AMBIENTE-GABÓN: Cataratas amenazadas por proyecto hidroeléctrico

Descritas como las más hermosas de África central, las cataratas de Kongou, en Gabón, están en el centro de una polémica ambiental que algunos creen podría tener implicaciones de largo alcance para la conservación del resto del país.

Kongou habría sido elegido como sitio para la construcción de una represa hidroeléctrica que proveerá de energía al proyecto Bélinga, una iniciativa de 3.500 millones de dólares para extraer mineral de hierro en Gabón nororiental que se lleva a cabo con financiamiento de firmas chinas en un consorcio liderado por la Corporación Nacional de China para la Importación y Exportación de Maquinaria y Equipamiento (CMEC).

Se prevé que las obras en Bélinga se pongan en marcha antes de fin de año, con el primer envío de mineral a China para 2011.

China será el único cliente del proyecto, que también involucra la construcción de 560 kilómetros de vías férreas y un puerto de aguas profundas. Además, se prometen unos 30.000 puestos laborales.

De modo comprensible, esas cifras impulsaron a los políticos en un país que busca diversificar su economía en vistas de la reducción de las ganancias petroleras, que durante mucho tiempo fueron el puntal de la economía de Gabón.

Pero organizaciones conservacionistas temen que la construcción de una represa en Kongou, ubicada en el Parque Nacional Ivindo, pueda tener un efecto negativo sobre su entorno forestal.

Aunque todavía está pendiente la decisión oficial sobre el sitio hidroeléctrico, Brainforest —una organización no gubernamental con sede en Libreville, la capital de Gabón— alega en la edición del 1 de septiembre de Brainforest Info que el director general de energía y recursos hidráulicos confirmó la opción de Kongou.

Las preocupaciones de los grupos conservacionistas fueron expuestas en un documento presentado al presidente Omar Bongo hacia fines de septiembre, bajo los auspicios de una coalición llamada Ambiente Gabón.

Las organizaciones cuestionan que una decisión sobre la ubicación de la represa parezca haberse tomado antes de realizar una evaluación de impacto ambiental de la construcción, como requiere la ley.

La declaración exige al Ministerio de Minas que haga público el estudio de viabilidad que indica que se crearán alrededor de 30.000 puestos de trabajo. De estos, pregunta "cuántos están reservados para los gaboneses, cuando sabemos que la tendencia natural de las firmas chinas es traer, extensivamente, trabajadores de su país".

Además, "si consideramos el estado de empobrecimiento de la mayoría de los gaboneses, pese a las significativas ganancias procedentes del petróleo, la minería y la tala, podemos pensar que será lo mismo para las ganancias procedentes de la explotación del hierro de Bélinga", añade.

El sector petrolero de Gabón estuvo rodeado de acusaciones de corrupción, y sus réditos no beneficiaron plenamente a los gaboneses.

"Es difícil rastrear cómo se gastaron los fondos, incluso para las Instituciones Financieras Internacionales", señala un informe de 2003 de la agencia global Servicios de Alivio Católico, titulado "El fondo del barril: El auge petrolero de África y los pobres".

Según el documento, "Gabón fue el epicentro de una cadena de escándalos asociados con (la compañía petrolera francesa) Elf Aquitaine en los años 90, incluyendo acusaciones de acuerdos petroleros escondidos y el uso de sus bancos para lavado masivo de dinero vinculado al financiamiento de políticos y partidos franceses".

Las organizaciones ecologistas sugieren que, en cambio, la represa se construya en las cataratas de Tsengué-Lélédi, sitio recomendado en un estudio de los años 60 y fue realizado por la empresa pública Electricité de France.

Alegan que la construcción del embalse en este lugar sería más barata y beneficiosa para las comunidades locales.

Las cataratas de Tsengué-Lélédi se encuentran fuera del parque Ivindo. Pero también están más lejos de Bélinga, una distancia agregada que aumentará los costos del proyecto, dijo el ministro de Minas, Richard Auguste Onouviet.

Onouviet sostiene que se necesitan unos 1.200 millones de dólares para construir una represa en Tsengué-Lélédi y 435 millones de dólares para llevar electricidad desde ese lugar hasta la mina de Bélinga, en comparación con 754 millones de dólares para la construcción en Kongou.

La declaración de septiembre también señala que el proyecto de Bélinga todavía tiene que someterse a consideración pública.

A Bongo lo indignó la campaña para un mayor escrutinio de Bélinga. El proyecto se convirtió en la pieza central de su último periodo de gobierno, que comenzó en enero de 2006. El líder, de 72 años, ha estado en el poder durante 40 años.

El gobierno ve a las organizaciones ambientalistas como títeres de multinacionales de Occidente, opuestas la participación exclusiva de China en el proyecto.

El jefe de Estado también advirtió a organizaciones no gubernamentales y gobiernos extranjeros que "sueñan con hacer de Gabón un mero santuario animal, en detrimento de su desarrollo", destacando que, "sin importar lo ocurra ni lo que se diga sobre esto, Bélinga seguirá adelante".

Mientras, algunos funcionarios alentan manifestaciones en apoyo del proyecto de Bélinga. Éstas han tenido lugar en todo el país bajo el eslogan "Bélinga seguirá adelante".

Pero, según la declaración de Ambiente Gabón, "la pregunta no es si esta mina de hierro debe ser explotada o no, dado que será explotada en un momento u otro".

"La pregunta es, más bien, cómo se llevará a cabo esta explotación. ¿De un modo completamente descontrolado y yendo en contra de una política de desarrollo sustentable? ¿O de un modo transparente, considerado y que cumpla con los criterios del desarrollo sustentable?", agregó.

Ciertos ambientalistas creen que la construcción de la represa también conducirá a la desclasificación del Parque Nacional Ivindo, abriendo las puertas a la explotación comercial de otros 12 parques de Gabón. Estas reservas fueron creadas recién en 2002, cuando el gobierno tomó la decisión de hacer a un lado alrededor de 10 por ciento del territorio nacional con fines de conservación.

El único parque nacional marítimo del país, hogar de ballenas y tortugas marinas, ya está bajo amenaza: se extendió un permiso a la firma petrolera china Sinopec para buscar petróleo en esta área de conservación.

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