La extracción ilícita de arena para la industria de la construcción en la barrera natural que separa el mar del río Toa, el más caudaloso de Cuba, amenaza a ese ecosistema en la oriental ciudad de Baracoa. Una licencia para extraer de ese lugar mil metros cúbicos de arena en un año venció en mayo de 2006, pero la actividad prosigue de manera furtiva, «muchas veces con el empleo de camiones y equipos de empresas estatales», advirtió el 30 de octubre el diario oficial Granma.
Tomás Rivera Amarán, director del Centro de Inspección y Control Ambiental, confirmó a Tierramérica que la legislación ambiental prohíbe nuevas extracciones de arena hasta que un nuevo estudio certifique que no se dañará el ecosistema.
El gobierno local puede «hacer cumplir la ley» y proponer normas ambientales más rigurosas, añadió.