Una hambruna amenaza a Darfur, alertaron miembros del Parlamento Europeo que acaban de retornar de una visita a esa occidental región de Sudán, devastada por la guerra.
El cuerpo legislativo, de 758 miembros, votará este jueves una resolución que, de ser aprobada, exigirá a los gobiernos de la Unión Europea (UE) que impongan sanciones económicas y diplomáticas a personalidades sudanesas implicadas con la violencia en Darfur.
Los eurodiputados podrían recomendar medidas como la prohibición de viajar a los países que integran la UE y congelar los activos radicados en su territorio.
Esta iniciativa se produce tras la visita de cinco legisladores a Darfur, que se desarrolló entre el 30 de junio y el 6 de de este mes. Allí fueron testigos de primera mano de las precarias condiciones en que viven las personas desplazadas por la violencia.
Un eurodiputado alemán del Partido Verde, Frithjof Schmidt, dijo que las condiciones de inseguridad ponen en peligro la distribución de la ayuda alimentaria a las 2.500.000 personas que debieron abandonar sus hogares desde 2003 a la fecha.
El mes pasado, la organización caritativa Oxfam anunció que estaba abandonando paulatinamente sus actividades en Gereida, el mayor campamento de refugiados de Darfur, con más de 130.000 personas.
Oxfam indicó que quienes controlan el área no tomaron medidas suficientes para abordar el problema de los ataques contra los socorristas. Otras organizaciones de ayuda humanitaria también decidieron que es demasiado riesgoso trabajar en Darfur.
"Si las condiciones de seguridad no son estabilizadas rápidamente, las organizaciones de ayuda no podrán continuar con la provisión de alimentos básicos", alertó Schmidt. "Se avecina una hambruna de proporciones dramáticas", advirtió.
El eurodiputado identificó dos causas para los problemas de seguridad. Una es el reinado de terror impuesto por la milicia Janjaweed (Hombres a Caballo), considerada como una fuerza que sigue los dictados del gobierno de Sudán. La segunda razón son las luchas para lograr mayor influencia entre los grupos insurgentes que se oponen a las autoridades de Jartum.
"La fragmentación de los rebeldes en unos 18 grupos que compiten entre sí amenaza cada vez más la implementación de los esfuerzos internacionales de ayuda", explicó Schmidt. "Es casi imposible realizar los arreglos necesarios para la entrega y los bandidos se están convirtiendo en una amenaza creciente", agregó.
Asimismo, advirtió que no habrá una mejora de la situación en el futuro cercano. Una fuerza de paz conjunta de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Unión Africana (UA) no sería desplegada en la región hasta dentro de 18 meses, dijo Schmidt.
Hasta que eso ocurra, agregó, el mandato de una fuerza de paz exclusiva de la UA, compuesta por 5.000 hombres y que ya se encuentra en la región, debería ser modificado para que se dedique a proteger activamente a la población civil.
Entre 2004 y 2006, la UE aportó 550 millones de dólares a ese contingente de la UA.
Schmidt dijo que el financiamiento de esa operación debe ser garantizado, y exhortó a la UE a realizar una "contribución significativa" para prolongarla en el tiempo.
El presidente del Comité de Desarrollo del Parlamento Europeo, el socialista español Joseph Borrell, quien encabezó la delegación de legisladores que visitaron Darfur, describió la situación en la provincia como "un brebaje diabólico" que la misión de la UA no está en condiciones de controlar.
"Lo único que pueden hacer es redactar informes", advirtió.
"La única alternativa es desplegar una nueva misión, diferente a la actual. No es una panacea, pero sólo se hallará una solución cuando alguien esté en condiciones de imponerla", remarcó Borrell.
Representantes del gobierno sudanés que se entrevistaron con los eurodiputados señalaron que existe una "trama de estilo hollywoodense", que tendría su origen en la antipatía de los occidentales hacia Sudán, agregó.
El texto de la resolución que se votará este jueves acusa a las autoridades de Jartum de "violar descaradamente" el embargo de armas impuesto por la ONU. También reclama a China, el mayor importador del petróleo sudanés, a suspender sus ventas de armamento y a dejar de lado sus objeciones a la imposición de sanciones contra Sudán por parte del organismo mundial.
Asimismo, demanda al gobierno de Jartum que entregue al ministro de Bienestar Social, Ahmad Muhammad Arun, y a Ali Kushayb, un líder de los Janjaweed, a la Corte Penal Internacional.
El fiscal de la Corte, Luis Moreno Ocampo, los acusó en febrero pasado de crímenes de guerra y contra la humanidad. Harun encabezó personalmente una campaña de incitación y reclutamiento que permitió que las atrocidades en Darfur continuaran, señaló Moreno Ocampo al formular sus cargos.
El director de la oficina de Bruselas de Human Rights Watch, Lotte Leitch, criticó a los gobiernos europeos por su fracaso en imponer sanciones efectivas contra Sudán.
Asimismo, indicó que se deberían identificar los activos que las autoridades de Jartum y sus allegados poseen en Europa, para proceder entonces a congelarlos. Existe un antecedente, agregó Leitch: la UE rastreó los bienes del ex dictador yugoslavo Slobodan Milosevic y su familia.
"Si la UE no hace 'los deberes', la conclusión de los sudaneses es que no es seria. Y entonces, ¿para qué cambiar?", dijo en diálogo con IPS.
Portugal, que ejerce la presidencia rotativa de la UE, debería indicar "alto y claro" que una "completa cooperación" con la Corte Penal Internacional es esencial, agregó Leitch.
"Sudán debe entregar a su ministro de Bienestar Social y al otro acusado, quien ya se encuentra bajo custodia. No estamos hablando de personas prófugas", señaló.
La UE es la fuente principal de ayuda humanitaria para los civiles de Darfur, y este año comprometió con ese fin 393 millones de dólares.
Otro eurodiputado, el liberal francés Thierry Cornillet, dijo que existe margen para una mayor asistencia. "Lo importante es salvar vidas", afirmó.
"Debemos incrementar la ayuda humanitaria sin olvidar que se necesita una solución política del conflicto", agregó.
