DDHH-PERÚ: Juez de EEUU condena a criminal de Accomarca

Un juez estadounidense ordenó al militar peruano retirado Telmo Hurtado pagar una indemnización de 37 millones de dólares a dos sobrevivientes de la masacre de 69 campesinos en la sureña comunidad andina de Accomarca, que él dirigió el 14 de agosto de 1985.

Exhumación de restos de los muertos de Accomarca. Crédito: Gentileza diario La República
Exhumación de restos de los muertos de Accomarca. Crédito: Gentileza diario La República
En 2002, cuando la justicia peruana lo requirió para que respondiera por su participación en una de las más atroces operaciones militares contra civiles durante la guerra interna (1980-2000) peruana, Hurtado huyó a la ciudad estadounidense de Miami, en el sudoccidental estado de Florida, donde vivían sus familiares.

"Bajo las órdenes de Hurtado, los soldados golpearon brutalmente a los hombres y violaron a algunas mujeres", afirma la sentencia firmada el miércoles por el juez federal Adalberto Jordan, de Florida, a la que tuvo acceso IPS.

"Luego mataron a casi todos los residentes que habían reunido, con fuego de ametralladoras y granadas. El mismo Hurtado lanzó una granada dentro de una pequeña casa donde los pobladores fueron obligados a ingresar. (…) Más de 60 personas, entre mujeres embarazadas, menores de edad y bebés, fueron asesinados en Accomarca. (…) Después de los asesinatos, los soldados se vistieron con camisetas blancas, tomaron el control de Accomarca y celebraron", afirma el fallo.

En abril de 2007, la defensa de las víctimas de Accomarca, enterada de que Hurtado había sido detenido en Miami por las autoridades migratorias pues permanecía ilegalmente en ese país, presentó una demanda civil contra él por intermedio de la organización no gubernamental estadounidense Centro de Justicia y Responsabilidad (CJA, por sus siglas en inglés).
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Para acreditar el horror del crimen liderado en 1985 por el entonces subteniente Hurtado —con el supuesto objetivo de buscar a miembros de la guerrilla maoísta Sendero Luminoso—, el CJA ofreció los testimonios de Teófila Ochoa y Cirila Pulido, sobrevivientes de la masacre y que perdieron en ella a sus padres y hermanos.

Del fallo se desprende que el relato de Ochoa y Pulido ante el juez Jordan tuvo un efecto devastador.

"En el caso de Teófila Ochoa, los soldados le dispararon y la persiguieron después de la masacre, pero pudo evadirlos y consiguió escapar, ocultándose en una roca y durmiendo bajo un árbol. Uno de sus hermanos no tuvo suerte y los soldados lo mataron (…) mientras gritaba que quería morir junto a su madre", consigna el fallo.

"Pulido pasó la noche en su casa con sus hermanos que sobrevivieron. No pudieron cocinar ni comer por el miedo de ser detectados por los soldados, mientras soportaban el olor a carne quemada que procedía del lugar donde había ocurrido la masacre", agrega.

Incluso el trauma que sufrieron los sobrevivientes fue tomado en cuenta en el dictamen del juez Jordan.

Durante el operativo dirigido por Hurtado, Téofila Ochoa perdió a su madre y a cinco hermanos y Cirila Pulido a su madre y a un hermano de nueve meses de edad.

"Ochoa continúa padeciendo pesadillas y sueña con su madre y sus hermanos. Tiembla ante la mirada de los soldados y teme quedarse sola. Jamás recibió compensación del gobierno peruano por lo que ocurrió ese 14 de agosto de 1985", señaló el juez.

"Mientras, Pulido sigue soñando con personas perseguidas y luego incineradas. Hasta hoy le teme al fuego y odia a los soldados. Tampoco recibió compensación alguna del gobierno peruano", agrega el fallo.

El magistrado destacó que si bien el propio Hurtado reconoció la autoría del asesinato, recibió una condena benigna de un tribunal militar de su país, siguió formando parte del ejército y se benefició de una amnistía decretada más tarde por el régimen de Alberto Fujimori (1990-2000).

La abogada de las víctimas, Karim Ninaquispe, de la no gubernamental Asociación para el Desarrollo Humano "Runamasinchiqpaq", señaló a IPS que el fallo facilitará la deportación de Hurtado a Perú y su sometimiento a la justicia.

El acusado "creyó que había alcanzado la impunidad refugiándose en Estados Unidos, pero se equivocó", dijo Ninaquispe.

"Hurtado, conocido como 'el carnicero de los Andes', y todos los violadores de los derechos humanos, ahora saben que la justicia los alcanzará tarde o temprano. Esa es la lección de la sentencia civil de Florida que, además de ordenar una indemnización para Téofila Ochoa y Cirila Pulido, precisa que Hurtado es culpable de la masacre de Accomarca", añadió.

Cuatro patrullas participaron en el operativo de 1985. La que conducía Hurtado perpetró la masacre, con respaldo de las unidades dirigidas por los oficiales Juan Rivera, David Castañeda y Luis Robles.

El primero está detenido en el oriental estado estadounidense de Maryland, donde las víctimas han presentado una demanda civil pendiente de resolución; el segundo vive en la ciudad de Boston, este de Estados Unidos, y ha solicitado asilo político, rechazado en varias oportunidades. Robles, quien sigue activo en el ejército peruano, fue emplazado por la justicia y tiene sus movimientos restringidos.

"Téofila y Cirila no sólo tuvieron que soportar durante años el recuerdo del crimen sino también los padecimientos de la ausencia de justicia, de la impunidad. El fallo será decisivo en la próxima decisión de las autoridades migratorias respecto de Hurtado", opinó Ninaquispe.

La abogada también resaltó que la sentencia subraya que Hurtado no puede ser enjuiciado en Perú debido a su ausencia, por lo tanto es preciso que sea extraditado. "La decisión final está en manos de las autoridades migratorias", apuntó Ninaquispe.

Ochoa y Pulido describieron a IPS los detalles de la jornada en la que prestaron testimonio ante el tribunal de Florida, el 11 de febrero, cuando tuvieron frente a frente a Hurtado.

El acusado, llevado a sala para escuchar a las denunciantes, declaró que no deseaba estar presente y se retiró.

Hurtado había obtenido visado en Estados Unidos tras declarar que no tenía antecedentes penales en Perú. Fue arrestado al descubrirse que había mentido.

Accomarca está ubicada en Ayacucho, una de las regiones más pobres y excluidas de Perú. El ejército, que durante 15 años protegió a Hurtado, lo ascendió y condecoró, jamás pidió disculpas por los hechos.

Mientras, las autoridades judiciales continúan exhumando restos de las víctimas en Accomarca.

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