Con el aumento de la represión a sitios de Internet que albergan contenidos de pedofilia o de racismo en Europa oriental y Estados Unidos, América Latina corre riesgo de convertirse en «nuevo paraíso cibernético» para esos delitos, advirtieron especialistas.
El alerta se dio en el Foro de Gobernanza de Internet (IGF, por sus siglas en inglés) que con el auspicio de las Naciones Unidas discute en Río de Janeiro asuntos como la seguridad, el acceso y la diversidad en la red mundial de comunicaciones.
Muchos de esos sitios estaban hospedados en la República Checa, pero con la represión comenzaron a emigrar a países como Panamá, según Thiago Tavares, presidente de la organización no gubernamental SaferNet Brasil, y profesor de leyes de la Universidad Católica de Salvador.
Tavares, quien a través de SaferNet rastrea y recibe información de denuncias en Brasil sobre delitos cibernéticos, registró 100 portales de pornografía infantil hospedados en Panamá.
"Esto encendió una luz amarrilla", dijo a IPS.
[related_articles]
El especialista teme que las grandes "lagunas legislativas" que existen en los países de América Latina propicien un aumento de esos sitios.
Entre esos agujeros legales, Tavares mencionó la falta de armonización de leyes entre los países.
"No existe una red de cooperación, no hay integración de políticas de los diferentes países, no existe una gran movilización social. Son pocas las organizaciones no gubernamentales que combaten la pedofilia, y ningún país latinoamericano estableció un plan de acción destinado a combatir específicamente delitos en Internet como paidofilia y racismo", ejemplificó.
Por todos estos motivos, la región "está muy vulnerable", alertó.
En Brasil el caso más relevante fue el de la red Orkut, un portal que promueve relaciones personales controlado por la empresa estadounidense Google.
"Lamentablemente, Orkut se transformó en el paraíso de los delitos cibernéticos en Brasil. Hay miles de pedófilos y racistas que utilizan Orkut para distribuir pornografía infantil, para atraer a menores, para cometer los más diversos crímenes contra los derechos humanos", resaltó el presidente de SaferNet.
Orkut tiene en Brasil unos 25 millones de usuarios, lo que representa casi 70 por ciento de todos los internautas de este país de más de 188 millones de habitantes.
De acuerdo con SaferNet, del total de usuarios brasileños — que constituyen más de 50 por ciento de los de América Latina— ¬1,3 millones son niñas, niños o adolescentes que accedan a Internet desde sus casas. De ellos, 53 por ciento ingresan a portales sociales como Orkut.
No se trata de que Orkut albergue más contenidos de este tipo que otros portales similares. Pero, como medio preferido por los internautas brasileños, impresiona por la masificación de los delitos mencionados.
En los últimos dos años, se registraron en Brasil 50.000 páginas de Internet relacionadas con delitos y violaciones de derechos humanos, 19.000 de ellas con pornografía infantil, según SaferNet.
Para Tavares y otros especialistas presentes en el IFG, el problema es la dificultad de las autoridades brasileñas para identificar y castigar a los ciudadanos de este país que utilizan servicios internacionales como Orkut para cometer delitos.
Hasta hace poco, Google se negaba a entregar a las autoridades datos sobre los usuarios que aparecían como sospechosos en las investigaciones policiales y judiciales, explicó a IPS el procurador federal del Ministerio Publico (fiscalía), Sergio Gardenghi Suiama.
El procurador, que se encarga de la acción judicial civil contra Google en Brasil, explicó que la empresa argumentaba que los datos sobre los usuarios investigados solicitados por la justicia estaban en Estados Unidos y que por lo tanto la legislación aplicable era la de ese país.
"Nosotros alegamos que si los delitos fueron practicados por brasileños, y de eso no hay la menor duda, la legislación aplicable es la brasileña y quien debe responder frente a las autoridades brasileñas es la filial de Google en Brasil", indicó.
La demanda está en una etapa de negociación y Google cambió de posición, brindando los datos solicitados y removiendo con más rapidez los contenidos ilegales.
En el tercer trimestre del año, Google obtuvo ganancias netas de algo más de 1.000 millones de dólares, un aumento de casi 50 por ciento respecto del período anterior, especialmente por la fiebre despertada en Brasil por la red Orkut, pero perdió "millones de dólares" en anuncios publicitarios, según Tavares.
"Google comenzó a vender anuncios en el servicio de Orkut y algunos fueron a parar a esas páginas de pedofilia. Cuando los anunciantes lo supieron, empezaron a cancelar contratos", relató Tavares.
"Esa fue una de las principales razones que motivaron a Google a cambiar su postura" respecto de la colaboración con la justicia brasileña, opinó.
Eduardo Fumes Parajo, presidente del consejo ejecutivo de la Asociación Brasileña de Proveedores de Internet (Abranet), dijo que para evitar esos extremos, sus asociados están elaborando un código de autorregulación.
En 2005, Abranet firmó un acuerdo con el Ministerio Público para facilitar las investigaciones de delitos de paidofilia y racismo, que incluye, entre otros puntos, la disposición de sus asociados de entregar datos de usuarios cuando la justicia o la policía lo requieran, y de almacenar por más tiempo los accesos de sus clientes para preservar eventuales pruebas judiciales.
"Esto es una cuestión social. Los proveedores encaran este tema hasta como parte del propio negocio. Nadie quiere tener delitos en sus páginas o en su red. Eso crea un impacto muy negativo, como ver que los anunciantes o los propios usuarios se van", subrayó el presidente de Abranet, que reúne a 300 empresas del sector, incluida la corporación trasnacional del software Microsoft.
Para los participantes del foro, iniciado el lunes y que concluye este miércoles, la cuestión de fondo es legislar de manera semejante o armonizada para un escenario que no reconoce fronteras ni culturas, como Internet.
Algunos proponen una suerte de tribunal internacional para juzgar estos casos a cargo de un foro como la Organización de las Naciones Unidas.
Otros prefieren métodos de corto y mediano plazo como el establecimiento de redes de cooperación entre los países para combatir delitos cibernéticos.
"No creo que un tribunal específico consiga contemplar toda la diversidad cultural de la humanidad presente en Internet", destacó Tavares al recordar que en países como Holanda el erotismo infantil en Internet es común y más aceptado que en naciones de América Latina.
En Estados Unidos el racismo no es un crimen inafianzable como en Brasil, apuntó por su parte Suiama.
"Yo creo que la principal limitación es que tenemos legislaciones nacionales para combatir un problema que trasciende las naciones, que es transnacional", añadió el procurador, quien se pronunció por establecer a mediano plazo "una verdadera gobernanza global de Internet".
Pero, en lo inmediato, también habría que cerrar los agujeros legales de países como Brasil, donde no hay todavía una ley específica para castigar la posesión de material con pornografía infantil, agregó.
El sector privado, representado por Abranet, prefiere en cambio una autorregulación ética.
Para América Latina es urgente establecer redes de cooperación que involucren a la policía, la judicatura y la sociedad civil, como ya existen en Europa, concluyó por su parte Tavares.