El 29 de octubre de 2003 se inauguró en la capital chilena la planta de tratamiento de aguas servidas de La Farfana, la más importante del país, hoy en medio de un conflicto por la pestilencia emanada de sus instalaciones. Aguas Andinas, propietaria de la planta, aseguró el 26 de este mes que dará «solución inmediata al problema de los malos olores», luego de que el presidente chileno Ricardo Lagos instruyó a su embajador en España para que se quejara formalmente ante los dueños de esa firma, que son las compañías españolas Aguas de Barcelona y Suez.
Los perjudicados por las emanaciones son en su mayoría familias de bajos ingresos.
La empresa ha sido objeto ya de sanciones de autoridades ambientales, y ahora el Estado dispuso que no cobre a sus usuarios mientras no se eliminen los malos olores, lo que implica perder unos tres millones de dólares mensuales.