Seis de cada 10 niños en Paraguay no fueron anotados por sus padres al nacer y carecen de documentos de identidad. Para el Estado, simplemente, no existen.
En esta situación se encuentran más de 600.000 paraguayos menores de 18 años, quienes no tienen acceso a los sistemas públicos de salud y educación, dijo a IPS la gerente de Programas de la no gubernamental Plan Paraguay, Belinda Portillo.
La mayoría de estos niños no acuden a la escuela, aunque existen casos de instituciones educativas, sobre todo en el interior del país, que aceptan alumnos sin documentos. El problema es que no figuran en la planilla oficial y por lo tanto no son reconocidos como estudiantes por el Ministerio de Educación.
No se trata de un problema exclusivo de este país. Este jueves concluyó en Asunción la Primera Conferencia Regional Latinoamericana sobre el Derecho a la Identidad y Registro Universal de Nacimiento.
Bajo el lema "Regístrame, hazme visible", el encuentro de tres días reunió a representantes de 18 naciones con el objetivo de definir estrategias que mejoren el registro de nacimiento universal, oportuno y gratuito para niños y niñas de América Latina antes de 2015.
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Los representantes urgieron un compromiso político de sus respectivos estados para la reducción del subregistro de nacimiento y que se reconozca la inscripción en los registros civiles como un derecho, que respeta y reafirma la identidad individual y colectiva de las personas, en particular de los pueblos indígenas y afrodescendientes.
El documento resultante de tres días de deliberaciones identificó como obstáculos la debilidad administrativa del sistema de registro, la falta de legislación inclusiva, insuficiente voluntad política, poca conciencia de la importancia de tema y los costos implicados en el registro de inscripción.
Los participantes recomendaron eliminar condicionamientos burocráticos, la judicialización y los costos que impliquen obstáculos para el acceso a este derecho.
El caso de la niña paraguaya Dahiana Nohemi Ocampos Ruiz Díaz resulta paradigmático. Sus padres la inscribieron en la Dirección del Registro Civil de las Personas hace sólo una semana. Cumplirá cinco años en pocos meses.
Su padre, José Félix Ocampos, explicó a IPS que la falta de dinero para el trámite le impidió hacerlo antes. Vende panecillos dulces en la vía pública y asegura que los ingresos apenas alcanzan para sobrevivir.
El panorama cambió porque las autoridades paraguayas resolvieron que la inscripción fuera gratuita. "Pude anotar a mi hija y también gestionar la cédula de identidad", relató Ocampos.
Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) Paraguay tiene el índice de nacimientos no registrados más alto de América Latina y el Caribe.
De los 11 millones de nacimientos anuales en la región, dos millones no se registran en forma oportuna, indica un estudio de Unicef.
Además de Paraguay, los países en los que este problema se presenta con más intensidad son Haití (con 30 por ciento de nacimientos no registrados), República Dominicana (25 por ciento), Brasil (24 por ciento), Nicaragua (19 por ciento) y Bolivia (18 por ciento).
"En América Latina, uno de cada seis niños no está registrado mientras que en Paraguay, 65 por ciento de los nacidos en un año no son anotados en forma oportuna", explicó a IPS el representante local de Unicef, Carlos Mazuera.
En todos los países de América Latina y el Caribe las leyes establecen la obligatoriedad de la inscripción en los registros civiles, pero el principal obstáculo está en la eficacia y en el hecho de que el tema "aún no es percibido como un derecho ni para el Estado ni para la sociedad", agregó.
"Los promedios nacionales ocultan dramáticas disparidades tanto dentro de los países como entre éstos. Cuba, Chile y Guayana han demostrado un acercamiento a la meta del registro universal", dijo Mazuera.
"La negación del derecho a la identidad también está causada por trabas burocráticas que aducen funcionarios en muchos países de la región o por la complejidad de los trámites o por la lejanía de las oficinas", explicó.
Mazuera puso como ejemplo a República Dominicana, donde los no registrados son 34 por ciento en el área rural, mientras que el problema cae a 18 por ciento en las zonas urbanas.
En Paraguay, los datos de la estatal Secretaría de la Niñez y de la Adolescencia difieren de la las cifras de Unicef: estima que el subregistro de nacimientos se ubica en 43 por ciento.
"Se trata de personas que están excluidas de los derechos, deberes y obligaciones consagrados para quienes están debidamente registrados", afirmó la directora del Registro Civil de este país, Rossana Ramírez, en la sesión inaugural del congreso organizado por el Ministerio de Justicia y Trabajo de Paraguay, la Organización de los Estados Americanos, Unicef y el no gubernamental Plan Internacional, centrada en la defensa de los derechos de la infancia.
Néstor Vera, asesor de esta última organización, dijo a IPS que los niños no registrados, generalmente hijos de jóvenes excluidos, son presas fáciles del tráfico de personas.
Ramírez explicó que la situación en Paraguay fue peor en años anteriores, cuando el Registro Civil aún se manejaba con expedientes en papel. Ahora, la informatización ayuda a otorgar el documento a miles de paraguayos semanalmente.
La funcionaria señaló que la principal barrera de muchos padres para inscribir a sus hijos recién nacidos es que ellos tampoco cuentan con documentación (cédula de identidad y certificado de nacido vivo).
Portillo, de Plan Paraguay, destacó que entre los factores de exclusión se encuentra el aspecto político, por la falta de una sincera voluntad de parte de los poderes para honrar el principio universalidad de la inscripción.
Esto se refleja en el escaso presupuesto para sostener al Registro Civil, agregó.
En este país existen 478 oficinas de esta dependencia estatal: 42 por ciento de los empleados tienen un salario mensual que no supera los 190 dólares, según señaló a IPS el ministro de Justicia y Trabajo, Derlis Céspedes.
Esto lleva a que la gratuidad de la inscripción de los recién nacidos sea mera palabra. Aunque la legislación establece que la inscripción y la entrega del primer certificado no tienen costo, es común que los padres deban pagar dos o tres dólares por este trámite administrativo.
El factor geográfico es otro de los motivos por el que muchos niños no son registrados en forma oportuna. Algunas localidades están muy alejadas de las áreas urbanas, lo que dificulta el acceso a las oficinas para realizar el trámite.
Una de las participantes en el congreso, la asesora de Derecho de la Niñez de Nicaragua, Vivian Sequeira Zavala, explicó a IPS que la región de América Central está entre las más afectadas por el subregistro. A pesar de las cifras oficiales, "se habla incluso de 80 por ciento de casos, ya que las poblaciones están alejadas y los sistemas no funcionan debidamente", indicó.
El representante en Paraguay de la OEA, Ronald Iván Argueta, explicó que otro impedimento es la discriminación que padecen grupos sociales como los indígenas y los afroamericanos. En Nicaragua, indicó, 80 por ciento de la comunidad aborigen de los miskitos, que habita en la costa atlántica de ese país, no tiene existencia legal. El representante de Plan Internacional en Bolivia, Felipe Sánchez, explicó que la situación en su país es similar, ya que "la ubicación geográfica es una de las dificultades que se deben superar para lograr que más niños estén inscriptos", dijo a IPS.
Rosa María Ortiz, del Comité de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, señaló que la inscripción no es una necesidad sino un derecho. Los países deberían establecer sanciones para los padres que no lo cumplan, sostuvo.