La Unión Europea (UE) se apresta a profundizar su cooperación científica con Israel, incluyendo aspectos de antiterrorismo, pese a reconocer que fondos destinados al mismo propósito terminaron en empresas que operaban ilegalmente en los territorios palestinos ocupados.
Un documento reservado, que fue redactado por diplomáticos de la UE y al que tuvo acceso IPS, revela que gran parte de la investigación conjunta se vincula a cuestiones de seguridad, por lo que Israel pidió garantías formales de que toda la información que entregue a Bruselas será tratada de modo confidencial.
El gobierno de Israel aportará 440 millones de euros (unos 652 millones de dólares) al año hasta 2013 a fin de participar en el llamado programa marco de investigación de la UE.
En el documento, fechado el 15 de este mes, las autoridades israelíes argumentan que es necesario un acuerdo con la UE porque "puede haber intercambio de información clasificada".
El informe sugiere entonces que los gobiernos de la UE negocien con Israel un acuerdo en materia de "seguridad de la información".
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El pedido de confidencialidad de Israel aparece luego de que la UE reconociera que empresas que operaban en los territorios palestinos ocupados recibieron fondos de un anterior programa de investigación científica pagado por los contribuyentes europeos.
En un memorándum de 2006, la Comisión Europea atribuyó a "errores administrativos" el hecho de que empresas ubicadas en asentamientos israelíes ilegales en Cisjordania y Gaza se hubieran beneficiado con dichos fondos.
La Comisión prometió entonces estar "muy atenta" para controlar el futuro uso de fondos de investigación del bloque de 25 países, que ascenderán a 50.000 millones de euros (unos 74.000 millones de dólares) en los próximos siete años.
Todo apoyo a las compañías ubicadas en los territorios palestinos "viola las propias obligaciones de la UE", sostuvo Sandrine Grenier, de la Red Euro-Mediterránea de Derechos Humanos.
Las relaciones de la UE con Israel se basan en un "acuerdo de asociación" vigente desde 2000, por el que ambas partes se comprometieron a respetar y defender los derechos humanos y los principios democráticos.
Sin embargo, la UE no impuso sanciones contra el Estado judío a pesar del asesinato de civiles palestinos de los últimos años a manos de fuerzas israelíes.
De los 810 palestinos asesinados en 2006 y 2007 en Gaza por las fuerzas ocupantes, sólo 360 pertenecían a organizaciones armadas, según calculó la organización de derechos humanos israelí BTselem.
La cláusula de derechos humanos del acuerdo de asociación "debe tener dientes" de dónde agarrarse, sostuvo Eoin Murray, del programa de Medio Oriente de la organización irlandesa de lucha contra la pobreza Trocaire. "De lo contrario, carece de sentido. No tiene ningún impacto", insistió. "La UE debería haber cesado su cooperación con Israel en ciertos asuntos porque ese país no cumple con sus obligaciones legales".
Además, el portavoz sobre industria y empresas de la Comisión Europea, Ton Van Lierop, reconoció que la investigación conjunta con Israel tendrá una dimensión antiterrorista.
Pero insistió en que se centrará en la "seguridad civil", con medidas para mejorar los servicios de ambulancias y bomberos, por ejemplo. "No apunta a lo militar", dijo.
"Siempre hacemos una revisión ética de nuestros programas. Los derechos humanos están siempre por delante y son importantes para la Comisión Europea", añadió.
La seguridad figura entre las prioridades del programa marco de investigación de la UE. Proyectos con financiación ya aprobada apuntan a detectar explosivos en aeropuertos y proteger el agua potable de posibles ataques con armas químicas y biológicas.
Israel es el primer país ajeno al bloque en ser aceptado para participar en actividades conjuntas en el marco del programa.
La importancia del rubro seguridad en la economía israelí aumentó considerablemente en los últimos años. La exportación de equipamiento de defensa de Israel creció de 1.600 millones de dólares en 1992 a 3.400 millones de dólares en 2006, convirtiéndolo en el cuarto vendedor de armas del mundo.
Trazar una línea divisoria entre seguridad civil y militar en Israel es peligroso, según varios analistas. Ese país tiene mucha experiencia en tecnología que puede usarse con ambos fines.
"El sector tecnológico de Israel, en su mayoría vinculado con la seguridad, representa 60 por ciento de sus exportaciones", indica Naomi Klein en su libro "La doctrina del shock", publicado en 2007.
Por su parte, la activista en derechos humanos del Comité contra la Demolición de Viviendas en Jerusalén, Angela Godfrey-Goldstein, se pregunta por el "tipo de vínculo que une a la UE e Israel, Gran Bretaña e Israel y Estados Unidos e Israel. Una de las cosas debe ser el trabajo conjunto en lo que llaman lucha contra el terrorismo".
Pero las medidas adoptadas por Israel, añadió, justificadas por el objetivo de combatir el terrorismo, son contraproducentes. Ese país adujo razones de seguridad para disponer un bloqueo a Gaza, que incluye cortar el suministro de energía y de recursos básicos a los 1,5 millones de residentes.
"El discurso antiterrorista debe tomarse con pinzas", sostuvo. "Es alarmante que el gobierno israelí prive de alimentos a la población de Gaza, que haya creado guetos allí y en Cisjordania. No hace nada para crear confianza, ni dejó de construir asentamientos ni desmanteló los reductos ilegales".