El Fondo para el Bienestar de los Animales (IFAW, por sus siglas en inglés) pidió ejercer sanciones económicas contra Islandia, que esta semana reinició la caza de ballenas, tras 14 años de moratoria. “Si Islandia no recapacita, la opción son las sanciones económicas que afectarían su industria pesquera, turística e incluso aérea”, dijo a Tierramérica Christopher Tuite, director del Programa de Hábitat y Vida Silvestre, del IFAW, con sede en Estados Unidos.
La medida es dolorosa, reconoció, pues incluso afectaría la industria islandesa del avistamiento de ballenas que representa ocho millones de dólares anuales, y en la que el propio IFAW ha colaborado activamente.
Pese a la condena global, Islandia capturó dos ejemplares de la especie minke, de 38 que planea cazar, con fines de investigación científica.
Estados Unidos amenazó con imponer sanciones si Islandia persiste en su empeño. “Hemos dicho muchas veces que la caza para fines de investigación no es necesaria y que la información científica pueden ser obtenida por métodos no letales”, dijo el portavoz del Departamento de Estado Richard Boucher.
La Comisión Ballenera Internacional impuso en 1986 la moratoria para la caza comercial de ballenas