AMBIENTE-CHILE: Caballería rebelde contra represas

Un grupo de activistas comenzaron este lunes una cabalgata de nueve días para unir dos ciudades de la austral región chilena de Aysén. El objetivo es protestar contra la construcción de cinco centrales hidroeléctricas en dos caudalosos ríos de la zona.

La movilización es organizada por la Agrupación de Defensores del Espíritu de la Patagonia, un colectivo ciudadano integrado por 650 habitantes de la región de Aysén, situada a más de 2.000 kilómetros al sur de Santiago.

La dirección de la cabalgata es de sur a norte y pretende unir la ciudad de Cochrane, donde viven casi 3.000 personas, con la capital regional Coyhaique, que posee 55.381 habitantes.

A las 09:00 hora chilena (12:00 GMT) de este lunes, partió el primer grupo de jinetes desde el centro de Cochrane rumbo al norte bordeando el río Baker, con el propósito de llegar, al final de la primera jornada de 25 kilómetros, a la localidad de El Manzano.

Al punto de partida arribaron para participar vecinos de localidades más australes como Caleta Tortel y Villa O’Higgins, de no más de 500 habitantes cada una.
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En diversos tramos se unirán otros aiseninos, entre ellos cuatro concejales del municipio de Coyhaique, a donde la comitiva pretende arribar el 27 de este mes. También se gestiona la participación de algunos parlamentarios. Los organizadores esperan concluir la marcha con más de 100 jinetes.

La distancia entre Cochrane y Coyhaique es de aproximadamente 330 kilómetros, pero unos 100 kilómetros serán transitados en vehículo para sortear las grandes dificultades del camino y disminuir en tres días el trayecto, explicó a IPS Carlos Garrido, coordinador de la actividad.

La cabalgata cuenta con el apoyo del Consejo de Defensa de la Patagonia Chilena, una entidad no gubernamental compuesta ya por más de 40 organizaciones nacionales e internacionales de carácter ecologista, social, empresarial y religioso, contrarias al proyecto de la empresa transnacional Hidroaysén de erigir a partir de 2009 cinco represas en los ríos Pascua y Baker.

La obra contemplaba inundar 9.300 hectáreas de bosque nativo, pero debido al gran rechazo manifestado por ciudadanos y ambientalistas, Hidroaysén redujo en 36,5 por ciento el área de embalse.

El cambio no dejó satisfechos a sus opositores, quienes sólo avalan pequeñas centrales de pasada, que no impliquen represar ríos ni inundar terrenos y que no perjudiquen la ganadería y el turismo de la Patagonia.

Uno de los aspectos más cuestionados por los ambientalistas es la intención de la empresa de llevar hasta Santiago los 2.750 megavatios que generaría el complejo. El objetivo es abastecer de energía a uno de los cuatro sistemas eléctricos del país, el Interconectado Central, que alimenta a más de 90 por ciento de la población chilena.

Para ello se requieren 2.300 kilómetros de líneas de alta tensión, las que atravesarían ocho regiones y 200 comunas del país e impactarían 12 áreas silvestres protegidas, según los cálculos de los ambientalistas.

Hidroaysén es propiedad de Endesa Chile, filial de la firma trasnacional española Endesa, y de la generadora local Colbún, controlada por el grupo Matte. La inversión supera los 4.000 millones de dólares y el Estudio de Impacto Ambiental respectivo será presentado a las autoridades en 2008.

Además de satisfacer con ellas la demanda energética del país, Hidroaysén promete mejorar la infraestructura vial, aeroportuaria y de telecomunicaciones de la región, abaratar el costo local de la electricidad, crear 4.000 empleos, invertir en escuelas y hospitales y desarrollar programas culturales y turísticos.

En defensa de la sustentabilidad ambiental y cultural de la Patagonia, el Consejo se encuentra realizando una fuerte campaña nacional e internacional en contra de las centrales, que incluyó la publicación de un libro y la instalación de avisos en la vía pública y en medios de comunicación.

Además, las organizaciones Free Flowings Rivers, Greenpeace, International Rivers Network y Natural Resources Defense Council preparan un boicot contra los productos chilenos de exportación que estén asociados de alguna manera a los dueños de Hidroaysén y a su oferta energética, como el cobre, la fruta y la madera.

La ofensiva también llegará a Canadá. Allí serán interpelados los accionistas de la empresa Transelec, la cual realizaría el tendido eléctrico de las centrales, entre ellas tres administradoras de fondos de pensiones de ese país.

"El objetivo de la cabalgata es que la gente afectada (por el proyecto de Hidroaysén) tenga visibilidad y que quede patente que somos los aiseninos los que estamos en contra (de las represas)", enfatizó Garrido, tras destacar que la forma de manifestación elegida es el medio de transporte de muchas de las personas que viven en zonas alejadas de la región.

En el segundo día de cabalgata, el grupo recorrerá 35 kilómetros hasta llegar al cruce El Maitén, a la orilla del lago General Carrera, el más grande Chile. Luego el viaje continuará hasta el cruce Los Leones, cerca del río homónimo.

La cuarta jornada de 18 kilómetros llegará a su fin en Puerto Río Tranquilo, la primera localidad de la ruta que está habitada por cerca de 500 personas, y la quinta lo hará al predio Santa Rosa cerca de Bahía Murta, luego de cabalgar 24 kilómetros. En la capilla del lugar se realizará un acto religioso y actividades costumbristas.

Entre Santa Rosa y Villa Cerro Castillo, distantes 97 kilómetros, los jinetes viajarán en buses y los caballos en camiones. El séptimo día, tras avanzar otros 40 kilómetros, el grupo llegará hasta la localidad de Melipal, en el penúltimo se recorrerán 30 kilómetros hasta Ensenada y la novena jornada será la de arribo al destino final que es la plaza de armas de Coyhaique.

"Queremos recorrer las calles céntricas de Coyhaique, pasar por la oficina de Hidroaysén y reunirnos con la intendenta (representante del gobierno nacional), Viviana Betancourt, para entregarle una declaración de principios", explicó Garrido.

"Para nosotros es una muestra de fuerzas de la gente de Aysén, en particular de la que vive cerca de los ríos Baker y Pascua. Es una forma de manifestarnos, porque no nos sentimos escuchados", indicó.

"Hacer una cabalgata no es fácil, al comienzo sonaba como una locura, que ahora la vamos a concretar para decir que no estamos de acuerdo con el proyecto de Hidroaysén. Los que lleguemos a Coyhaique les vamos a decir que 'no' ( a la construcción de las represas) al Estado, al gobierno y a la empresa", dijo.

"Estoy convencida de que el concepto de nuestra región, 'Aysén Reserva de Vida', no debe perderse", dijo a IPS la concejal del cogobernante Partido Demócrata Cristiano, Paz Foitzich, quien participará en el último tramo de la caravana como una forma de alentar un "debate" sobre el modelo de desarrollo que ha elegido para sí misma la región.

"Como está planteado el proyecto, no estoy de acuerdo. Cualquier propuesta para la zona debe adecuarse al modelo elegido por la región. Entendemos la necesidad del país de generar energía, pero la Patagonia no sólo es reserva de vida para Chile sino también para el mundo", concluyó.

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