El Llamado Mundial a la Acción contra la Pobreza alcanzó este sábado en Montevideo el compromiso de prolongar su campaña hasta 2015 y de poner el acento en causas por las cuales más de 1.000 millones de personas viven como indigentes en el planeta.
El Llamado (GCAP, por sus siglas en inglés) nació como una campaña anual en el Foro Social Mundial de 2005 en la meridional ciudad brasileña de Porto Alegre.
Pero ahora decidió mantenerse activo hasta el año meta establecido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para abatir a la mitad, con base en 1990, la proporción de personas que viven en la indigencia y pasan hambre.
Ese es el principal propósito de los ocho Objetivos de Desarrollo de la ONU para el Milenio (ODM), adoptados por los gobiernos en 2000 y que incluyen compromisos en salud, educación, igualdad de género, ambiente, desarrollo sustentable y comercio internacional.
La decisión de los 150 dirigentes internacionales reunidos desde el jueves en la capital uruguaya es "destacar las causas de esa situación, que sufren en especial los grupos más afectados por la exclusión", como las mujeres y los indígenas, dijo a IPS Ana Agostino, integrante del Comité Facilitador Internacional del GCAP en representación del Grupo de Trabajo Feminista.
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La necesidad de este énfasis fue impulsada por las organizaciones latinoamericanas y caribeñas, con apoyo del grupo de Asia y de los sectores feministas, apuntó Agostino.
"Hubo un debate intenso sobre la inclusión o no de la orientación sexual en la mención de los grupos excluidos, porque el GCAP es un ámbito de gran diversidad", con cientos de organizaciones no gubernamentales y movimientos sociales de todo el mundo, afirmó Agostino.
Asociaciones religiosas resistieron esa inclusión, y finalmente se acordó no mencionar en especial la orientación sexual en cuanto a medidas y acciones concretas, que quedan libradas a lo que se decida en cada país.
En 2006, el GCAP y la Campaña del Milenio de las Naciones Unidas promovieron la iniciativa "Levántate contra la pobreza", con participación coordinada de 23,5 millones de personas el 17 de octubre, Día Internacional de Lucha contra la Pobreza, registrada en el libro de los récords Guinness.
Para 2007, la meta es movilizar a 50 millones de personas bajo el lema "Stand Up and Speak Out" ("Levántate y hazte oír").
La iniciativa "Levántate" tuvo escaso impacto en América Latina en 2006. Una de las razones, según activistas consultados entonces por IPS, fue que no se tomaron en cuenta prioridades y agendas propias de la región, como la desigualdad entre ricos y pobres.
En algunos países "no hubo nada, pasó casi sin repercusión", reconoció Agostino.
Para este año, el propósito es que cada país y cada región adopten sus propios "mensajes políticos" para promover y acompañar las movilizaciones del 17 de octubre, entre otras medidas destinadas a la mayor repercusión, según Agostino.
Las coaliciones nacionales y las redes latinoamericanas y caribeñas integrantes del GCAP afirmaron el 13 de abril en San Salvador que esa iniciativa internacional "debe promover un concepto de pobreza que se base en una visión de la justicia y no de la caridad. No se trata de asistir a los pobres, sino de garantizar las condiciones para el pleno goce de sus derechos civiles, sin ningún tipo de discriminación".
Además, el futuro del GCAP podrá sostenerse "solamente" si "hay claridad en su objetivo político en base al cual debe desarrollar sus estrategias", y si "se adoptan mecanismos para democratizar su funcionamiento, transparentar la toma de decisiones, rendir cuentas y dar el reconocimiento, respeto y participación" a "sus actores y sectores", afirma la declaración de San Salvador.
Lo acordado en Montevideo redobla la apuesta del GCAP. La conferencia terminó con un "espíritu alto" y con una gran "reafirmación de validez de la campaña", según Agostino.
Los activistas resolvieron mantener su postura de no institucionalizar la coalición y, como se pusieron plazo de vigencia hasta 2015, acordaron revisar cada tres años la marcha de sus acciones contra la pobreza.
El GCAP tuvo su pico de visibilidad en 2005, cuando enfocó sus baterías en arrancar compromisos concretos de la reunión del Grupo de los Ocho (G-8) países más poderosos de mundo, celebrada ese año en Escocia.
A pesar de que el G-8 se comprometió entonces a elevar la asistencia hasta en 50.000 millones de dólares para 2010, la ayuda de los países ricos al desarrollo cayó cinco por ciento en 2006, según un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, publicado en abril.