Brasil vive una nueva confusión transgénica. Ecologistas y el Ministerio de Medio Ambiente cuestionan a la Comisión Técnica Nacional de Bioseguridad por autorizar la venta de semillas de algodón con no más de uno por ciento de transgénicas. Esa medida, pedida por productores de semillas, reconoce la contaminación consumada y busca evitar la pérdida de control que ocurrió con la soja, alegó el secretario general de la Comisión, Jairon do Nascimento.
Pero el secretario de Biodiversidad del Ministerio del Ambiente, Joao Paulo Capobianco, opinó que la autorización es «irresponsable» porque no se estudiaron sus posibles consecuencias ambientales.
La autorización se otorgó «sin base legal ni técnica», porque la Comisión «no tiene competencia legal» para concederla, adujo el coordinador del Instituto Brasileño de Defensa del Consumidor, Sezifredo Paz.
Además, se basó en un fallo judicial suspendido a pedido de ese Instituto, que lucha legalmente desde hace seis años contra la soja transgénica, afirmó.