El nerviosismo político se apodera de Filipinas de la mano de denuncias de corrupción, que involucran al esposo de la presidenta Gloria Macapagal Arroyo, y alertas de aprestos de golpe de Estado, que expertos y opositores atribuyen a un intento oficial de distracción.
Muchos ciudadanos y analistas comienzan a desconfiar sobre la instalación de un escenario de golpe de Estado, debido a la oportunidad en que se difundieron los rumores, que coinciden con nuevas acusaciones de corrupción contra el gobierno.
El jefe del ejército, general Hermogenes Esperon, declaró la semana pasada que seis oficiales jóvenes habían sido relevados o reasignados de sus cargos por el supuesto reclutamiento de hombres dispuestos a derrocar a la presidenta Macapagal Arroyo.
Esperon dijo que la maniobra fue descubierta porque los oficiales, que no identificó, enviaban mensajes de texto a través de teléfonos móviles urgiendo a otros soldados a unirse al complot.
Al mismo tiempo, tres batallones de soldados fueron enviados a Metro Manila, área integrada por ciudades y municipios que rodean la capital, para reforzar las fuerzas gubernamentales.
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Esos episodios coinciden con la investigación en el Senado de un contrato por 329 millones de dólares entre el gobierno y una compañía china para un proyecto de red de banda ancha.
Un funcionario de otra empresa denunció haber sido víctima de un intento de soborno de parte de funcionarios del gobierno para que su empresa dejara de competir con la compañía china, ZTE Corp. El esposo de la mandataria, José Miguel Arroyo, le pidió que se alejara cuando él decidió seguir adelante.
"Cada vez que hay un gran escándalo de corrupción en torno a altos funcionarios cercanos a Arroyo o a su esposa, se difunden rumores de presuntas 'conspiraciones'", sostuvo el profesor y analista Bobby Tuazon, del Centro para Capacitar Personas en materia de Gobernanza (CenPEG, por sus siglas en inglés).
"Sospecho que los rumores de golpe de Estado se cocinan en Malacañang (palacio presidencial) para distraer a la población de los escándalos que se investigan y quizá para allanar el camino para tomar medidas represivas", señaló Tuazon.
La prensa "debe ser cautelosa acerca de los rumores de golpe de Estado, porque pueden haberse tramado con intenciones ocultas", añadió.
Por su parte, Renato Reyes, militante de la organización izquierdista Bagong Alyansang Makabayan (Bayan, Nueva Alianza Patriótica), coincidió con ese análisis
"El gobierno de Arroyo utiliza los rumores de golpe de Estado, ya sean falsos o verdaderos, como cuco para prevenir más investigaciones de corrupción que lo perjudican", señaló.
"El razonamiento es que, si prosiguen las investigaciones del Senado y otras, el país se desestabilizará y se allanará el camino para un golpe de Estado. Así que para evitar eso y otras conspiraciones, las investigaciones deben terminar", explicó Reyes.
Pero Tuazon y Reyes reconocieron que hay cierto nerviosismo en filas castrenses.
Tuazon señaló que sobretodo se da entre oficiales jóvenes y algunos generales retirados. "El malestar se produce no sólo por la no resolución de hechos de corrupción sino por la creciente percepción de que la crisis política ya requiere de una intervención de mano dura", explicó.
Los rumores son un "reflejo de la inestabilidad del gobierno de Arroyo", sostuvo a su vez Reyes.
"El gobierno puede o no admitirlo, pero el ejército se ha politizado al punto de que no respalda con firmeza al régimen gobernante", reconoció Reyes. "Si hay movimientos reales entre militares, sólo pueden atribuirse al desastroso régimen de Arroyo. Es su culpa si la tropa está nerviosa".
La prueba de la intranquilidad, señaló, son las ocasiones en que los militares "han manifestado su disconformidad por la corrupción y el mal gobierno de Arroyo".
En 2003, oficiales jóvenes trataron de amotinarse en el distrito comercial de Makati City para protestar contra la presunta corrupción en el ejército. Los involucrados fueron detenidos y acusados. Uno de sus líderes fue el teniente de marina Antonio Trillanes IV, ahora senador elegido en los comicios nacionales de mayo.
En 2006, un grupo de oficiales de la Armada y soldados de asalto fueron detenidos y acusados por su presunta participación en una supuesta conspiración contra Arroyo.
Reyes recordó que la presidenta se basó en ese supuesto complot para declarar el estado de emergencia y restringir numerosos derechos civiles, como la libertad de reunión.
Asimismo, los nuevos rumores de conspiración pueden justificar un "gobierno de mano dura", similar al estado de emergencia o como sustento para implementar la antiterrorista ley de Seguridad Humana, según la cual un golpe de Estado, entre otras faltas, es considerado un acto terrorista.
Acerca de si un golpe de Estado puede llegar a tener éxito, Tuazon respondió que contó al menos 15 tentativas desde 1986 y todas fracasaron.
"Quienquiera que esté detrás de este intento no aprendió la lección", indicó Tuazon. "Creo que el único que tuvo éxito fue el del derechista Marcos el 21 de septiembre de 1972, que llevó a un gobierno militar" que duró 20 años.
Tuazon advirtió a los filipinos de que permanecieran atentos porque la situación actual "puede allanar el camino para un gobierno autoritario o utilizarse para derrocar a una presidenta corrupta, pero para reemplazarla por otra figura cortada con la misma tijera". ***** + Centro para Capacitar Personas en materia de Gobernanza, en inglés (http://www.cenpeg.org/) + FILIPINAS: Combates en el sur justifican presencia de EEUU (https://ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=42057)
