MAR CASPIO: Cinco países en un difícil reparto

Los cinco países con costas en el mar Caspio no logran resolver cómo repartírselo. Muchos iraníes creen que el gobierno del presidente Mahmoud Ahmadinejad prevé concesiones a Rusia a cambio de apoyo para sus políticas nucleares.

Una declaración firmada 370 destacadas figuras políticas y sociales de Irán criticaron el espíritu "aventurero" de la política exterior de Ahmadinejad, lo que incluye la división del mar Caspio, motivo de conflicto desde la disolución en 1991 de la Unión Soviética.

Las diferencias se agravan por las enormes riquezas de petróleo y gas subyacentes en el lecho del mar.

Los países con litoral sobre el Caspio "eligieron el momento más adecuado para presentar reclamos ilegítimos. Irán está ahora bajo presión política y sanciones por su programa nuclear y por su política exterior", advirtieron.

"A los firmantes de esta carta nos preocupan las acciones y decisiones, ocultas para los ojos de la nación, que se toman como consecuencia de la debilidad de la soberanía nacional", señala la declaración.
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Irán perdió el derecho a tener una flota en el Caspio tras ser derrotado en 1828 por la Rusia zarista en una guerra. El armisticio también acabó con la soberanía iraní sobre ciudades de la costa occidental.

Los derechos de Irán fueron restablecidos un siglo después, con el tratado de amistad firmado en 1921 con la Unión Soviética.

Un acuerdo sobre comercio y transporte en el mar Caspio también fue firmado entre ambos países en 1940, lo que le dio a ambos países soberanía común sobre el mar e iguales derechos de pesca y navegación.

El tratado de 1940 estableció en 10 millas náuticas el territorio de pesca exclusivo de los dos países, pero no estableció los límites de sus aguas territoriales ni distinguió entre las flotas de transporte y las militares.

La utilización de los recursos del lecho marino tampoco fue discutida, ni en el tratado de 1921 ni el de 1940.

Políticos e historiadores iraníes alegan que el mar ya ha sido dividido en partes iguales entre Irán y la hoy disuelta Unión Soviética. También creen que ambos países tienen iguales derechos ante todos los recursos del mar.

Quienes defienden ese punto de vista creen que la cuota de la Unión Soviética debería dividirse entre los estados que le sucedieron tras la disolución en 1991.

Treinta y un partidos políticos que defienden esta perspectiva exigieron al gobierno abstenerse de firmar acuerdos bilaterales con cualquiera de los estados costeros que integraron la Unión Soviética, como Azerbaiyán y Turkmenistán.

La controversia se profundizó en enero, cuando el canciller iraní Manouchehr Mottaki anunció que Irán nunca poseyó 50 por ciento del mar y que la Unión Soviética nunca le permitió cruzar la denominada línea de Hosseingholi-Astara.

Esta delimitación asigna a Irán 11,3 por ciento de la superficie del mar Caspio.

La cancillería subrayó al día siguiente que Irán nunca consentiría nada menos que 20 por ciento del Caspio.

El canciller Mottaki fue luego convocado por el Comité Nacional de Seguridad del parlamento. Como no logró convencer a sus miembros, varios legisladores de la minoría reformista propusieron realizarle un juicio político. El procedimiento, sin embargo, aún no llegó a la agenda parlamentaria.

"Los tratados asignan a Irán y la Unión Soviética la soberanía conjunta del mar Caspio. Eso da pie a la errónea presunción de que el mar debería estar dividido en mitades, entre Irán por un lado y las antiguas repúblicas soviéticas por otro en todos los aspectos, en particular los recursos petroleros y gasíferos", dijo a IPS un analista en Teherán.

"Irán dejó fuera de esos tratados —a propósito— el modo de explotación de los recursos del lecho marino. Por entonces, Teherán no era suficientemente fuerte para defender sus intereses ante su poderoso vecino septentrional", agregó el informante, que solicitó reserva sobre su identidad.

El problema de la división del mar Caspio surgió con el colapso de la Unión Soviética en 1991, con el surgimiento de cuatro nuevos estados en las costas de la mayor masa de agua mediterránea del mundo.

Tras la formación de los nuevos estados, tanto Irán como Rusia sostuvieron que los tratados firmados entre Irán y la Unión Soviética sobre el mar Caspio debían ser respetados, y que, por lo tanto, los cinco estados gozan de soberanía sobre el mar.

Sin embargo, Kazajstán, Turkmenistán y Azerbaiyán reclamaron un nuevo régimen. El estatus legal del mar prácticamente estuvo en el limbo desde entonces.

"Los acuerdos anteriores entre Irán y la Unión Soviética ahora pertenecen a la historia", dijo el presidente de Kazajstán, Nursultan Nazarbayev, el 16 de octubre en Teherán ante los jefes de los cinco estados litorales, entre ellos el presidente ruso Vladimir Putin.

En esa cumbre no surgió acuerdo sobre la división del mar, pero se emitió una declaración que estipuló que el régimen legal del Caspio sólo podría aprobarse por el consenso de los estados litorales y, luego, por un tratado definitivo de demarcación del lecho del mar.

Los jefes de Estado también acordaron que el mar sólo debería utilizarse con fines pacíficos, y llamó a evitar la solución de conflictos por la vía militar. Los países no permitirán que ningún otro use su suelo en un ataque contra los restantes, proclamó la declaración.

El mar Caspio contiene las terceras mayores reservas petroleras y gasíferas del mundo, según cálculos de expertos.

La mayoría de los pozos petroleros admitidos se ubican en el área marítima correspondiente a Azerbaiyán, pero que más reservas de crudo y gas aún no explotadas se distribuyen por todas las áreas del Caspio.

Azerbaiyán y Kazajstán explotan hoy los recursos petroleros del Caspio, del que se extrae entre 1,6 y 2,0 por ciento de la producción mundial.

Irán encomendó varios estudios a empresas de fuste internacional como Shell y London and Scottish Marine Oil Company, pero aún no comenzó la explotación real de ninguno de los yacimientos petroleros y gasíferos, algunos de ellos en disputa con Azerbaiyán.

Por otra parte, el Caspio tiene un importante potencial de transporte marítimo.

Estados Unidos y la Unión Europea, preocupados por la seguridad energética, presionan para que los oleoductos y gasoductos que atraviesen el Caspio transporten energía de Turkmenistán y Kazajstán a Occidente. Por lo tanto, el trazado que proyectan pasa por territorio ruso.

Desde el colapso de la Unión Soviética, algunas de las repúblicas que la integraban se repartieron el mar Caspio. Rusia y Kazajstán acordaron dividir la parte septentrional del mar a lo largo de la línea media el 6 de junio de 1998.

En enero de 2001, Rusia y Azerbaiyán hicieron una división similar del lecho del mar. Por lo tanto, el área dividida representa 54 por ciento del lecho del mar y de las aguas superficiales.

Irán y Turkmenistán, que tienen costas más estrechas, proponen por una división del Caspio en partes iguales (20 por ciento para uno de los cinco estados), mientras que los otros tres países alientan un reparto proporcional a la longitud de la costa de cada uno.

"Los rusos tienen un enfoque dual ante el mar Caspio. Aunque defienden los derechos equitativos de los estados litoraleños a usar las aguas superficiales, exigen la división del lecho marino porque el uso común de la superficie naturalmente permitirá a la flota militar rusa circular libremente por el Caspio", dijo a IPS el analista consultado en Teherán.

"La preocupación de varios partidos políticos en Irán sobre las concesiones a Rusia tienen fundamento, pues el presidente Ahmadinejad se mostró dispuesto a sacrificar otras causas soberanas para lograr el objetivo de integrar el país en el club nuclear", agregó.

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