DESARME: Intermediarios eluden embargos

En la película «Lord of War» («El señor de la guerra»), de 2005, el inescrupuloso vendedor de armas interpretado por el actor estadounidense Nicholas Cage resta importancia a los embargos de armas, sean impuestos por Estados Unidos o por la ONU, pues no impiden el tráfico ilegal.

"Si yo hago bien mi trabajo, un embargo de armas prácticamente no se puede poner en práctica", le dice al líder de un grupo rebelde.

Un nuevo estudio de la ONU sobre el tráfico ilegal de armas cita la frase del personaje de Cage e indica que es "una cínica pero convincente ilustración del creciente problema" de los intermediarios en el tráfico ilegal de armas pequeñas y livianas".

El informe de 26 páginas, que será presentada en la próxima sesión de la Asamblea General de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), el 18 de este mes, señala que el trabajo de los intermediarios son realizados en su mayoría a través de "intrincados arreglos que involucran complejas rutas de transporte y opacas transferencias financieras".

Pero tienen "un profundo efecto desestabilizador y han sido un factor importante en las violaciones de los embargos de armas impuestos por el Consejo de Seguridad de la ONU".
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Usando documentos falsos, los intermediarios violan embargos en varios países africanos, incluyendo a Angola, Costa de Marfil, República Democrática del Congo, Liberia, Sierra Leona, Somalia y Sudán.

Las violaciones han sido atribuidas en su mayoría a una red internacional de intermediarios involucrados en el tráfico ilícito de armas pequeñas.

Para mediados de 2007, unos 40 países adoptaron leyes naciones, regulaciones y procedimientos contra el tráfico de armas. Sin embargo, la situación es muy diferente dentro de la ONU, con 192 países miembro. Como consecuencia, existen grandes lagunas jurídicas en la mayoría de los países.

Cuando a Mikhail Kalashnikov, el ruso creador del fusil de asalto AK-47, por primera vez producido en 1947, le preguntaron si podía dormir en las noches sabiendo que miles de cientos de personas murieron por su arma, respondió: "Duermo bien. Es a los políticos a los que se les debe culpar, porque no logran acuerdos y en cambio resuelven sus problemas con violencia".

Daniel Prins, presidente del grupo de expertos intergubernamentales de la ONU, dijo que las investigaciones han demostrado que los traficantes juegan un papel clave en el propagado acceso a estas armas.

Ya que las armas pequeñas son las más usadas por los grupos insurgentes, así como en los conflictos militares de baja intensidad, han sido consideradas como las "verdaderas armas de destrucción masiva".

El embajador de Sri Lanka en la ONU, Prasad Kariyawasam, quien presidió en 2006 la conferencia del foro mundial sobre armas pequeñas, dijo a IPS que un embargo sólo aborda parte del problema porque deja intocadas algunas de las raíces.

"Los embargos de armas en su mayoría abordan la demanda, pero no la oferta", añadió.

Kariyawasam sostuvo que las acciones internacionales deberían concentrarse más en la parte de la oferta, como ocurre en el combate contra el tráfico de drogas.

"Tenemos que abordar tanto la oferta como la demanda en la misma medida para reducir la proliferación de armas pequeñas", sostuvo.

El estudio de la ONU señala que los intermediarios, que operan en un ambiente globalizado, por lo general no son dueños de los bienes que venden, pero capitalizan las crecientes oportunidades en el transporte internacional, las finanzas y las comunicaciones.

"La investigación ha demostrado que los vendedores juegan un papel clave en el comercio ilegal de armas pequeñas y livianas, así como en al propagada disponibilidad de estas", indica el estudio.

La ONU también señala que las armas pequeñas, incluyendo los rifles de asalto y los lanzagranadas, son las principales responsables de gran parte de la muerte y de la destrucción en los conflictos en todo el planeta.

Hay más de 600 millones de armas pequeñas y livianas en circulación en todo el mundo, según cálculos de la ONU. Armas pequeñas son usadas para matar a 10.000 personas por semana.

A pesar de que millones de armas pequeñas y livianas son vendidas en el mercado negro y abiertamente, no hay aún un tratado internacional para controlar su proliferación.

"Nadie sino un criminal podría venderle concientemente un arma a un asesino. Sin embargo, los gobiernos pueden vender armas a regímenes con historiales de violaciones a los derechos humanos o a países donde las armas siempre van a parar a manos de criminales de guerra", afirmó la directora de la organización humanitaria Oxfam, Sarah Margon.

El embajador Kariyawasam dijo que la erradicación del comercio ilícito de armas pequeñas y ligeras son objetivos importantes para una abrumadora mayoría de la comunidad internacional.

"Acordamos un Programa de Acción con este propósito en 2001", destacó.

Sin embargo, la implementación de la mayoría de los objetivos del programa sigue siendo un "asunto sin resolver".

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