La penetración de Internet es aún muy limitada en América Latina, donde sólo accede a ella menos de 20 por ciento del total de la población, y el consumo de medios de prensa escritos sigue siendo extremadamente bajo, señala un estudio difundido en la capital española.
El libro "Medios de Comunicación, el Escenario Iberoamericano", editado por la Fundación Telefónica (FT) y en el que participaron 50 especialistas españoles y extranjeros, destacó que incluso en países como México la circulación de los diarios no llega a los 15 ejemplares por cada 1.000 habitantes.
Aunque el número de usuarios de Internet en América Latina permanece por debajo de 20 por ciento de la población, sobresale la posición de naciones como Chile, donde 40 por ciento de sus habitantes acceden a ella, y Argentina, con el 33 por ciento, indica el estudio.
Los jóvenes latinoamericanos están relativamente más cerca de los hábitos de acceso a Internet que se dan en las naciones de Europa meridional, señalaron los especialistas que realizaron el trabajo.
En su opinión, el gran desafío que enfrentan las naciones de habla hispana y portuguesa que conforman la Comunidad Iberoamericana es cerrar la brecha digital, tanto la que se manifiesta entre los países como la que existe en cada uno de ellos.
"Hay que desarrollar estrategias, amparadas en los condominios lingüísticos y culturales, para ganar visibilidad e interlocución en un mundo que se orienta hacia soluciones cada vez más globales", dijo a IPS Javier Nadal Ariño, vicepresidente ejecutivo de FT.
El estudio divulgado el miércoles también destaca que existe una brecha analógica, expresada por las diferencias en el consumo de medios de prensa escritos. El director de la investigación, Bernardo Díaz Nosty, señaló que mientras en España se registra un índice de circulación de 140 ejemplares por cada mil habitantes, el número cae a 14 por cada mil habitantes en Bolivia y 1,6 en Honduras.
Según el informe, las ventas diarias de prensa en Finlandia, Holanda y Suecia, con poco más de 30 millones de habitantes en conjunto, superan las del total de las naciones americanas de habla hispana, con una población superior a los 350 millones.
Asimismo, el consumo de prensa en Alemania casi iguala al del conjunto de naciones iberoamericanas, incluidas España y Portugal, con apenas 25 millones de ejemplares para una población de 600 millones.
En América Latina la mayor difusión se da en Costa Rica, con 68,2 ejemplares por cada mil habitantes. Se ubican a continuación Chile (60,8), Panamá (48,4), Argentina (44,9), Venezuela (41,5), Brasil (39,2) y Perú (36,8), según cifras correspondientes a 2006.
También existen brechas en materia de contenidos. El periodista Ernesto Ekaizer, del diario madrileño El País, el de mayor circulación en España, comentó que los medios de prensa de este país no contribuyen al conocimiento de América Latina porque "no tienen ni idea de lo que pasa allá".
Uno de los autores, el español Teodoro León Gross, señaló que tres diarios iberoamericanos (El Comercio de Lima, La Nación de Costa Rica y El Comercio de Quito) publican más de 15 artículos diarios sobre América Latina. Otros no llegan a cinco, como en los casos de El Mundo de España, Diario de Noticias de Portugal, El Universal, Reforma (ambos de México) y O Estado de Sao Paulo.
Gross indicó que sólo dos diarios publican información originada en todos los países de la región: El Universal de Caracas y La Nación de Costa Rica. La menor diversidad se da en los portugueses Diario de Noticias y Público.
Asimismo, destacó como llamativo el hecho de España y Estados Unidos son el origen del mayor número de informaciones sobre América Latina que publican los diarios de esta región.
Gross realizó un análisis sobre la presencia de los líderes latinoamericanos en la prensa escrita. Fidel Castro ocupó el primer lugar, con 34 por ciento del total de las menciones, seguido por los presidentes de Bolivia, Evo Morales (19,8 por ciento); de Venezuela, Hugo Chávez (13); Colombia, Álvaro Uribe (7,7) y Brasil, Luiz Inácio "Lula" Da Silva (7,6 por ciento).
El estudio concluye con la necesidad de establecer estrategias globales destinadas a hacer visible la realidad iberoamericana, especialmente en el campo de la comunicación para la cooperación, en la defensa de los nuevos usos tecnológicos destinados a la inclusión social y la democratización, la alfabetización mediático-digital y la diversidad cultural como patrimonio del conjunto de las naciones.