China le dio una paliza a México en materia comercial en los últimos años y podría ir por más desde diciembre, cuando expire una «cláusula de paz» bilateral en materia de intercambio.
El gigante asiático arrebató en 2002 a México el nicho de segundo proveedor a Estados Unidos, y sus productos lo inundan a tal ritmo que se vaticina que en 2012 casi la mitad de las compras mexicanas serán chinas.
El 12 de diciembre finalizará un acuerdo que permitió a México mantener durante los últimos siete años cuotas compensatorias y otras medidas restrictivas contra las importaciones de China en unas 26 fracciones arancelarias.
Se trata de la denominada "cláusula de paz" firmada en 2000, cuando China ingresó a la Organización Mundial del Comercio (OMC). Terminado el plazo, el país asiático podrá demandar a México la eliminación total de las restricciones.
El gobierno mexicano del conservador Felipe Calderón informó que revisa junto a productores locales los sistemas de cuotas y aranceles para decidir cuáles se mantienen y defienden ante la OMC.
"Es posible que obtengan alguna victoria en la OMC y se queden varias cuotas, pero eso no frenará la presencia cada vez mayor de productos chinos en México. En eso no hay marcha atrás", dijo a IPS Ramón Rivera, empresario del sector calzado.
"Cualquier estrategia de protección comercial lo único que hace es posponer las verdaderas soluciones", señaló el empresario que en 2002 decidió dejar, precisamente por la competencia china, la fabricación de calzado en general, para especializarse en los ortopédicos y para trabajo.
Las medidas restrictivas a las compras a China de México evitaron en los últimos años el ingreso masivo de juguetes, herramientas, productos químicos orgánicos, lápices, vajillas, textiles y calzado, entre otros productos. Eso dio un respiro a los productores locales.
Pero aún así, las exportaciones chinas a este país crecen hoy a un ritmo de 38 por ciento anual. Eso sin contar con el contrabando desde el país asiático, que según denuncian empresarios locales del ramo textil y del calzado, es aún mayor que las compras reportadas.
Si el crecimiento de importaciones persiste, en cinco años más 44 por ciento de las compras totales de México provendrán de China. Hoy, las importaciones de ese destino representan 10,2 por ciento, cuando en el 2000 eran de 1,6 por ciento.
México concentra 90 por ciento de su balanza comercial, de alrededor de 400.000 millones de dólares, con Estados Unidos, pero China le va quitando poco a poco segmentos de ese mercado.
Mientras otros países de América Latina, como Argentina, Brasil, Chile y Venezuela, han sacado tajada del apetitoso mercado chino al abastecerle de productos básicos como hierro, soja y cobre, México ha sido duramente golpeado.
Es que China y México compiten en productos manufacturados similares, pero el primer país los produce con menores costos de operación.
China desplazó a México en 2002 del segundo lugar entre los vendedores a Estados Unidos, posición que había ocupado en parte gracias al Tratado de Libre Comercio de América del Norte, vigente desde 1994 y al que también pertenece Canadá.
Las previsiones indican que en 2008, China desplazará a Canadá del sitial de primer proveedor a Estados Unidos.
El gobierno de Calderón, académicos y algunos empresarios instan desde hace más de cinco años a los industriales mexicanos a que abandonen la competencia con China y que pasen a especializarse en productos que tengan mayores insumos tecnológicos y valores agregados.
Otra recomendación es acentuar el comercio agrícola, donde México es más competitivo y tiene la ventaja de ser vecino de Estados Unidos. Y una tercera es que se debería negociar la creación de sociedades empresariales con los chinos para dividirse tareas y buscar ganancias comunes.
Pero el tiempo pasa y no hay un cambio definitivo en los sectores manufactureros mexicanos, que piden al gobierno mantener las cuotas arancelarias y las políticas restrictivas.
Enrique Quintana, analista del diario local Reforma, advirtió que, si los empresarios mexicanos "pretenden blindarse a través de cuotas compensatorias, lo único que harán será alargar su agonía".
"Sólo hay dos caminos para enfrentar la competencia china. El primero es evadiéndola y el segundo es aliarse con ella", sentenció este observador.