ECONOMÍA: Inminente cambio en FMI y Banco Mundial no entusiasma

La capital de Estados Unidos se convirtió en una especie de mercado persa en vísperas de la asamblea anual del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), que se desarrollará desde este sábado hasta el lunes 22.

Activistas y relacionistas públicos de grupos empresariales iban de una oficina a otra para salvar o explotar selvas tropicales, reducir la deuda de los países pobres o cerrar nuevos acuerdos, bloquear la construcción de represas u obtener fondos para instalar industrias.

Representantes de países lejanos buscaban funcionarios ante quienes plantear sus quejas sobre proyectos financiados por el Banco Mundial o programas de ajuste recomendados por el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Activistas y policías dominaban el paisaje urbano, preparados para las anunciadas protestas y las deliberaciones de un "tribunal popular" contra los organismos de crédito multilaterales, al que algunos llegan a equiparar con un "linchamiento".

Dentro de la sede de los organismos, el presidente del Banco Mundial, Robertt Zoellick —quien asumió su cargo en julio— y el renunciante director gerente del FMI, Rodrigo de Rato, se esforzaban para promocionar iniciativas que a su juicio transformarían ambas instituciones.
[related_articles]
Los 185 países miembro del FMI prácticamente alcanzaron un consenso para aumentar el poder de voto de los países pobres, tradicionalmente subrepresentados en el organismo, dijo de Rato. En el FMI, las naciones no cuentan con un voto cada una, sino que su número varía en función del capital aportado.

"Existe una creciente convergencia entre los miembros", dijo De Rato a la prensa.

La Junta de Gobernadores de la institución, integrada por los ministros de finanzas y presidentes de los bancos centrales de los países, llegó a un acuerdo sobre la reforma en el sistema de votación en su reunión de Singapur, el año pasado.

China, Corea del Sur, México y Turquía fueron los primeros beneficiados. El Fondo se prepara ahora para efectuar una nueva redistribución del poder de voto, que se completará en 2008.

Los críticos de este plan dicen que los cambios han sido limitados y muy lentos. De Rato no está de acuerdo.

"La reforma no es una carrera de 100 metros, sino una maratón", afirmó. "Tiene un calendario de dos años. Nadie puede decir que con ese plazo, para introducir cambios en una institución de 185 miembros, nos estemos moviendo con lentitud."

Ningún otro organismo internacional de esta dimensión ha adoptado una estrategia tan directa para corregir los procedimientos con los que se gobierna, señaló De Rato.

Las propuestas de reforma han estado bajo discusión durante casi una década. Pero se dice que De Rato, quien fue nombrado director gerente del FMI hace tres años, trabajó constantemente para actualizar el balance de poder entre los miembros.

El resultado, afirman en el organismo, reflejará los cambios en la economía global y dará a los países pobres una mayor participación.

Pero activistas y disgustados gobiernos de naciones en desarrollo han dicho que las reformas sólo serán cosméticas salvo a menos que se prive a los países ricos del poder de veto con que cuentan en la práctica.

En el Banco Mundial, Zoellick —quien llegó a la conducción tras el escándalo que forzó la renuncia de su antecesor, Paul Wolfowitz— señaló que buscaría que el sector privado ayude a los países más pobres.

Algunas empresas han expresado su interés en contribuir a la Asociación Internacional de Fomento (AIF), a través de la cual el Banco otorga fondos a tasas de interés muy bajas, o directamente sin costo alguno, a las naciones de menores ingresos, especialmente en África.

El propio Banco estableció un precedente el mes pasado, cuando anunció que duplicaría los aportes derivados de sus ganancias hasta 3.500 millones de dólares. Al mismo tiempo, Zoellick trata que los miembros del Banco Mundial aporten 39.000 millones para el período 2009-2011.

El regateo ha sido con frecuencia intenso, a causa de la poca voluntad de los miembros de invertir más dinero, por lo que Zoellick se ha volcado hacia el sector privado.

"Es algo que recién comienza", dijo a la prensa. El Banco ha discutido el asunto con algunas empresas, que no mencionó, "pero también tenemos que tratar esta cuestión en el directorio", dijo Zoellick.

Todavía está por verse cómo piensa involucrar y supervisar a los donantes privados, qué grado de participación se les otorgará y cuál será la reacción de los Estados miembro a sus propuestas.

"La idea plantea algunos serios interrogantes", dijo Elizabeth Stuart, analista de políticas de la organización de caridad Oxfam. "La AIF es una institución pública, que debe responder ante los ciudadanos de los países ricos y pobres. Aceptar fondos privados plantea problemas en el terreno de la asunción de responsabilidades."

El Comité Monetario y Financiero Internacional, que fija las políticas del FMI, deliberará este sábado, mientras que el domingo lo hará el Comité para el Desarrollo. El plenario de la Junta de Gobernadores se reunirá el lunes.

Por su parte, el Grupo de los Siete países más poderosos, el G-24 de las naciones en desarrollo y otros bloques de naciones también mantendrán encuentros para fijar posiciones comunes y presionar por sus agendas particulares.

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe