Decenas de miles de personas en por lo menos 48 ciudades, simultáneamente, respondieron en Brasil al llamado del Día de Movilización y Acción Global del Foro Social Mundial, a contracorriente de un competidor temible en esta época del año, el festejo carnavalero.
En la tienda de "artes escénicas" un grupo de mujeres se maquillan y colocan los últimos adornos, para presentar una coreografía afrobrasileña. Es la segunda vez que Eliete Miranda, su coordinadora, participa del Foro Social Mundial (FSM), un encuentro que según dice, "da una oportunidad a muchos para mostrar su trabajo".
"Es un camino" necesario, agrega Miranda, quien además trabaja en la investigación de la identidad de la comunidad negra, de la que es parte cultural y étnicamente.
El clima de este sábado no favoreció el "Río con Vida", el mayor encuentro al aire libre programado dentro de las actividades del FSM en Brasil. La neblina empaña la vista del famoso "Pan de Azúcar", el monte que es un símbolo turístico de Río de Janeiro, y amenaza lluvia.
Bruno Cattoni, del Movimiento Humanos Derechos, es uno de los organizadores de esta actividad que desplegó siete tiendas temáticas y 90 espectáculos musicales en el parque a lo largo del día y la noche. Aunque todavía no tiene noticias del desarrollo del Día de Movilización y Acción en otros 71 países, apuesta al éxito del encuentro y al nuevo formato "descentralizado" del FSM.
"¿Qué el Foro no tiene futuro? Estamos en 72 países, comunicándonos entre todos (a través de Internet y otras tecnologías de comunicación disponibles en la "tienda de conexión), mientras que en Davos (el Foro Económico Mundial que anualmente realizan gobiernos del Norte, empresarios y expertos en esa localidad suiza) están reunidos entre unas montañas heladas, lejos y aislados del mundo. Nosotros estamos en todo el mundo. ¿Eso es fracaso?", se pregunta dejando obvia la respuesta contraria.
Las tiendas se suceden con ofertas diversas para los participantes. Más adelante, una ofrece "Falun Dafa", lo que explican es una práctica china milenaria de meditación y ejercicio.
En la "tienda de las ideas" discuten asuntos varios como derechos humanos, ambiente y economía solidaria.
Precisamente, en otro espacio, la economía solidaria se practica con experiencias de trueque de productos o venta de objetos artesanales. El indígena Koha Karajá, de la etnia Karajá, es uno de los vendedores.
¿Qué es lo que nos aporta el Foro? "Nos da la posibilidad de tener más visibilidad, porque somos más conocidos en el extranjero que en nuestro propio país", comenta el líder indígena.
El FSM es una manera de incluirnos en la sociedad y de mostrar quienes somos, agrega Karajá, aunque no deja de criticar las dificultades que tienen habitualmente para participar. "Hay deficiencias. Los coordinadores deberían tenernos más en cuenta", critica, tras opinar que otras organizaciones, como el movimiento negro, suelen tener más voz en estos encuentros.
Se habla como una novedad de temas como la escasez del agua, destaca Karajá. "Nosotros los indígenas estamos hablando de esto hace 500 años. Podemos dar una contribución muy grande a la sociedad" en ese sentido, apunta, al considerar que como indígenas "no destruimos la naturaleza sino que formamos parte de ella".
Naji Makarem, un libanés-londinense, como se define, pasea con su familia por los diversos espacios del Foro, por primera vez realizado en varias ciudades simultáneamente. Aunque ya vivió en Brasil, ahora como turista trae a su esposa, May, de 30 años, y a su hijo, Shadi, de un año, que se divierte con los collares, pulseras, arcos y flechas que venden Karajá y su comunidad.
"Es excitante estar aquí", dice Naji quien, recuerda haber soñado siempre con participar de un Foro Social Mundial. "Lo que vine a oír es qué alternativas hay al sistema neoliberal, quiero entender cuáles son las ideas propuestas", añade.
Naji asegura que quienes dicen que el Foro no tiene futuro es porque "están mirando con ojos mecánicos. Nunca así van a entender la dinámica del FSM, que es precisamente esto: mucha gente encontrando a otra gente y comunicándose gracias a Internet todo el año".
Cándido Grzybowski, director del Instituto Brasileño de Análisis Sociales y Económicos (Ibase), una de las organizaciones "madre" del FSM, aparece para una entrevista y Naji comienza a gritar alborozado que es un honor conocerlo personalmente.
Tiene la oportunidad de preguntarle a Grzybowski, personalmente, cuales "son estas otras alternativas al sistema neoliberal", que como respuestas vino a buscar al Foro.
El director de Ibase explica que no hay una respuesta ni una solución sino varias, y que el Foro es precisamente eso: diversidad, polémica.
"Tenemos que festejar el resurgimiento de la ciudadanía", dijo Grzybowski a IPS. El encuentro en Río de Janeiro tiene un competidor difícil. El famoso carnaval carioca que esta mañana de sábado ya lleva multitudes a las calles para acompañar los "blocos" (bandas de carnaval).
"Pero aun a contramano del carnaval y con los blocos en las calles conseguimos movilizar gente en varias ciudades brasileñas", subrayo. Grzybowski explicó que la alternativa al "mercado" es "ésta, la gente".
Experiencias como la sección de trueque solidario del FSM. "El mercado es una gran plaza pública". Cuando la sociedad capitalista no da empleo, las personas buscan alternativas de economía solidaria como ésta, indicó.
Grzybowski atribuye al FSM, nacido en 2001 en Porto Alegre, la capital del meridional estado brasileño de Río Grande do Sul, haber "creado un caldo de cultivo político" para el impulso de movimientos que dieron lugar a la instalación de gobiernos izquierdistas como el de Luiz Inácio Lula da Silva en este país y Evo Morales en Bolivia, participantes de la primera hora del FSM.
El Foro legitimó, por ejemplo, al movimiento indígena, añadió.
El activista admite que todavía se trata de un modelo de "ciudadanía planetaria", o mejor dicho "varios modelos", a construir. "Pero comienza así con la sed de participación de la gente, creando controversias. Es ya la mitad del camino andado", opinó.
"Estamos buscando esperanza, la esperanza de ver que otro mundo es posible", explica Patricia Abreu, junto con un grupo de jóvenes.
"Necesitamos inyectar un poco de ánimo en nuestras venas", añade Michele Santana, quién se dice decepcionada de los partidos tradicionales de izquierda como el gobernante Partido de los Trabajadores (PT) de su país. "Necesitamos alternativas a las actuales formas de politiquería", sintetiza.
En Belem, donde tendrá lugar el próximo encuentro mundial del FSM en enero de 2009, se concretó una marcha en clima de fiesta por las calles del centro antiguo de la ciudad y actos "político-culturales" contra la "globalización neoliberal", el colonialismo, el racismo, la guerra y los desastres ambientales.
En tanto en Sao Paulo, espectáculos musicales y teatrales, incluidos de indígenas y "quilombolas" (miembros de comunidades afrodescendientes aisladas), y debates públicos compusieron la jornada de diversidad étnica. En Curitiba, capital del meridional estado de Paraná, una marcha en bicicleta destacó la lucha ambiental urbana.