EEUU-IRAQ-: Bush es el único optimista

Un informe oficial advierte que solo se alcanzaron tres de las 18 metas establecidas por el Congreso legislativo de Estados Unidos para evaluar los avances de las operaciones de este país en Iraq.

El borrador del estudio de la Contraloría General de Estados Unidos (GAO, por sus siglas en inglés), órgano que funciona con independencia pero en la órbita del Congreso, contradice un análisis anterior de la Casa Blanca, según el cual hubo progresos "satisfactorios" en ocho de esos objetivos.

La controversia se desató tras la publicación del informe por el diario The Washington Post, en vísperas de la evaluación de la situación en Iraq que el Poder Legislativo realizará a mediados de septiembre.

El borrador del estudio de la GAO fue entregado al periódico por un funcionario temeroso de que sus pesimistas conclusiones fueran suavizadas por el Departamento (ministerio) de Defensa y otras reparticiones del gobierno antes de la difusión del texto definitivo.

De hecho, varios funcionarios de Defensa y partidarios de una línea dura en Iraq se apresuraron a atacar el informe, señalando que evalúa los avances con criterios a los que consideraron demasiado exigentes.
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Los representantes y senadores analizarán el informe de GAO para el debate que se realizará a mediados de septiembre, en el cual el comandante militar estadounidense en Iraq, general David Petraeus, y el embajador en ese país, Ryan Crocker, darán su versión en persona.

Los legisladores establecieron en mayo de este año 18 metas para evaluar los avances en el terreno militar y político.

La Casa Blanca señaló en julio ocho áreas en las que a su juicio se habían alcanzado progresos "satisfactorios" y otras dos con avances "relativos". Pero el estudio de la GAO es más pesimista.

Sólo se alcanzaron tres de las metas fijadas, según la GAO: la creación de comités de apoyo al plan de seguridad de Bagdad, el establecimiento de puestos conjuntos de seguridad en la capital con participación de fuerzas locales y el respeto de los derechos de las minorías en la legislatura iraquí.

La GAO señala que no hubo avances, o fueron solo parciales, en varias áreas que la Casa Blanca había evaluado satisfactoriamente, entre ellas la inversión de 10.000 millones de dólares en proyectos de reconstrucción, la formación de tres brigadas iraquíes de apoyo a las operaciones militares de Estados Unidos y modificaciones en la Constitución de ese país.

El informe concluye que "leyes vitales no han sido aprobadas, el nivel de violencia se mantiene elevado y es poco claro si el gobierno iraquí gastará 10.000 millones de dólares en obras de reconstrucción".

También pone en duda la evaluación del Poder Ejecutivo, la cual, indica, "sería más útil" si ofreciera detalles que respaldaran sus afirmaciones y más datos sobre la violencia en Iraq.

Funcionarios del gobierno de George W. Bush relativizaron la importancia del estudio de la GAO, cuya versión final será difundida el martes.

"Le hemos dado a la GAO información que, creemos, hará que considere como alcanzadas algunas de las metas que había señalado como incumplidas", dijo el portavoz del Pentágono, Geoff Morrell.

Detractores del estudio atribuyen las diferencias entre las conclusiones de la GAO y las de la Casa Blanca a la utilización de disímiles criterios de evaluación. Mientras el Ejecutivo tomó en cuenta si el grado de avance hacia las metas era "satisfactorio" o no, señalaron, los investigadores del Congreso midieron si habían sido alcanzadas.

El editor del semanario neoconservador The Weekly Standard, William Kristol, escribió en un artículo que la difusión del borrador del informe fue "un patético golpe preventivo" por parte de la GAO y The Washington Post.

Agregó que guiarse por el hecho de si las metas se alcanzaron o no "es ridículo", ya que "nadie prometió ni esperaba que los iraquíes las hubieran cumplido para esta fecha".

Pero el informe de la GAO identifica áreas en las que hubo avances parciales, como la aprobación de leyes para las regiones semiautónomas y las inversiones en proyectos de reconstrucción.

Es muy probable que este estudio incremente las críticas de los legisladores a la estrategia de escalada en Iraq dispuesta por Bush meses atrás y que significó un aumento en el número de soldados a más de 160.000.

Muchos estiman Petraeus y Crocker serán objeto de severo cuestionamiento cuando visiten el Congreso en septiembre.

Aunque el gobierno asegura que la escalada mejoró las condiciones de seguridad en el terreno, son muchos los que ponen en duda esa estimación.

El análisis de la GAO admite que los ataques contra fuerzas estadounidenses han disminuido, pero destaca que la violencia contra civiles se mantiene en los mismos niveles.

El domingo, la agencia de noticias Associated Press informó que las muertes a causa de violencia entre comunidades religiosas y étnicas prácticamente se duplicaron este año, de 33 por día en 2006 a por lo menos 62 en 2007.

En el terreno político, los signos de reconciliación fueron escasos y muy espaciados entre sí. El domingo, varios prominentes líderes iraquíes acordaron la incorporación al gobierno de algunos miembros del partido Baath, del ex presidente Saddam Hussein (1979-2003). La cuestión motivó de una larga disputa entre chiitas y sunitas, las dos ramas del Islam.

Pero varios expertos ponen en duda que este compromiso ofrezca alguna ventaja política real.

"Se llegó al acuerdo con el único objetivo de brindarle a Crocker algo que pueda mostrar en su informe a los legisladores", señaló un experto en Medio Oriente de la Universidad George Washington, Marc Lynch. "Sólo existe en el papel y nada se ha hecho respecto de la naturaleza profundamente sectaria de lo que ahora se denomina Estado iraquí."

Los legisladores del opositor Partido Demócrata se manifiestan dispuestos a imponer por ley la retirada de tropas de Iraq a partir de fines de año, pero analistas políticos dudan que se logren los dos tercios de votos requeridos para levantar el anunciado veto presidencial.

The Washington Post informó que el gobierno de Bush planea pedir al Congreso legislativo 50.000 millones de dólares extra para financiar la guerra en Iraq. Esa suma se sumaría a los 460.000 millones del presupuesto para defensa de 2008 y a los 147.000 millones de dólares contemplados en un proyecto de ley específico para las guerras de Afganistán e Iraq.

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