SALUD-EEUU: Recetas para una economía sana

Los excesos y malos hábitos de vida le cuestan a la economía de Estados Unidos más de un billón de dólares anuales por pérdidas de productividad y costos de tratamientos médicos, según una fundación privada que propone una receta para evitar esta sangría.

Siete enfermedades crónicas —cáncer, diabetes, hipertensión, derrame cerebral, dolencias cardíacas, afecciones pulmonares y alteraciones mentales— le cuestan a la economía de este país 1,3 billones de dólares al año, según el Instituto Milken, con sede en el occidental estado de California.

De ese total, 1,1 billones corresponden a pérdidas de productividad.

El centro de estudios fue creado por Michael Milken, quien en los años 80 se hizo famoso por sus operaciones con "bonos basura" (de alto riesgo) y amasó una fortuna. Finalmente fue acusado de manipular el mercado y se lo condenó a pagar una multa de 900 millones de dólares y a 10 años de cárcel, de los que cumplió sólo 22 meses.

También se le prohibió de por vida actuar en el mundo de las finanzas, por lo que Milken se dedicó desde entonces a la filantropía.
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Según el instituto que apadrina, si no se hace nada al respecto las pérdidas económicas a causa de las enfermedades crónicas podrían llegar a seis billones de dólares en 2050, lo que a su vez llevaría a reducir la inversión en educación y capacitación.

Sin embargo, según un estudio del Instituto Milken, incluso una modesta mejora en el terreno de la prevención podría ayudar a evitar 40 millones de casos de estas enfermedades y reducir su impacto económico en 27 por ciento para 2023, cuando se ubicaría en 1,1 billones anuales.

Según la investigación, si sólo se redujera la obesidad se ahorrarían 60.000 millones de dólares al año en costos de tratamientos y se ganarían 254.000 millones a causa de una mayor productividad.

"Invirtiendo en salud, podemos agregar miles de millones de dólares al crecimiento económico en las próximas décadas", dijo Ross DeVol, director del área de economía de la salud del instituto y principal autor del informe.

"La buena noticia es que con una moderada mejora en la prevención y la intervención temprana, por ejemplo con la reducción de la tasa de obesidad, los ahorros serían enormes", agregó.

El estudio recomienda otorgar mayores incentivos para promover la prevención. Esto incluiría lograr un "peso saludable" a nivel nacional y mantener un estilo de vida más sano a través de una dieta mejorada, el ejercicio físico y el abandono del hábito de fumar.

Estas recomendaciones se hicieron públicas en medio de un renovado debate, avivado por la campaña electoral para las elecciones presidenciales de 2008, sobre cómo extender la cobertura de los servicios médicos y el seguro de salud.

"El debate está concentrado fundamentalmente en el problema del financiamiento", señaló Ken Thorpe, experto en salud pública de la Universidad Emory y director ejecutivo de la no gubernamental Sociedad para Combatir las Enfermedades Crónicas.

"Debe otorgarse igual atención a la urgente necesidad de reducir la incidencia de enfermedades que pueden prevenirse, a medida que la población del país envejece", agregó Thorpe, cuyas investigaciones sirvieron como base para el estudio del Instituto Milken.

El producto interno bruto real —obtenido ajustando su valor nominal según la inflación— podría llegar a 37,9 billones de dólares en 2050 si se aplican medidas "razonables de prevención de enfermedades", según el estudio. En caso contrario, si continúa la tendencia actual, apenas arañaría los 32,2 billones en ese año.

"Ahora conocemos la carga real del costo de las enfermedades crónicas en nuestra nación, y es realmente asombrosa", dijo Richard Carmona, quien fue cirujano general (equivalente a ministro de salud) de Estados Unidos entre 2002 y 2006.

"Todos los sectores deben trabajar en conjunto para encontrar nuevas e innovadoras formas de prevenirlas, para cuidar la salud física y económica de nuestro país", agregó Carmona.

Durante muchos años, los propulsores de la atención primaria de la salud criticaron a las empresas de medicina prepaga y a los responsables del programa Medicare, el principal seguro de salud a cargo del Estado, de aguardar a que la gente se enferme y luego gastar miles de millones de dólares al año para curarla.

La prevención es más barata, afirman.

Expertos en salud afirman que el enfoque aplicado actualmente refleja las necesidades que la población estadounidense tenía décadas atrás y que, además, depende en exceso de procedimientos médicos que requieren el uso de tecnología.

Los defensores del sistema destacan que estas características convirtieron al sector de salud de Estados Unidos en la envidia de todo el mundo, pero quienes lo cuestionan responden que, más allá de sus ventajas, privilegia las ganancias sobre la prevención.

El informe se hace eco de otros estudios que ya habían señalado que el sistema de salud está desactualizado. La población es más vieja, más obesa y más predispuesta a sufrir a toda edad enfermedades crónicas que pueden prevenirse que hace 20 años.

Los servicios de salud deben actualizarse para responder a las nuevas necesidades, lo que significa que se deberá gastar más dinero en medidas de prevención, las cuales requieren poca tecnología, antes que en procedimientos de alto costo, señala el estudio.

Aunque el estudio no ofrece un análisis financiero, los defensores del nuevo enfoque afirman que los beneficios serán mayores que los costos.

"Todo financiamiento para prevenir hoy las enfermedades crónicas será una valiosa inversión con dividendos a largo plazo", aseguró Carmona.

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