Las rosas, los vestidos, los velos y los guantes son blancos. Mónica y Elizabeth se dan las manos e intercambian anillos en una tarde cubana llena de simbolismos, lágrimas, risas y abrazos de aquellas personas que en los últimos dos años las apoyaron.
"Te amé desde el primer momento en que te reconocí. Eras tú la mujer que yo buscaba y yo la de tus sueños", dice Mónica, que con sólo 19 años no puede dejar de recordar los momentos difíciles pasados. "Estuvimos casi a punto de vivir bajo un puente, pero siempre hubo buenos amigos que nos ayudaron y entendieron", añade.
Elizabeth, de 28 años, minutos antes del anillo y el beso le responde: "Siempre te dije que cada día que pasa descubro algo nuevo en ti. Todavía me sorprende tu forma de enfrentarte a la vida. Te debo esta fuerza. Por ti sé hacia donde voy y lo que quiero, sé lo que significa la libertad. Eres mi novia, mi amiga y serás mi pareja".
Las imágenes, las palabras, cada momento vivido el domingo 23 de este mes han quedado en la cámara de un equipo de estudiantes del Instituto Superior de Arte (ISA) de Cuba. No es la primera boda simbólica de una pareja de lesbianas en esta isla del Caribe, pero sí la primera que se realiza con el apoyo de una institución estatal.
El Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), una entidad que desde hace años impulsa políticas de comprensión hacia la diversidad sexual, cedió su patio interior para la ceremonia y la celebración posterior entre 60 amistades, estudiantes del ISA y una reducida representación institucional.
"Era lógico que le abriéramos las puertas, aunque no es un centro festivo. ¿Dónde mejor iba a poderse vivir una experiencia así?", comenta a IPS la psicóloga Norma Guillard, vicepresidenta de la sección de Diversidad Sexual de la Sociedad Cubana Multidisciplinaria de Estudios de la Sexualidad (Socumes).
Coordinadora además de un espacio de intercambio entre mujeres lesbianas y bisexuales, abierto en el Cenesex hace ya tres años, Guillard estima que la apertura a una actividad como esta boda es totalmente coherente con el quehacer de una institución que "está abierta al entendimiento y a la lucha contra la homofobia".
"Ocurrirá un hecho que cambiará nuestras vidas, también la tuya. Por eso te invitamos a formar parte de esta revolución de amor ( ) Formará parte de la historia o se quedará sólo en tu recuerdo, todo depende de ti", señala la invitación entregada a IPS, hecha a mano y en papel reciclado.
Una investigación realizada a comienzos de esta década en la isla, con fines periodísticos, comprobó que el rechazo social al lesbianismo es mucho mayor del que se tiene hacia los hombres homosexuales o bisexuales. Para ellas es más difícil asumir su verdad, en el seno de la familia o a nivel social, por los roles tradicionales asignados a la mujer y a la madre.
La incomprensión puede encontrarse hasta en la misma comunidad gay, marcada evidentemente por la cultura machista dominante. El hombre puede hacer cualquier cosa con su vida y su sexualidad, piensan muchos homosexuales y bisexuales, pero otra es la apreciación cuando de mujeres se trata.
"Es un canto de amor desde la mirada de muchachas lesbianas. Intentamos buscar la sensibilidad hacia este tema desde lo que nos hace más humanos, los sentimientos, en este caso el amor", comenta a IPS Hanny Marín, estudiante de tercer año del ISA y directora del audiovisual en proceso de filmación.
La historia comenzó hace muchos años, cuando Mónica era una niña y Elizabeth visitaba a su hermano. Pasó el tiempo, cada una tomó su camino, hasta el reencuentro hace alrededor de dos años. "Yo siempre fui un libro abierto para todo el mundo, desde niña lo fui. Elizabeth no; era más reservada", cuenta Mónica.
No pocas fueron las incomprensiones que debieron enfrentar. Elizabeth sólo le dijo a su familia que tenían una fiesta. La mamá de Mónica las apoyó en todos los preparativos, pero no quiso acompañar a su hija en uno de los momentos más importantes de su vida. "Ya eso hubiera sido muy fuerte para ella", reconoce la joven a IPS.
Una propuesta de reforma legal, impulsada por el Cenesex y la Federación de Mujeres Cubanas, propone el reconocimiento de las uniones de hecho entre parejas homosexuales, la garantía de iguales derechos para parejas heterosexuales y homosexuales, el acceso a la adopción y, en el caso de las mujeres, a los servicios de fertilización asistida.
Presentada este año a las máximas instancias del país, la iniciativa podría llegar al parlamento en 2008, pero nadie puede afirmar cuanto tiempo demorará en ser votada. En tanto, el Cenesex recibió la orientación del gobernante Partido Comunista de trabajar en la preparación de la población a través de los medios de comunicación.
"Esto debería ser una cosa muy normal. Cada quien con sus gustos. Yo soy heterosexual, pero eso no impide que comprenda. Lo que está haciendo esta pareja hoy es un verdadero acto de valentía, en estos tiempos", dice a IPS Aldo Díaz, amigo de muchos años de Elizabeth y uno de los padrinos de la boda.
Díaz lee los "requerimientos indispensables" antes de sellar la unión: "que no les falte vocación, honestidad, valor e inteligencia para disfrutar lo bueno y aceptar lo malo de su pareja y de sí mismas. Desde ya hemos de ser capaces de pensar en voz alta delante de la otra mitad y este es el mejor regalo y el más importante estímulo".
"Que haya siempre en los labios un beso húmedo, en los ojos una mirada ardiente y dulce, en las manos una caricia tierna y en la mente pensamientos de afecto, admiración y preocupación por las necesidades de la otra mitad", agrega uno de los dos padrinos de la boda simbólica que, por el momento, no necesita abogados ni registros legales.
Mónica y Elizabeth confían en que llegará el día en que lo que hacen hoy pueda ser legalizado, pero para ellas ya eso será un simple trámite burocrático. "Iremos a firmar y ya. Y va a pasar porque hemos avanzado mucho en estos temas, aunque aún existan tantas incomprensiones. Nosotras somos un ejemplo de ello", dice Mónica.