevar a situaciones un poco más complicadas, como estamos viendo en los Estados Unidos, donde la crisis responde a la fuerte expansión de préstamos hipotecarios de alto riesgo y el nivel de consumo financiado con tarjetas de crédito.

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