DDHH-COLOMBIA: Un voto por la paz

Más de 100 organizaciones sociales de Colombia convocaron a incluir un voto por la paz, la libertad y los acuerdos humanitarios junto a la hoja de elección de los candidatos a colocar en las urnas el 28 de octubre.

Los ciudadanos colombianos están convocados para elegir 32 gobernadores de departamento, 1.102 alcaldes y cerca de 5.000 diputados y concejales. Las asociaciones civiles vinculadas al Movimiento Nacional de Paz promueven que los ciudadanos se pronuncien en ese acto contra la violencia y otros valores.

"Voto por la libertad, la paz y los acuerdos humanitarios. No al secuestro, a la desaparición y al desplazamiento forzado, no a toda violencia contra niños, niñas y contra la población. Si a la vida, la verdad, la justicia, la reparación y garantías de no repetición. La paz exige compromisos, fin de las hostilidades, diálogo y solución política", dice el texto que los colombianos podrán agregar a sus opciones partidarias.

La convocatoria se inspira en el artículo 22 de la Constitución colombiana, que establece que "la paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento".

En este llamado se unen la Iglesia Católica, organizaciones no gubernamentales, centrales sindicales, partidos políticos, asociaciones de campesinos y de afrocolombianos, entre muchos más que trabajan por encontrar el final de un conflicto que ya supera las cuatro décadas.

"No es suficiente decir que estamos en crisis. Tenemos que manifestarnos a favor de la justicia y en contra de la guerra, con mensajes para quienes asumen responsabilidades políticas, pero también para quienes ejercen la violencia. Y este es el sentido del voto", dijo a IPS monseñor Héctor Fabio Henao, conocido como el "pacificador" del catolicismo colombiano.

Este país sufre desde hace más de 40 años la violencia generada por los enfrentamientos de las fuerzas de seguridad pública y los paramilitares de extrema derecha contra la insurgencia izquierdista de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y del Ejército de Liberación Nacional, a los que se suma el accionar grupos armados de narcotraficantes.

"No podemos cruzarnos de brazos esperando a ver qué deciden el gobierno y la guerrilla. Es necesario continuar con el levantamiento ciudadano pacífico, que presione, que se haga oír. Es necesario que el ciudadano común se ponga la camiseta y se pronuncie", comentó a IPS Camilo González, director del no gubernamental Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz.

González se refirió a "los 35.000 muertos de los últimos 10 años, los 22.600 secuestrados, 15.000 desaparecidos, cuatro millones de desplazados de sus hogares y 200.000 niños y niñas huérfanos a causa del conflicto".

"Por eso hay que continuar", agregó, "porque en las últimas dos décadas la movilización social en Colombia ha tenido momentos de especial resonancia".

En 1990, en paralelo con las elecciones presidenciales, se consultó a la ciudadanía sobre la convocatoria a una Asamblea Constitucional, que contó con el apoyo de cinco millones de votos "de carácter legítimo y soberano", según la Corte Suprema de Justicia, "emanado de un acto del constituyente primario".

El número se duplicó en 1997, cuando 10 millones de electores, por iniciativa de organizaciones civiles, emitieron un Voto por la Paz, la Vida y la Libertad.

Esa iniciativa no sólo tuvo el apoyo "de la inmensa mayoría de ciudadanos, sino también de grupos armados irregulares e influyó en algunos hechos humanitarios e intentos de solución negociada", afirma un documento elaborado por los promotores del voto por la libertad y la paz en los comicios del próximo 28 de octubre.

Entre esos resultados, las asociaciones civiles destacan la creación por ley del Consejo Nacional de Paz en 1998 y la instalación de la mesa de diálogo entre el gobierno de Andrés Pastrana (1998-2002) y las FARC en enero de 1999.

La movilización social continúa. En septiembre de cada año se realiza la llamada Semana por la Paz, además de incontables acciones civiles que gestaron la iniciativa de voto popular en octubre.

También se destaca la Minga Indígena y Popular en 2004, con participación de 10.000 integrantes de las comunidades originarias y 250 organizaciones sociales. En 2006 se realizó la V Plenaria de la Asamblea Permanente de la Sociedad Civil por la Paz, con 2.000 delegados y 500 organizaciones, entre ellas las que reúnen a las víctimas del conflicto.

En octubre se buscará el pronunciamiento de los colombianos y el escrutinio de su voto por parte de la Registraduría Nacional del Estado Civil.

"La participación, el conteo de votos, la continuidad de iniciativas como estas nos permitirán allanar un camino que al final nos conducirá a un paz estable, aun cuando hoy siga siendo lejana", señaló a IPS el obispo Henao.

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