El gobierno de Guatemala instaló una planta para tratar y filtrar el agua que llega al sudoccidental lago de Amatitlán, que corre el riesgo de convertirse en un pantano en 2015. Los biofiltros o filtros verdes de la planta acumularán el agua contaminada del río Villalobos, que desemboca en el lago y arrastra hacia él unas 500 mil toneladas de sedimentos, haciéndole perder 70 centímetros de profundidad cada año.
El proceso de filtración integra la segunda etapa para salvar al lago, explicó a Tierramérica Edgar Zamora, director de la Autoridad para el Manejo de la Cuenca del Lago de Amatitlán (AMSA).
La segunda etapa comenzó el 3 de diciembre y cuesta 20 millones de quetzales (2,5 millones de dólares). La primera se inició en marzo.
Según Zamora, los biofiltros tratarán por segundo 300 litros de agua, que saldrá 70 por ciento limpia